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El Atlético vence a la Real Sociedad y sigue en la vía rápida

El equipo de Simeone sentencia a los vascos con dos goles en los diez primeros minutos

Ladislao J. Moñino
Griezmann y Torres celebran el segundo gol del Atlético.
Griezmann y Torres celebran el segundo gol del Atlético.A. Ruesga

El Atlético sigue en la vía rápida que tomó en Córdoba. Anoche a los 10 minutos ya tenía el partido resuelto con dos goles madrugadores. Se presentó la Real en el Calderón sin sus dos centrales titulares, Iñigo Martínez y Ansotegui, y pareció pesarle demasiado en un inicio de partido horrendo, entregado al ritmo endiablado que quiso imponer de salida el Atlético. A los dos minutos ya había recibido el primer golpetazo. No defendió bien una combinación veloz entre Arda, Griezmann y Koke que produjo una falta lateral. En la ejecución ya se vio que a la defensa realista le temblaban las piernas. Arda estrelló en el palo el centro pasado de Koke y la pelota terminó cedida a córner tras una puja de Tiago. El posterior saque cerrado al primer palo, también de Koke, con una curva tóxica para ser despejada, lo introdujo Mikel González en su propia puerta con la cabeza. No se impuso en ninguna acción la defensa realista y lo pagó con ese tanto.

Atlético, 2-Real Sociedad, 0

Atlético de Madrid: Oblak; Gámez, Giménez, Miranda, Siqueira; Arda (Saúl Ñíguez, m. 86), Mario, Tiago, Koke; Griezmann (Gabi, m. 90) y Fernando Torres (Raúl Jiménez, m. 61).

Real Sociedad: Rulli; Zaldua, Mikel González, Elustondo, Yuri; Bergara, Pardo; Zurutuza (Fingobasson, m. 74), Canales (Agirretxe, m. 74), Xabi Prieto; y Chory Castro (Granero, m. 81).

Goles: 1-0, m. 2: Mikel González, en propia puerta al intentar despejar un saque de esquina de Koke. 2-0, m. 10: Griezmann aprovecha un rechace de Rulli a disparo de Koke.

Arbitro: Undiano Mallenco (C. Navarro). Amonestó al local Arda Turan (m. 83).

Incidencias: partido correspondiente a la trigésima jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 45.000 espectadores. El equipo benjamín del Atlético de Madrid ofreció a la afición el título de la Iscar Cup, conseguido la pasada semana.

El gol no despertó a la Real, que siguió con esa dormidera que también le costó el segundo golpe. A ese ritmo perezoso, a Griezmann le dio tiempo de hacer una apertura muy buena a un toque hacia la media luna, donde Koke también pudo acomodarse el balón antes de descerrajar un disparo que no pudo blocar Rulli. Por allí andaba Griezmann para remachar ese segundo gol que finiquitó el partido con un golpeo duro y por arriba. El francés estuvo en la gestación y en la finalización. En medio de ese debate de delanteros que vive el campeón, Griezmann se ha convertido en incuestionable. Lo mismo genera juego entre líneas que dribla o se presenta en la boca del gol. Ahora mismo es el futbolista más fiable y determinante en ataque para todo lo que tiene que afrontar el Atlético en los próximos días.

Simeone tiene un problema que resolver. Suele jugar con dos delanteros, pero igualmente solo suele pesar uno de ellos. Hay dificultades de conexión con Mandzukic y también con Torres. Necesita más dinamita y más juego punzante arriba ante el cruce con el Madrid en Champions. La cuestión no tiene que ver con la posesión, sino con encontrar vías que exploten más a Mandzukic o Torres. Aquellos espacios que se autogeneraban por delante para Diego Costa cuando el equipo se replegaban se echan de menos ahora.

Griezmann y el gol del aspersor

Terminado el calentamiento de la Real Sociedad, los aspersores del campo que ocupaba el equipo visitante en el Calderón se pusieron en marcha. Llamó la atención que junto a la boca de riego más cercana al punto de penalti se situó un operario del Atlético. Con su mano, el empleado dirigía el chorro hacia la portería de Rulli, que debió encontrarse su zona de acción más rápida y húmeda de lo habitual. No es muy normal ver cómo se riega con tanto afán un área a pocos minutos de que empiece un partido.

Casualidad o no, lo cierto es que Griezmann hizo el segundo gol tras un mal blocaje a un disparo de Koke que salió disparado hacia la bota del delantero francés. Atento, Griezmann aprovechó ese balón escupido con celeridad para marcar con un golpeo potente y alto su gol número 16 en Liga, cuatro más que el discutido Mandzukic, anoche baja por esas molestias en el tobillo que confesó el domingo a Simeone.

Griezmann, que se enfrentaba al equipo en el que se formó, no quiso celebrar el gol que encarriló el partido de los rojiblancos en el minuto 10. Se acercó al fondo sur, pero no levantó los brazos y esperó a que sus compañeros le rodearan para felicitarle.

Con los dos goles en contra, asomó un poco la cabeza la Real con algunas maniobras de Canales y Chory Castro. En una de ellas, el uruguayo puso a prueba a Oblak en un disparo duro, raso y cruzado. Respondió bien el meta esloveno, que parece que logra transmitir tranquilidad ante lo que también se le viene encima. Ese despertar realista hizo entrar el partido en un toma y daca en el que el Atlético, al contrario de lo que sucedió en Córdoba, estuvo más correcto con el balón. Hizo algunas triangulaciones rápidas que propiciaron el lucimiento de Arda, Gámez y Siqueira. En el eje de esas operaciones, apareció Koke. Si Griezmann es el pilar ofensivo, el canterano lo es en la generación del juego. Se presentó en todos los lugares en los que había algo que construir. Lo hizo cuando partió más pegado a la banda y cuando se metió más al medio cuando Simeone decidió replegar a Griezmann al costado izquierdo para evitar las superioridades de la Real en el medio.

Ese nuevo dibujo dejó a Torres solo en punta, en una intención clara de tratar de montar contragolpes. Apenas tuvo ocasión de lucir zancada porque fue poco abastecido. No termina de ajustar el juego de contragolpe Simeone y lo va a necesitar. Torres se entregó y así se lo reconoció cuando fue sustituido mediado el segundo tiempo por Raúl Jiménez. La grada le venera y hay un reconocimiento muy inglés en su vuelta. Como sucede en los campos de la Premier, la hinchada le agradece cada esfuerzo sin importarle si ha estado bien o mal. Se premia al símbolo por encima de su rendimiento, aunque todos esperen más. Aficionados y el propio Torres.

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Lo que sí se pareció al partido de Córdoba fue que el Atlético no cerró el partido con el tercer gol y tuvo que asistir a otro vuelo prodigioso de Oblak como sucedió en el Arcángel. Esta vez fue una falta ejecutada por Granero que iba a la escuadra. Hasta allí voló Oblak para meter la mano en la cruceta y dejar la imagen más plástica de otro encuentro resuelto por la vía rápida al que volvió a sobrarle el segundo tiempo.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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