Ayón y el viaje Barcelona-Madrid
El pívot mexicano, al que los azulgrana renunciaron en verano, se convierte en un pilar para conjunto de Laso En el clásico del Palau (20.45, C+Deportes/E3) se decide el primer puesto del grupo
En 2012, se convirtió en jugador del Barça cuando negociaba con el Madrid y, dos años después, sin haber llegado a vestir de azulgrana rompió su compromiso con el conjunto de Xavi Pascual para presentarse como la última pieza del cuarto proyecto de Laso. Es la historia del mexicano Gustavo Ayón, el Titán de Nayarit, que, tras solventar su laberíntico puente aéreo, se ha erigido en uno de los pilares madridistas en el tercer asalto de los blancos a la Euroliga. “No me equivoqué fichando por el Madrid”, reivindica el pívot, de 2,06m y 30 años recién cumplidos, antes de afrontar el tramo decisivo de la temporada. “Vienen cosas buenas”, apunta.
El liderato, en juego
-Madrid y Barcelona pelean por el liderato del grupo E. Los blancos, con el factor cancha asegurado, llegan al Palau primeros, con un partido de ventaja y +24 puntos en el average particular tras el 97-73 de la primera vuelta.
-El que finalice líder se verá en cuartos con el Baskonia o el Efes; el segundo se mediría con Olympiacos, CSKA Moscú o Fenerbahçe, una ruta sin duda más escarpada.
-El Barcelona nunca ganó al Madrid por más de 15 puntos en sus 14 victorias que ha logrado durante la era Laso.
-Los cuatro primeros de cada grupo al término de las 14 jornadas se enfrentarán en los cuartos de final, que se disputarán entre el 14 y el 28 de abril, con el formato: 1ºE-4ºF, 2ºF-3ºE; 1ºF-4ºE y 2ºE-3ºF. Los ganadores de las cuatro eliminatorias disputarán la Final Four en Madrid entre el 15 y el 17 de mayo.
El Barça-Madrid de esta noche en el Palau (20.45, Canal+ Deportes/E3) definirá el camino de los dos grandes del baloncesto español rumbo a la Final Four de mayo y determinará el caché de ambos equipos en la lucha por el trono continental. Será el clásico número 33 en tres años y medio: con un balance de 18-14 para los madridistas. Será la oportunidad de que Ayón escenifique su pujanza tras un periplo sinuoso. “Ha estado tres años en la NBA, sin el protagonismo que tenía cuando se fue. En ese tiempo nunca tuvo continuidad y, si a eso le unimos su última lesión de hombro que le tuvo mucho tiempo parado, se requería paciencia para encontrar al mejor Gustavo. No ha sido fácil. Él ha tenido que acoplarse y nosotros saber buscarle. Necesitaba reencontrarse física y mentalmente. Estamos muy contentos de su evolución aunque aún tiene margen de mejora”, analiza Laso antes de viajar a Barcelona.
Desde su llegada al banquillo madridista, Ayón fue siempre una de las prioridades del técnico en su lista de refuerzos. A punto estuvo de ficharlo en 2012, pero aquel verano renovó por un curso con los Orlando Magic y en octubre de ese año el Barça se adelantó al Madrid y se hizo con los derechos del jugador en Europa tras pagar 60.000 euros al Fuenlabrada, asumiendo además la mitad de la cláusula de indemnización (290.000 euros) que el jugador le debía al conjunto madrileño tras su marcha a la NBA. No le salió bien la aventura estadounidense y años después la historia cambió de colores. “Es un referente. Tiene mucha polivalencia por dentro, puede defender interior-exterior, anota cerca de la canasta y se mueve rápido. Combina con todos. En Fuenlabrada jugó con Batista, con Sené y con Mainoldi, jugadores de muy distintas características, y siempre destacó por su calidad y su lucha”, analiza Laso.
El espíritu indomable de Ayón creció en una humilde familia de labradores de Zapotán, en el estado de Nayarit. Trabajó en el campo hasta que con 15 años salió de su pueblo natal para hacer carrera. Tras coquetear con el voleibol en su etapa universitaria, sus cualidades le llevaron a fajarse bajo los aros cuando ya cumplía los 18 años. En 2006, con 21, se convirtió en profesional y su proyección en los Halcones de Xalapa le llevó a Europa en apenas dos temporadas. Llegó a Fuenlabrada en abril de 2009 y en solo tres partidos apuntó sus cualidades para hacer carrera en la ACB, pero el conjunto madrileño decidió foguearlo hasta completar su formación. Pasó por el Marinos de Anzoategui venezolano, por el Illescas en la Adecco Plata y por el Tenerife en LEB Oro hasta regresar al conjunto del sur de Madrid. Le bastó una temporada, la 2010-2011, para convertirse en jugador revelación de la ACB por delante de Mirotic. Decidió entonces hacer las Américas.
En la NBA buscó un hueco sin éxito en Nueva Orleans, Orlando, Milwaukee y Atlanta, con 4,7 puntos y 4,4 rebotes de media en los 138 partidos que disputó hasta convertirse en agente libre. Sus hombros se convirtieron en su talón de Aquiles. En febrero de 2014 fue operado del derecho y aceleró su recuperación acortando el parte de baja de seis a cuatro meses para no perderse el regreso de México a un Mundial 40 años después. En la cita disputada en España promedió 17,6 puntos y 7,6 rebotes por partido, pero el Barcelona desconfió de su estado físico, completó su juego interior con los fichajes de Doellman —baja para el partido de hoy— y Pleiss, y le dio vía libre para marcharse al eterno enemigo tras ajustar cuentas. “El Barça me quería la pasada temporada, esta no tenía el más mínimo interés y el Madrid siempre estuvo ahí”, explica. Ahora forma una curtida y prolífica pareja titular con Felipe Reyes. “Es un grande y es muy fácil jugar con él”, piropea al capitán del Madrid. “Siempre se ubica bien, nos entendemos y nos buscamos”, analiza.
El pívot promedia 6,7 puntos y 4,6 rebotes en ACB y 8 y 4 en la Euroliga. “Estoy jugando mejor en Euroliga que en Liga ACB, el arbitraje deja un poco más de margen de contacto”, reconoce. Apenas hizo una pretemporada de dos días y se lanzó al parqué con mayor corpulencia y menos dinamismo que el que manejó en Fuenlabrada. Tras completar el rodaje ha hormigonado el juego interior del Madrid. “Vine a aportar agresividad en la defensa de los grandes, a defender el pick and roll y a complementar el potencial ofensivo del equipo”, resume. El Barça tiene enfrente a un Titán.
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