Grandeza sin relevo
Nadal y Ferrer, que hoy se juegan el pase a octavos ante Kuznetsov y Bolelli, son los únicos supervivientes españoles en París, junto a Garbiñe Muguruza, en el peor año desde 1996
El tiempo, juez inexorable, no hace excepción con nadie. Y en Roland Garros, donde todo transcurre a una velocidad de vértigo, es un bien que escasea. No hay tregua. Desde que la organización del torneo levanta la persiana, a eso de las ocho de la mañana, el complejo se convierte en un avispero. Por eso es imposible dar más de dos o tres pasos sin tropezar con alguien (o algo); por eso, a Toni Nadal le costó ayer dios y ayuda abandonar la pista 10, donde se ejercitó su sobrino Rafael por espacio de hora y media, y avanzar entre las 300 personas que presenciaron el entrenamiento y solicitaban después una firma al campeón (o a su tío). “Venga, venga, que hay prisa”, decía este último, sometido, como todo mortal, a la dictadura del cronómetro.
La gente está mayor. El tenis español no se ha renovado lo suficiente" Toni Nadal, preparador
Sorteada la marabunta, Nadal enfiló el vestuario y el técnico hizo una parada en un reservado. Allí, las cuestiones. ¿Qué esperáis de Andrey Kuznetsov, 20 del mundo, rival de Rafael en la tercera ronda? “Yo le conozco poco, la verdad”, admitió Toni. ¿Y hay mucha diferencia entre jugar en la Chatrier y la Lenglen? “La hay. Las dimensiones son las mismas, pero las sensación es diferente”, continuó. ¿Y sabías que no había tan pocos españoles en la tercera ronda del torneo desde 1996? ¿Por qué a estas alturas solo sobreviven Rafael y David Ferrer? “Porque son los mejores”, agregó el preparador, antes de hacer un inciso y plantear una reflexión sobre el futuro (y el tiempo).
“La gente está mayor. Desgraciadamente el tenis español no se ha renovado lo suficiente en los últimos años, creo yo”, expuso Toni. “Creo que el jugador más joven de los españoles es Carreño, que tiene 23 para 24. Es un problema de fondo. Deberíamos adaptarnos a la nueva situación del tenis, porque cada vez va más rápido. Los que rigen este deporte deberían hacer algo. También es cierto que es un trabajo individual de cada entrenador y de cada club, pero no deja de ser sintomático que esta cadena que se había formado durante tantos años, de muy buenos jugadores, esté llegando a su fin”, lamentó.
Así es. Desde 1996, cuando Francisco Clavet, Felix Mantilla y Alberto Berasategui alcanzaron la tercera ronda, el tenis masculino español no tenía tan pocos representantes en París a estas alturas. De un modo u otro, en los cruces siempre figuraban varios nombres. Cierto es que desde la fábrica se consiguió producir dos hornadas grandiosas, con los Alex Corretja, Carlos Moyà, Juan Carlos Ferrero o Albert Costa, primero, y los Fernando Verdasco, Tommy Robredo, Feliciano López, Nicolás Almagro, Ferrer y Nadal, después. Gracias a todos ellos la cosecha fue buenísima y la bonanza prolongada. Cinco títulos de la Copa Davis, muchos trofeos individuales y gloria, mucha gloria. El ayer fue fantástico; la inquietud, sin embargo, procede no tanto del ahora, como del mañana. El tiempo no se detiene y el presente exige un relevo que no está garantizado.
Verdasco (camino de los 32), Tommy Robredo (33), Feliciano López (33), Nicolás Almagro (29), Ferrer (33) y Nadal (en cuatro días cumplirá los 29), así como otros jugadores de una generación intermedia que han estado echando una mano, caso de los Guillermo García López (31), Daniel Gimeno-Traver (30), Pablo Andújar (29), Marcel Granollers (28), Roberto Bautista (27) o Albert Ramos (27), no parecen tener detrás a otra camada a la que poder entregarle el testigo a corto plazo, con la excepción de Pablo Carreño (23).
La generación actual no parece tener detrás a otra hornada a la que entregarle el testigo a corto plazo
Incertidumbre entre los hombres, por tanto. No así en las chicas, que aunque solo cuentan con una aspirante en este torneo, Garbiñe Muguruza (21), miran hacia adelante con optimismo gracias al salto de Carla Suárez (26) y la llegada progresiva de Sara Sorribes (18), Tita Torró (23), Paula Badosa (17) o Aliona Bolsova (17).
Ahora, en París, Nadal y Ferrer son los únicos que se han librado de la criba y siguen al frente. Ambos se juegan hoy el pasaporte a los octavos. El alicantino se batirá (no antes de las 16.00, Eurosport) con el italiano Simone Bolelli en el tercer turno de la pista 1. Buenas perspectivas: cinco victorias en otros tantos duelos. El de Manacor, mientras, se mudará a la Lenglen para medirse (también no antes de las 16.00, Eurosport) a Kuznetsov, 24 años y campeón júnior en Wimbledon, con el que nunca se ha visto en la pista. “Es agresivo, con un potencial alto y golpes ganadores”, detalla el número siete.
Ambos, curtidos en mil batallas ya, resisten y esperan. Pero tarde o temprano, alguien deberá estar ahí para coger el relevo.
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