Messi, el solista universal
Con el argentino, el trío atacante azulgrana ha funcionado como la Santísima Trinidad
Hay una fotografía que servirá para ilustrar el éxito del Barça en la Liga. Neymar aparece en el centro de la imagen, abrazado a Messi y a Luis Suárez. Los tres firmaron con un gol cada uno la victoria contra el Atlético (3-1) una semana después de la derrota de Anoeta. El trío se ha complementado estupendamente y ha funcionado como la Santísima Trinidad. La comunión ha sido incluso tan rotunda que Suárez y Neymar acabaron por tener el mismo trato que Messi: juegan siempre y nunca son sustituidos después que el uruguayo y el brasileño expresaran su malestar cuando eran cambiados por Luis Enrique.
La recuperación de Messi ha sido asombrosa después de una temporada dolorosa que se acabó con la final del Mundial mientras que Neymar se ha reivindicado en su segundo año con juego y goles (37) como segundo solista del Barça. La sorpresa ha sido la integración de Suárez (24). El uruguayo facilitó la vida al argentino y al brasileño y se ha reivindicado como Bota de Oro. La efectividad del terceto ha dejado en un segundo plano a un campeón del mundo como Pedro.
La recuperación del argentino ha sido asombrosa después de una temporada dolorosa que se acabó con la final del Mundial
El canario se reivindicó con su laboro constante y con el gol de chilena de la semana pasada contra la Real. Ayer volvió a ser titular en el Calderón por las molestias musculares que dejaron fuera a Suárez y demostró que sabe muy bien qué se le pide al 9 desde que Messi ejerce de media punta o de 7. El argentino protagonizó la mayoría de remates de los azulgrana, que hicieron un buen uso del balón, y siempre se apoyó en Pedro hasta que marcó el gol: 0-1 Aunque se habla en el Camp Nou de trío y de triplete, el autor del tanto que le da la Liga al Barcelona no podía ser nadie más que Leo.
Los goles del 10 han sido una constante en el Barça, al igual que las paradas de Bravo. No es un detalle menor: Zubizarreta no renovó a Pinto, íntimo amigo de Messi. Una manera de marcar el territorio fuera del campo al 10, autor de 23 goles —20 en la Liga—, contra el Atlético, solista universal, decisivo en campo del campeón, que era el mismo equipo que hace justamente un año ganó la Liga en el Camp Nou. Lesionado Suárez, empequeñecido Neymar, Messi se bastó para ganar la Liga. No necesitó más que un gol, excelente, que permite recuperar el título al Barça. Ya son cinco en siete años: Messi ha recuperado el ciclo exitoso que interrumpieron el Madrid de Mourinho y el Atlético de Simeone. La fotografía de la década es de Messi.
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