“Una final es más carácter que baloncesto”
El Madrid confía en el plus de competitividad que aportan los refuerzos de Ayón y Nocioni para rematar su carrera por la Euroliga
En su maratoniana persecución por la Euroliga el Madrid ha acumulado tantas cicatrices que ha terminado por mutar el cuerpo para barnizar la mente. En su tercer asalto consecutivo al título y con Olympiacos de nuevo como unidad de medida, el conjunto de Laso medirá su evolución competitiva rumbo al título que le falta para alcanzar la culminación. El valor de la experiencia adquirida y el cemento del carácter fichado en verano forman la pócima para abrazar la Novena. Ayón y Nocioni, dos debutantes en la Final Four, ejercieron de factor diferencial en la semifinal ante el Fenerbahçe y han asumido su rol de ardorosos guerreros de una tropa que ahora más que nunca, mezcla dureza y talento. “Yo no perdí ninguna de las dos finales anteriores. El pasado no va a jugar. En lo que si coincidimos es en que para todos este es nuestro título pendiente. Se tiene que notar nuestra hambre. Sabemos que será una final durísima porque al Olympiacos le pisas la cabeza una vez, dos veces, tres veces y se vuelve a levantar, pero estamos preparados para el reto”, explicó El Chapu tras apabullar al Fenerbahçe.
Se repite la final de Londres 2013 con tantas semejanzas como diferencias. Seis jugadores en el Madrid (Felipe Reyes, Llull, Sergio Rodríguez, Rudy Fernández, Carroll y Slaughter) y cinco en Olympiacos (Spanoulis, Mantzaris, Sloukas, Printezis y Katsivelis) estaban ya en el cartel de hace dos años, pero los blancos han crecido más en oficio de lo que indica la cronología. Llegaron a la cita con la plantilla más joven de aquella Final Four (27,5 años de media), era la primera final para los 12 jugadores y para el técnico y chocaron con un rival experto y baqueteado. El quinteto titular de los griegos en la final sumaba 28 años de media por los 26 del cinco madridista y la mitad del conjunto de Bartzokas contaba además en su expediente con la referencia de la anterior final en la que conquistaron el título tras remontar 19 puntos ante el CSKA. En el O2 Arena Olympiacos pasó del 10-27 en contra a abrumar al Madrid con 90 puntos en 30 minutos (39 de ellos en el último cuarto). Spanoulis, a 0 al descanso, se ganó el MVP con 22 puntos en la final (100-88). “Nos faltó fortaleza mental”, resumió entonces Felipe. “La cabeza gana más finales que las piernas y una Final Four es casi más cuestión de carácter que de baloncesto. Ante Olympiacos, si los árbitros nos dejan, tenemos que ser más duros que ellos”, explica ahora el capitán madridista. En esta ocasión, el subcampeón de Europa afronta la cita con 30,8 años de media por los 27 del cuadro de Sfairopoulos. La transformación de las plantillas ha modificado el reloj biológico de la final.
“El Madrid el año pasado fue el mejor equipo de Europa aunque se le escapara la final en la prórroga. No había que cambiar el juego. Se trataba de agregarle algunas cositas. Es a lo que vinimos los nuevos”, prosigue Nocioni, que concreta esos matices cuando detalla su aportación. “Tengo una marca registrada y no voy a cambiarla a los 35 años. Además de mis cualidades como jugador, soy una persona con carácter y trato de aportar eso. Los nuevos vinimos para eso. Vinimos para ganar este título”. El Chapu jugó la final de Copa con un tobillo maltrecho, pero la circunstancia no le impidió aportar 10 puntos, siete rebotes y cuatro tapones que amedrentaron a los interiores del Barça. Pleiss y Goudelock sufrieron, en forma de taponazo de videoteca, la furia del argentino. El MVP de la Euroliga, Nemaja Bjelica, vivió el mismo tormento y se derritió ante la personalidad de su excompañero en el Baskonia, desatado en busca de otra final.
Completó el trabajo Ayón, que tras un irregular comienzo de curso ha revalorizado su papel en el equipo coincidiendo con el clímax de la temporada. Llegó sin apenas vacaciones tras disputar el Mundial con México y con apenas dos entrenamientos se estrenó en Vitoria alzando la Supercopa. Con el paso de los meses su asociación con Felipe Reyes ha formado la pareja de interiores más sólida de la era Laso. “Vine a aportar agresividad en la defensa de los grandes, a defender el pick and roll y a complementar el potencial ofensivo del equipo”, resume. “Ayón y Nocioni nos han aportado un plus de intensidad y garra. Es una tranquilidad tenerlos a tu lado en los partidos importantes”, refrenda Sergio Rodríguez. Llega el más importante. El partido que puede poner fin a 20 años de espera por la Copa de Europa.
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