La larga espera de Ancelotti
El técnico italiano, con contrato hasta 2016, vive en el alambre mientras el club decide qué hacer con su futuro. “Ya veremos”, dicen los dirigentes al ser preguntados por el entrenador
Carlo Ancelotti tiene contrato con el Real Madrid hasta 2016. Y, sin embargo, nadie apuesta un euro sobre su continuidad. Eliminado en la Copa del Rey el pasado mes de enero, sin título de Liga pese a la espectacular primera vuelta (con un récord de 22 victorias incluido) y eliminado también en las semifinales de Champions por la Juventus, no ha recibido palabras de apoyo por parte del presidente, Florentino Pérez. Solo los jugadores se han pronunciado en ese sentido. Marcelo y Sergio Ramos, dos de los capitanes, son algunos de los que han pedido la continuidad del técnico italiano. ¿Seguirá Ancelotti?, le preguntaron a Emilio Butragueño el domingo en Cornellà después de la victoria del Madrid contra el Espanyol. “No es un asunto para decirlo ahora. Y tampoco este es el lugar. Queda un partido importante por jugar y a partir de ahí ya veremos”, contestó el director de relaciones institucionales del club.
Ese “ya veremos” significa que el Madrid está sondeando el terreno —la apuesta de Zinedine Zidane, técnico del filial, que ha quedado fuera de la promoción de ascenso a Segunda, ahora mismo parece demasiado arriesgada— para ver si encuentra un sustituto a Ancelotti. Un sustituto que ilusione al madridismo —en época además de posible triplete del Barça—, que tenga experiencia y las espaldas anchas. Que abogue por el buen fútbol y sepa gestionar un vestuario lleno de estrellas. Lo que buscan lo tienen en Valdebebas, pero a Florentino Pérez siempre le ha resultado complicado mantener más de dos años al mismo entrenador, y más si se ha pasado un curso en blanco. Sólo hizo una excepción con José Mourinho, a quien mantuvo tres y del que aseguró que le hubiese apetecido mantener más de no ser por el clima irrespirable, dijo, que se había creado alrededor del técnico portugués. No había ocasión en la que Florentino Pérez no repitiera que Mourinho era el mejor técnico del mundo.
Desde la eliminación contra la Juve, el presidente del Madrid ha tenido dos apariciones públicas. La primera, el jueves pasado y la última, ayer. Después del adiós europeo, la semana pasada, le acompañó Fernando Hierro; ayer toda la plantilla y el cuerpo técnico. Carlo Ancelotti se hizo las fotos de rigor al lado de Pérez, quien, nada más acabar el acto, se fue por una de las puertas laterales del palco. Los periodistas, en los corrillos, estudian todos los matices de las palabras empleadas en los discursos del máximo mandatario en busca de alguna pista sobre el futuro de Ancelotti. Si no hay guiño, mal. Si hay calma chicha, bien. Porque el presidente blanco siempre ha sido de arrebatos.
El jueves pasado Pérez calificó la temporada de dispar —“hemos jugado un fútbol espectacular, hemos conseguido el récord de 22 victorias, la Supercopa de Europa y el Mundial, pero queremos más y deseamos mucho más. Nada es suficiente aquí, es la ley que marca la historia del Madrid”—, dijo; ayer felicitó a la plantilla de baloncesto por la novena Copa de Europa y volvió a asegurar que el equipo de fútbol buscará con todas sus fuerzas conseguir la Undécima el año que viene. No se sabe todavía con qué técnico en el banquillo. Ni con qué portero titular.
Contactos con De Gea
El Madrid ha mantenido contacto con David De Gea, guardameta del Manchester United. De prosperar y llegar a Chamartín, uno entre Keylor Navas e Iker Casillas tendrá que hacer las maletas. Navas apenas lleva un año. Al capitán le quedan dos de contrato y su intención es quedarse, pese al ambiente insostenible que se ha creado a su alrededor. De irse, quiere hacerlo cobrando todo el dinero que se le debe.
El sábado contra el Getafe defenderá, presumiblemente, la portería del Madrid en el último partido del campeonato. El que no se sentará en el banquillo es Ancelotti, sancionado todavía por unos supuestos aplausos a Clos Gómez al final del encuentro contra el Valencia. “El año que viene vamos a intentar ganar la Liga y la Champions”. Fueron las palabras que salieron de la boca del técnico italiano el domingo en Cornellà. El rostro, resignado, decía otra cosa. Sabe Ancelotti que ese “ya veremos” y que ese “estamos en proceso de análisis” pueden sonar a adiós porque en el fútbol, y, sobre todo, en el Madrid, los análisis se hacen en función de los resultados.
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