Rossi se apunta a las derrapadas
El de Yamaha sacrifica el paso por curva para sacar provecho a la apurada de frenada “La carrera de Qatar la he visto ya 10 veces”, confiesa el italiano
Valentino Rossi no era líder del Mundial de MotoGP desde 2010, aquel año en el que empezó su calvario personal: primero con los dolores de espalda, luego con la fractura de tibia y peroné, y finalmente con su marcha de Yamaha y su decisión de subirse a la Ducati. Apenas se ha disputado una carrera, sí, el liderato es anecdótico, pero no lo es la victoria en Qatar –“La he visto unas diez veces, tenía muchos grupos de amigos con quien compartirla, aunque la disfruté más encima de la moto”, confesó a su llegada a Austin–, tampoco el rendimiento del italiano, ni la evolución de su pilotaje. El de Yamaha fue ya el año pasado uno de los primeros veteranos que asumieron que el estilo había cambiado, que las motos exigían algo distinto y que la competencia (y las nuevas promesas) pilotaba como lo hacía Márquez, de manera agresiva, con el cuerpo muy descolgado y grandes derrapadas.
La moda viene de Moto2 y dan buena cuenta de ello tipos como Bradl o Redding. Y al nueve veces campeón del mundo no se le caen los anillos por intentar emular su técnica. Pasa horas y horas en su ya famoso rancho entrenándose con motos de dirt-track y compitiendo con chicos a quienes duplica la edad. Valentino quiere seguir ganando y por eso se ha apuntado a las derrapadas. “El estilo está en constante evolución porque cada año tienes algo diferente en la moto, cambian los neumáticos o los frenos. Trabajo desde hace dos años en mi estilo y en la posición del cuerpo en la moto, pero todavía me queda mucho”, apuntó este jueves.
Trabajo desde hace dos años en el estilo y en la posición del cuerpo en la moto, pero todavía me queda mucho” Valentino Rossi, piloto de Yamaha
Si el año pasado mejoró en la salida de las curvas –“Levanta antes la moto y sale antes, para adecuarse mejor a las gomas. Eso a su edad no es fácil, pero se ha empeñado muchísimo”, explicaba hace un año Silvano Galbusera, su renovado ingeniero de pista–, este se impone un cambio en la entrada. Y Rossi ya lo ha puesto en práctica, como se vio en el circuito de Losail, aunque para ello tenga que sacrificar el tan venerado paso por curva de la Yamaha. “Valentino ha entendido cómo puede ser más rápido y nosotros le intentamos ayudar trabajando con el freno motor para que pueda parar bien la moto, apurar la frenada y hacer buena entrada a curva”, explica Matteo Flamigni, telemétrico de su equipo.
La mejora de la M1 y la evolución del estilo del piloto confluyen en un mejor rendimiento del 46. “Todo parte del comportamiento de la moto, que ahora es más eficaz en frenada, de cómo actúa el freno motor y cuánto se bloquea la rueda trasera. El año pasado la moto siempre se iba un poco larga, muy poco, pero lo suficiente para perjudicar la entrada en curva. Ahora intentamos que la moto tome la línea correcta. Y luego es el piloto el que acaba de meterla en la curva con el cuerpo”, añade Flamigni.
Ese cambio –al que ha renunciado, por ejemplo, su compañero Lorenzo: “soy muy fino y este es el estilo que me ha permitido destacar estos años”, decía en febrero– , y el mejor comportamiento de la Yamaha en aceleración desde el curso pasado, explican los aires renovados de un Rossi capaz de dar guerra a los 36. Aunque se le multipliquen los rivales –“Este va a ser un campeonato entre seis pilotos”, dijo tras el primer triunfo del año después de pelearse como nunca con las Ducati– y consciente como es más que nadie de que las carreras tampoco son como antes: “En los últimos años esto ha cambiado; con Stoner o Lorenzo las carreras se terminaban en tres vueltas. Era más difícil ganar y hacer adelantamientos. Ahora, con Marc, hay más pelea, las carreras duran más. Y también me gustan más”, sentenció en Qatar.
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