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Jiménez, segundo, vitoreado y feliz

Victoria final por cuatro golpes de diferencia del inglés James Morrison

Carlos Arribas
Jiménez saluda a la afición desde el 'green' del 18 al terminar su torneo.
Jiménez saluda a la afición desde el 'green' del 18 al terminar su torneo.Alejandro García (EFE)

Como un torero en el centro del ruedo, de rojo y blanco vestido, Miguel Ángel Jiménez, el más querido, el más jaleado, se quita no la montera sino la visera de la cabeza rizada y saluda a la concurrencia y desde la bandera del 18 gira sobre sus piernas 360 grados recogiendo aplausos y vítores del público del Prat, de los de a pie de green, de los que en la terraza del bar con vistas dejan un momento en el suelo la ostra y el Jerez para tener las manos libres y hacer ruido.

Llegado desde las honduras del -1, el más viejo ganador de la historia del circuito europeo acaba de terminar su Open de España con una ronda de 67 golpes (-5), que le coloca, con -6 total, como líder provisional en la casa club. Sabe que no ganará, que no revalidará el título conseguido hace un año en Girona, pues el inglés James Morrison llega seguro con dos tres golpes menos desde cinco hoyos más allá, pero sabe también que acabará entre los mejores y que, un torneo más, habrá reivindicado su forma de ver la vida y el golf, de jugar. Finalmente terminó segundo, empatado con el francés Edouard España, el inglés David Howell y el italiano Francesco Chicco (pronúnciese Quico) Molinari. Con un golpe más, detrás, Emiliano Grillo, el argentino de Ciudad Resistencia, el joven que llega. Entre Grillo, de 22 años, y Jiménez hay 29 años de diferencia, lo que indica el valor de la actuación de ambos.

Ganó sobrado, con -10, cuatro golpes sobre el segundo Morrison, quien ha tardado cinco años en recuperarse de la derrota en el desempate del Open español, el más antiguo del continente, ante Álvaro Quirós en Sevilla. Es la segunda victoria de Morrison, de 30 años, en 164 participaciones en torneos del circuito europeo. La primera victoria la consiguió en 2010 en Madeira. “Estoy feliz, hace 5 años de mi primera victoria y desde entonces he tenido muchas oportunidades. Hoy he tirado de experiencia para poder cruzar la línea”, dijo Morrison, quien presentó una tarjeta en la cuarta ronda de 69 golpes (15 pares y tres birdies). “Ganar el Open de España significa mucho para mí. Lo perdí una vez en el playoff y ahora que lo he conseguido, estará para siempre en mi corazón”.

El español al que se esperaba, Sergio García, no apareció. Peleado con el campo y las circunstancias desde el primer hoyo, el jugador de Castellón nunca se encontró en disposición de pelear por los primeros puestos y terminó el día con +1, un -1 final que le dejó 22º en el torneo que ganó hace 13 años. Tampoco pareció sentirlo mucho el público, entregado a Jiménez, a su imagen y a su forma de jugar. “Estoy pegándole muy bien a la pelota, muy bien desde el tee, dibujando los hoyos como me gusta”, dijo el malagueño, quien combina su participación en el circuito europeo con la tarjeta en el circuito sénior estadounidense, en el que también brilla, y esporádicas apariciones en el de la PGA de Estados Unidos, en grandes como Augusta o Mundiales. “Estoy dando unos hierrazos impresionante a las banderas, que es mi fuerte normalmente, el tiro a green, pero no han entrado los putts que tenían que haber entrado”.

El momento más alto de Jiménez, lo mejor del domingo, fue su eagle en el quinto hoyo, un par cuatro en el que embocó la bola con un hierro 7 desde 142 metros. “Ha sido una pena los segundos nueve, son los que más me gustan porque hay que colocar la bola. Después de hacer dos al hoyo 5, birdie al 6 y birdie al 8, se me han quedado birdies de pocos metros con los que podía haber metido presión a los líderes. Con un par de putts menos por vuelta podría haber estado estar ahí, pero se me pusieron los pelos de punta al oír la ovación en el 18: me siento muy querido por el público y yo también les quiero, es muy bonito”, dijo Jiménez, quien en 27 años en el circuito ha disputado torneos con Nicklaus y Ballesteros, con Olazábal y Nick Faldo y Bernhard Langer, con Tiger Woods y hasta con Emiliano Grillo.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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