Sergio Rodríguez y Llull llevan al Madrid a semifinales por la vía rápida
El conjunto de Laso supera al voluntarioso Herbalife Gran Canaria gracias a la vibrante exhibición de sus dos bases, con 26 y 22 puntos respectivamente
El campeón de Europa es un equipo profundo y versátil, ambicioso y camaleónico, estético y abnegado, constante en su presente y metódico mirando al futuro. En plena carrera rumbo a la temporada perfecta, en busca de una Liga que completaría un póker memorable y un triplete histórico que el club no logra desde 1974, el equipo de Laso está ejecutando en los playoffs un elogio de la evolución. Por la vía rápida, Sergio Rodríguez y Sergio Llull certificaron el pase del Madrid a las semifinales de la Liga Endesa tras derrotar al meritorio Herbalife Gran Canaria de Aíto (86-93) en un perfecto ejercicio de complemento y alternancia. Los dos bases del equipo blanco sumaron 48 puntos entre ambos que, unidos a los rebotes de Felipe Reyes y Ayón, desmontaron, por fuera y por dentro, con aplicación y solvencia, el entusiasmo de los isleños.
Gran Canaria, 86-R. Madrid, 93
Herbalife Gran Canaria (19+23+17+27): Bellas (-), Salin (11), Newley (9), Báez (13) y Tavares (10) -cinco inicial-, Oliver (18), Vitali (-), Kuric (17), Maric (8) y Barro (-).
Real Madrid (18+24+26+25): Llull (22), Rudy Fernández (10), Maciulis (10), Reyes (6) y Ayón (10) -cinco inicial-, Rodríguez (26), Slaughter (4), Doncic (-), Nocioni (3) y Rivers (2).
Árbitros: Jiménez, Perea y Oyón. Eliminaron por faltas personales al local Walter Tavares (min. 35) y al visitante Felipe Reyes (min. 37).
Gran Canaria Arena ante 6.031 espectadores.
El Chacho estableció su récord anotador en la ACB con 26 puntos y un 5 de 8 en triples, dos de ellos cruciales en un parcial de 0-13 que volteó el partido justo antes del descanso del 37-29 al 37-42 que encarriló la mañana para el Madrid. Después fue Llull el que, a la vuelta de la caseta, completó el trabajo de su socio hasta llegar a los 22 puntos. No le bastó al Herbalife con los 18 puntos y las 10 asistencias de Oliver, ni con la puntería de Kuric, ni con el brío de Salin y Báez. El líder de la Liga ya espera a su rival en semifinales, que saldrá del vencedor del desempate entre Bilbao y Valencia que se disputa mañana lunes en Miribilla. Por el otro lado del cuadro, el Barça también gana tiempo y descanso mientras Unicaja y Baskonia resuelven su pulso. El clásico en la final parece inevitable.
Hasta que llegue ese momento, Laso continúa moviendo fichas en busca de la transformación y el crecimiento que dé continuidad a la obra tras la conquista de la Novena. Con 13 jugadores en el elenco y antes de afrontar la eliminatoria ante el Gran Canaria, la arquitectura del grupo sufrió retoques de calado. Los blancos decidieron reinscribir a Marcus Slaughter con su pasaporte estadounidense original y no con el de Guinea Ecuatorial, que le había convertido desde el pasado mes de febrero en jugador Cotonou, con los mismos derechos que un comunitario. A pesar de entender que el documento guineano era legal y cumplía los requisitos exigidos por el Consejo Superior de Deportes, la Federación y la ACB, el club escapaba con firmeza de la polémica abierta al descubrise que el pívot madridista tenía el mismo número de visado que Andy Panko, del Fuenlabrada con el que comparte agencia de representación. El efecto dominó para escapar de las componendas de los pasaportes exprés dejó sin ficha a Facundo Campazzo. El base argentino, al que le queda un año de contrato, ya no jugará más con el Madrid esta temporada porque los 12 jugadores presentados para los cuartos de final, tendrán que acabar la Liga y las dos fichas de extracomunitarias se las quedan Ayón y Slaughter. La lesión de Carroll en el tobillo derecho en el último partido de la temporada regular ante el Manresa completó las necesidades de restructuración de un elenco que pasaba a tener seis pívots y sólo dos bases. Una asimetría que no revela descompensaciones. Un problema y una oportunidad.
Ahí emergió la figura de Luka Doncic. Como ya ocurriera en el primer partido de la serie ante el Gran Canaria, el joven esloveno entró en la rotación de Laso en el segundo cuarto, acumuló cinco minutos más en su expediente y demostró que ha llegado para quedarse. Cada día parece más factible que forme parte de la plantilla del próximo curso. Se estrenó en una convocatoria del primer equipo el 9 de noviembre en Fuenlabrada, debutó en la jornada 29 ante Unicaja y el pasado viernes ya sumó 11 minutos en pista, más de los que contaba en sus tres apariciones anteriores. Con Doncic, Laso ha encontrado un recurso para la contingencia actual en las posiciones de uno y de dos, una forma de reactivar al grupo para no recrearse con lo conseguido y una veta de talento infinita.
Crece Doncic y crece el Madrid, con un reparto que se retroalimenta de tal manera que en un mismo partido pueden brillar hasta el sobresaliente sus dos bases mientras descansan dos de sus seis pívots (Bourousis y Mejri). Ejemplo de una variedad de recursos que permiten componer quintetos de grandes y bajitos indescifrables e inabarcables para el rival. Cayó el Gran Canaria en su meritorio intento. El campeón de Europa avanza camino del pleno de títulos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.