Kent, intocable en Moto3, y triunfo de Folger en Moto2
Rins cae en la última curva tras intentar adelantar a Rabat, finalmente tercero por detrás de Zarco En Moto3 el británico gana su tercera carrera consecutiva tras una vibrante última vuelta
Jonas Folger, 21 años, al mando de una Kalex y en el seno de un equipo español, el AGR (fundado por el cocinero Carlos Argiñano y su amigo, ya desaparecido, Ginés Guirado) volvió a ganar. Después de estrenarse con una victoria en Qatar, triunfó también en Jerez. Fue el único que pudo seguir a Rabat desde que se apagó el semáforo. Y aprovechó el primer fallo de este para ponerse en cabeza (vuelta 10). Con un ritmo constante, correctísimo al manillar, consistente vuelta a vuelta, el alemán guisó su triunfo solo y a fuego lento y fue deshaciéndose del español muy poco a poco. Acabó con dos segundos de ventaja.
Tras él, peleándo en una carrera distinta, la atracción fatal de la última curva de Jerez terminó con las aspiraciones de Alex Rins, el mejor debutante del año en Moto2, tan cómodo con su nueva moto y en su nuevo equipo que quiso intentar un imposible. En la última vuelta, en la curva 13, después de recuperarle (en tres giros) un segundo a Tito Rabat, probó con la maniobra con la que todos sueñan: una estacada allá donde tipos como Doohan, Rossi o Márquez escribieron la historia. Claro que el riesgo es máximo. Lo probó en sus propias carnes el español, que le tomó el interior a su colega sin reparar en las consecuencias. Y lo que ocurrió fue que terminó por los suelos. Y no se llevó por delante al campeón del mundo de milagro.
Rabat, que empezó a sufrir con sus neumáticos desgastados al cabo de unas pocas vueltas –así, con una curva mal trazada, perdió la primera posición a favor de Folger– llegó al final de la carrera tan justo que fue cediendo metros inevitablemente. La escena era golosa. Y cayó Rins en la tentación de Jerez.
La carrera la habían escrito estos tres personajes (Folger, Rabat y Rins), además de Luthi, que fue perdiendo fuelle en el mismo momento en que Rins le adelantó (vuelta siete) y de Zarco, el líder de la categoría, que protagonizó una remontada excelente para acabar subiendo al segundo escalón del podio merced a una última maniobra tan magnífica como afortunada: excelente por como abordó y salió de aquella última curva; beneficiado también por el ataque de Rins y las dudas de Rabat, finalmente tercero (su primer podio del año), en aquellos últimos giros.
Rins –que pidió disculpas en cuanto se bajó de la moto– recogió su moto y pudo cruzar la meta. Lo hizo en 18ª posición.
Kent sobrevive a Quartararo en Jerez
Carita de no haber roto un plato en su vida, talento a borbotones e ideas de bombero. Así es a sus 16 años recién cumplidos Fabio Quartararo, el chico que alegró la fiesta del domingo por la mañana, el chaval que sube el nivel de la categoría, el que hace a sus rivales apretar los dientes y cerrar los ojos. Sigue esperando a que llegue su primera victoria, pero, mientras tanto, se entretiene y entretiene al personal con su pilotaje. “Sabía que lo iba a intentar”, se confesó Danny Kent, el otro chico de moda, el líder, el gran favorito, que llegó a la última curva en primera posición, temeroso, a la defensiva: levantó ligeramente su menuda Honda y eso le salvó. Le salvó del ataque desesperado del niño que nada tenía que perder. Y ganó, otra vez, y van tres, consecutivas.
Llegó Quartararo a aquella 13ª curva en tercera posición, apuró la frenada, derrapó, se ganó el interior y cuando soñaba con salir de aquel embrollo en primer lugar la moto, tan forzado iba, le hizo un extraño y se fue largo. Menos mal que a Kent le sobra pericia. Si hubiera intentado aguantar en la curva quién sabe dónde hubiera terminado. Su cautela le dio un nuevo triunfo. Y su gran carrera le ayuda a allanarse el camino al frente de la clasificación, donde goza de más de 30 puntos sobre su compañero de equipo, Efrén Vázquez, que está enfermo y no pudo más que ser quinto.
Quartararo, el atrevido, el novato, el chico por el que se hizo una excepción y que debutó en el Mundial con 15 años, es el tercer clasificado de la general. Gracias y a pesar de sus locuras. Quiso hacer el mismo movimiento que catapultó en ese mismo escenario a Márquez el día que se la jugó a Lorenzo en aquella última curva. Pero no le salió tan bien. Él, que está aquí para dar espectáculo, seguirá probando maniobras imposibles, seguro.
La carrera fue una delicia. Una sucesión de adelantamientos entre el grupo delantero, formado esta vez por cuatro pilotos elegidos, los más rápidos, con Oliveira y Binder completando el equipo. El portugués, con quien el joven francés se había pasado tantas veces en la primera y en la sexta curva, la famosa Dry Sack, también salió airoso de la embestida final. Y fue segundo. Binder, que había perdido el hilo del podio a dos vueltas del final, fue el gran beneficiado por la maniobra de Quartararo. El primero subió al podio, el segundo fue cuarto.
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