El Barcelona golea en Córdoba y se mantiene firme en el liderato
El delantero juega y hace jugar al Barcelona, espoleado también por el primer triplete de Luis Suárez, y descompone por completo a un Córdoba que desciende a Segunda
Ha encontrado el Barcelona su mejor juego a última hora, justo cuando la exigencia aprieta. Ya no es tan vertical como al inicio, sino que acaricia al balón en la zona de creación y lo agita en los metros concluyentes con la efusividad y espectacularidad que imprimen los tres delanteros, sobre todo un Messi que tanto le da ser el aspersor del fútbol azulgrana como el punto final de las jugadas. Buen ejemplo de ello lo dio en el Nuevo Arcángel, donde actuó de sacacorchos excepcional que catapultó de nuevo al equipo en su lucha por la Liga; también martillo definitivo para un Córdoba de fe frágil que encajó su peor goleada histórica en casa y que pierde la categoría un año después del ascenso.
Córdoba, 0 - Barcelona, 8
Córdoba: Juan Carlos: Crespo (Gunino, m.45), Iñigo López, Pantic, Edimar; Luso (Ekeng, m.57), Deivid, Krhin: Bebé (Fede Vico, m.61), Fidel; y Florin. No utilizados: Saizar, Fede Cartabia, Abel y Heldon.
Barcelona: Bravo; Alves, Piqué, Mascherano (Mathieu, m.60), Jordi Alba; Rakitic (Pedro, m.68), Busquets, Iniesta (Xavi, m.60); Messi, Luis Suárez y Neymar.
Goles:0-1. M.42. Rakitic controla y remata una asistencia de Messi. 0-2. M.45+2: Suárez remata un centro de Iniesta 0-3. M.46. Messi cabecea un centro de Alves. 0-4. M. 52. Suárez cabecea un centro de Alves. 0-5.M. 65. Piqué cabecea un córner de Rakitic. 0-6. M.79. Messi empuja una pelota dejada por Suárez en jugada de Pedro. 0-7. M.83. Neymar marca de penalti. 0-8. M.87.Suárez aprovecha un rechace para batir a Juan Carlos.
Árbitro: Clos Gómez. Amonestó a Luso.
Nuevo Arcángel. 14.000 espectadores.
Luis Enrique ya no rota, sino que pone a los mejores para resolver de una vez por todas el interminable mano a mano con el Madrid por la Liga. Y aunque el equipo se encasquilló de inicio, despejó la incógnita del duelo antes del entreacto. Costó lo suyo, sobre todo porque el Córdoba, alimentado por el aliento de una afición que entendía el encuentro como la fiesta final de un curso catatónico y que le devolverá a Segunda, aceptó sin rubor su condición de equipo débil para plantear un duelo tacaño, con las líneas de la mano del portero y bien apretujadas, con los 11 futbolistas por detrás del balón. Era todo un choque cultural, con el Barça al abordaje y el rival poniendo puntos de sutura.
La intención del Córdoba, con tres mediocentros, pasaba por anular el juego interior azulgrana. Por lo que al equipo de Luis Enrique no le quedó otra que refugiarse en los costados, por donde percutía Alves, rompía Rakitic o galopaba Neymar. Pero los centros eran continuos gatillazos, con dos remates torcidos de Neymar —especialmente clamorosos dos de ellos en la boca de gol— y otro de Messi, que se topó con la nube de piernas contrarias. Pero el 10, acentuado inconformista, acabó por revertir la dinámica.
Aunque, afectado por el agudo calor de la tarde (33º), el Barça tardó en expresar su vitalidad. Iniesta y Rakitic apenas participaban del juego en las zonas calientes y el equipo no mezclaba por dentro. Pero el argentino, cansado de una película ya conocida, optó por reconvertirse en mediapunta, en un enganche que jugara e hiciera jugar al resto, en un Xavi del área rival.
Luis Enrique ya no rota, sino que pone a los mejores para resolver el mano a mano con el Madrid
Y poco le importan a Messi las estrecheces, futbolista que lleva el esférico atado a las botas, que conduce y quiebra con el movimiento de caderas y el baile de pies. Así, descontó a tres rivales para probar a Juan Carlos, acertado en la estirada. Pero la riqueza de recursos del 10 es infinita y con eso le valió para crear el desaguisado sobre un Córdoba que apenas daba señales de vida, más allá de las carreras de Edimar y también de Bebé, que le buscaban las cosquillas a Alves. Sus centros, en cualquier caso, los desviaba Piqué y sólo en un rechazo el propio Bebé pudo rascar el gol; al final chut de rugby más que de fútbol y balón por los aires. También lo probó Abel desde lejos, ocasión desbaratada por Bravo. Y sin un gol que festejar, el Barça de los tres delanteros planetarios no perdona.
Desde su improvisada demarcación de mediapunta, sacó Messi el mejor de los swings, el golpeo que rebasa a la defensa por arriba. La primera fue para Neymar, que remató y celebró de forma prematura el gol porque el palo escupió el balón para fuera. Pero después llegó otra picadita del 10 y el remate furibundo, previo control, de Rakitic a gol. Por lo que Iniesta le imitó después con un pase idéntico desde el otro costado, remate atinado ahora de Luis Suárez.
Encontró el Barcelona en el segundo acto el ritmo que le faltaba en la circulación del balón, pinball en el balcón del área rival. Así, tras una mezcla de Messi, Rakitic y Alves, el centro fue rematado con la cabeza del mismo Leo. Y Alves repitió asistencia con otro centro medido sobre Luis Suárez, que completó más tarde su primer triplete como azulgrana para sumar 17 redes en los últimos 16 duelos.
Abierto el marcador, los azulgrana encontraron el ritmo de juego en una gran segunda parte
Tiempo ya para la desconexión; tiempo para cantarle una nana al rival con el balón entre los pies. Aunque también para que Piqué subrayara el buen hacer en la estrategia —otro gol de cabeza—, y para que Messi tomara la delantera en la lucha por el Pichichi, ya con 40 goles. Sacó la bandera blanca el Córdoba, pero el 10 también quiso tener un detalle con Neymar, atrofiado ayer pero con el premio del gol desde el punto de penalti después de una entrada de Gunino. Le queda al Barça un sprint de tres partidos por la Liga (Real Sociedad y Deportivo en casa y visita al Atlético en el Calderón) y con Messi de futbolista total todo es más fácil.
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