El Sevilla vence con eficacia de Champions al Levante

Al Sevilla le define la eficacia. Tiene recursos para todo. Te golpea por arriba o por abajo, a balón parado o a la carrera, en transiciones largas o en acciones episódicas, puntualmente con talento, siempre atento a los detalles. Y posee una plantilla larga, comprometida y enchufada para mérito de Unai Emery, que ha sabido dar lustre a unos futbolistas que creen en el preparador guipuzcoano. Y este saca el máximo rendimiento de ellos.

Dos claros ejemplos son Gameiro y Reyes, suplentes tres días atrás ante el Athletic, titulares esta vez ante un Levante sometido en el marcador por el trabajo grupal del Sevilla y la inspiración del delantero francés y del centrocampista utrerano, goleadores y asistentes entre sí. Cuenta además el conjunto de Emery con la suerte de los elegidos, buscada o casual. Se refugió en la segunda mitad en torno a Sergio Rico para salvar un resultado cuestionado hasta el final por el Levante, al que no le faltó orgullo para generar ocasiones para el empate.

En el Ciutat de València el proceder del Sevilla fue el habitual, sin tensionarse cuando el rival apretaba, con las ideas claras, con solvencia en las áreas como siempre, enchufado de nuevo Sergio Rico en la portería, con mucho trabajo. Con apuro inesperado por el arreón final del Levante y el gol de Kalu Uche, el Sevilla consiguió una nueva victoria que encarece la Champions como nunca. Para alcanzarla se presume que hará falta lograr una cifra cercana a los 80 puntos, los necesarios no hace tanto tiempo para ser campeón de Liga.

Con cambios en la alineación en ambos equipos con respecto a la jornada del fin de semana, sorprendió de inicio el Levante manejándose con criterio con el esférico, inhabitual en el conjunto de Lucas Alcaraz. Nada que incomodase al Sevilla, al que el desarrollo del juego no le resulta trascendente, no lo considera un medio para conseguir el fin. La pegada es lo que distingue a los hispalenses.

El rendimiento de la plantilla de Emery es máximo. Con gran probabilidad radica ahí su éxito. Tras marcar ante el Athletic, Bacca quedó descansando en el banquillo. Gameiro ocupó su puesto. Y el francés, a los 10 minutos de juego, hizo bueno el pase profundo de Reyes, armando con rapidez el pie derecho encimado por Toño y sin mucho ángulo de tiro. El disparo seco y cruzado de Gameiro terminó en la red tras tocar en el poste derecho de Mariño.

El Sevilla se vio con medio trabajo hecho. Y se organizó en defensa para contener a un Levante bien dispuesto y con ánimo de revertir la situación, cuestionando en el terreno de juego la supuesta superioridad del Sevilla, que no se impacienta nunca ante lo que acontezca en el juego, concentrado en las áreas. Atacaba el Levante con más pasión que claridad. La que le sobra al Sevilla cuando se asoma al campo contrario. En la segunda aparición al balcón cantó Mariño bingo de nuevo tras una incursión de Vitolo, que cedió a Gameiro para que este asistiera a Reyes, a pesar que el pase iba para Iborra. El de Utrera, acompañando la jugada, anotaba el segundo, que mermaba las esperanzas de un Levante con buenos argumentos y peores armas que un Sevilla fiable y convencido que ansía una plaza en la Champions que está temporada resultará carísima de conseguir.