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La Real maquilla su victoria ante un Córdoba heroico

El equipo andaluz acabó con ocho futbolistas y sufrió la primera expulsión a los cinco minutos

Zaldua cae ante Bebé
Zaldua cae ante Bebé Juan Herrero (EFE)

El partido real duró escasamente cinco minutos, cuando Pantic se fue expulsado al vestuario con la camiseta limpia y seca. Derribó a Agirretxe y como era el último hombre fue el primero en abandonar el campo. Comenzaba entonces otro partido, uno de esos que no se preparan porque los imprevistos no se conciben. Ni siquiera la Real podía esperar un Córdoba ultradefensivo porque al equipo de Romero, un punto inicialmente le valía para muy poco. Evitar el descenso supone escalar a zancadas completas. Y a fe que el Córdoba no se arrugó ante la adversidad. La Real si que prefirió mirar el paisaje presuponiendo un rival ahogado. Y mientras observaba el cielo plomizo de Donostia, Andone se le coló en el área y cabeceó a la red un saque de esquina de Bebé. Anoeta se congeló viendo a su defensa imitar a la bíblica estatua de sal en el gol y en otros dos cabezazos en la misma jugada de Íñigo López que midieron los buenos reflejos de Rulli. La Real, tocada, estuvo a punto entonces de ser hundida. Entonces sí, entonces el Córdoba, se refugió en su campo, confiando en las cabalgadas de Bebé y el ardor guerrero del rumano Andone, suficientes para incordiar a la Real.

REAL SOCIEDAD, 3 - CÓRDOBA, 1

Real Sociedad: Rulli; Zaldua, Ansotegi, Iñigo Martínez, Yuri; Granero (Vela, m. 66), Rubén Pardo; Xabi Prieto, Canales, Chory Castro (Bergara, m. 80); y Agirretxe (Finnbogason, m. 89). No utilizados: Zubikarai, Elustondo, De la Bella y Hervías.

Córdoba: Juan Carlos; Gunino, Pantic, Iñigo López, Pinillos; Zuculini, Krhin: Bebé, Borja, Heldon (Luso, m. 34); y Florin (Cartabia, m. 80). No utilizados: Saizar, López Silva, Abel y Campabadal.

Goles: 0-1. M. 12. Florin. 1-1. M. 33. Agirretxe. 2-1. M. 75. Chory Castro. 3-1. M. 90(+2). Finnbogason.

Árbitro: Velasco Carballo. Expulsó (m. 5) a Pantic, por roja directa y a Íñigo López (m. 81) y a Pinillos (m. 90+2) directamente. Amonestó a Ansotegi, Zuculini, Juan Carlos y Bebé.

21.169 espectadores en Anoeta

Llegó el monólogo, pero el discurso de la Real era tosco, poco creativo, rutinario. El Córdoba defendía con algunos despistes, con el esloveno Krhin reconvertido en central, pero sin arrugar demasiado su papel en el partido. En esos casos, el desatascador tiene que utilizar alguna técnica genial. Lo hizo Agirretxe, habitual en reparaciones de urgencia. Un centro desde la izquierda lo cabeceo de espaldas, en un escorzo inverosimil dejando el balón en el lateral de la red, pero por dentro.

Una expulsión, dos goles, dos cabezazos, dos paradas de Rulli... Faltaban los hechos circunstanciales y la madera de las porterías reclamó su presencia en un partido de hierro. Bebé le arreó al larguero de Rulli y Zaldua, al de Juan Carlos. Había sido mejor el disminuido Córdoba frente a la desangelada Real. Más promiscuo el Córdoba que la recatada Real, aunque pareciera que el equipo de Moyes insistía e insistía, pero de forma rutinaria que Anoeta estalló en murmullos.

El calvario le llegó al Córdoba en la segunda mitad. Le pasó de todo y todo malo. Tuvo el gol en los pies de Bebé al que detuvo otra vez Rulli y en el camino de vuelta Chory Castro marcó el segundo gol. Se quedó con nueve futbolistas por expulsión de Iñigo López, es decir con los dos centrales en el vestuario antes de tiempo. La montaña era ya inalcanzable. Anoeta respiró, aunque no dejó de fruncir el ceño hasta que saltó al campo Carlos Vela, su mago particular, que volvía al fútbol desde que se lesionó en el Santiago Bernabéu. Incluso disfrutó del primer gol en Liga de Finnbogason, regalado por un gran pase del mexicano. ¿Qué más le podía pasar al Córdoba? Acabar con ocho, porque en tiempo de prolongación Velasco Carballo expulsó directamente a Pinillos por algún improperio tras el gol. El heroísmo del Córdoba no tuvo premio. La rutina de la Real encontró el maquillaje del gol. Y la victoria.

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