Victoria incontestable de Kent en Moto3 y de Lowes en Moto2

Iba a otro rollo. A lo suyo. Encantado con su nueva Honda. Toda una adquisición, después de subir y bajar, de pasar a Moto2 y volver a Moto3 en busca de horizontes menos desconocidos, de cambiar la KTM por una Husqvarna todavía joven. La experiencia y el periplo han servido a Danny Kent para aclarar sus ideas, limpiar su trazada, y encontrar una velocidad que había perdido. No en Austin, donde fue inalcanzable. Ya había avisado el sábado de que su ritmo era otra cosa. De que no sería fácil seguirlo. Y así fue. Necesitó apenas unas pocas vueltas para tomar la distancia necesaria que le aseguraría el triunfo. A razón de medio segundo por vuelta, el británico llegó a la novena vuelta, la mitad de la prueba, con más de cinco segundos de ventaja. Su equipo, desde el muro, le pedía calma a su paso por la recta de meta. No tenía rival. No lo tuvo. Terminó con 8'5 segundos de margen respecto al segundo. Y esta ya es otra historia.

Quartararo, el más joven de la parrilla, se peleó con tipos mucho más experimentados, primero en busca de Kent, luego por el podio

La historia de un chaval de 15 años que cruzó la frontera de niño para medirse con los mejores talentos a dos ruedas. La historia de Fabio Quartararo, el piloto más joven de la parrilla, el niño francés que siempre compitió en circuitos españoles y con licencia española, el talento en persona. Se peleó con tipos mucho más experimentados como Masbou o Vázquez en busca, primero, de Kent. El británico se les escapó a todos. Pero no le escapó a Quartararo el podio. Sus frenadas, sus interiores, su osadía y el delicioso golpe de muñeca le llevaron al segundo escalón del podio. Es sólo su segunda participación en el Mundial.

La pista no estaba fácil, prueba de ello fueron las múltiples caídas –la última, la de Masbou, ganador de la primera carrera en Qatar y con un tropezón en la última curva: cruzó la meta con la moto a cuestas–; aunque la carrera se corrió en seco había algunas curvas que escondían parches de agua. Trampas para los que estuvieran menos atentos. Trampas en las que no cayeron ni Kent, ni Quartararo. Tampoco Vázquez, que vuelve a subirse al podio. No quiere desaprovechar la última oportunidad que le ha dado este Mundial.

Rins sube al podio

Unos minutos más tarde, Moto2 asistió a una exhibición de Sam Lowes, uno de los pilotos más en forma de este inicio de temporada. Durísimo consigo mismo un día antes –“Tengo que aprender a dejar de caerme”, dijo, el gesto serio, tras un sábado accidentado–, el británico se llevó en Austin lo que se le resistió en Qatar. En Losail, donde partía desde la poley parecía intratable, se fue, también, al suelo. En el circuito de Las Américas, esta vez, ya no falló. Paciente en los primeros giros, persiguió a otro de los nombres propios de la categoría, Zarco, y le dio el golpe en una de sus curvas preferidas, la 12ª, una cerrada, a la izquierda, una de las mejores frenadas del trazado texano, justo al final de la contrarecta con la que empieza el tercer parcial. Faltaban cinco vueltas para el final. Y ya nada alteró su travesía.

El francés, sin embargo, se pelearía un par de giros más tarde con Simeon. Salió ganando. Lo hizo en esa deliciosa zona serpenteada con la que arranca el circuito. Zarco había tomado la delantera en la segunda curva; al tomar la tercera, en el cambio de dirección, el belga se precipitó. Y perdió su moto y el podio. Para suerte de Alex Rins, que bordó su excelente fin de semana con un tercer puesto que se ganó a pulso. El debutante está demostrando sentirse muy cómodo con la Moto2. Incluso más que su compañero de equipo, Tito Rabat. El campeón del mundo logró, finalmente –tras una excelente salida y una no tan buena carrera–, una cuarta plaza que le permite salvar los muebles.