Luca Toni, el maratoniano del gol
A sus 37 años, el ariete del Hellas Verona es al máximo goleador italiano del calcio con 13 tantos; “llevo cuatro años diciendo que esta es mi última temporada….”
Primero fue un penalti a lo panenka, contra el Milan la semana pasada. Anoche un doblete suyo tumbó al Nápoles de Higuaín y Rafa Benítez. Luca Toni tiene 37 años (a punto de cumplir 38) sigue jugando al fútbol y sigue marcando goles. Incluso con un poco de barriga. 13 tantos lleva esta temporada en el Hellas Verona. Es el máximo goleador italiano del calcio y está a dos de Mauro Icardi y Carlos Tévez que lideran la tabla del pichichi. Ha marcado los mismos goles que Higuaín.
“Luca es un fenómeno”, dice su entrenador, Andrea Mandorlini. Un fenómeno que ha alcanzado a Christian Vieri (142 goles en la Serie A) y que ha celebrado ya 256 tantos desde que empezó a jugar con 17 años en el Módena. Delantero centro de la selección italiana que ganó el Mundial en Alemania, vistió, entre otras, las camisetas de Roma, Juventus, Fiorentina, Palermo, Bayern y también del Brescia donde coincidió con Pep Guardiola. “La humildad la aprendí de él, después de cada entrenamiento me decía ‘me quedo lanzarte unos centros y unos córner”, ha confesado en una entrevista.
Vive ajeno las redes sociales y sigue juntándose con los amigos de siempre a jugar a las cartas y comer pan con chorizo
“No vivo para el pichichi, pero ya que estoy allí intentaré seguir marcando para alcanzar a Tévez e Icardi. Hay domingos que la pelota entra y domingos que no”, dijo ayer al final del partido. Le recordaron que en mayo cumple 38 años. “Sí, la edad es esa, la que sale en el DNI… Tanto que ahora necesitaré un poco de tiempo para recuperarme del esfuerzo que he hecho hoy”, bromeó Toni en su segunda temporada en el Hellas Verona. El año pasado terminó la Liga con 20 goles. Muchos hicieron campaña para que Cesare Prandelli se lo llevara al Mundial de Brasil.
“No sé si voy a seguir o no. Este año me iré de vacaciones con mi familia, cosa que no hago desde hace mucho, y decidiré con ellos sobre mi futuro… Llevo cuatro años diciendo que esta es mi última temporada. Quizás…”. Quizás siga otra más. Lo que seguro no hay en su futuro es el banquillo. Toni no se ve entrenando. “Miro a Inzaghi y veo que ha envejecido diez años desde que está en el banquillo del Milan. Hace algunos meses lo habrían nombrado presidente de honor y hoy le cuestionan… por eso nunca seré entrenador”, ha dicho.
Vive ajeno las redes sociales –“soy de otra época”- y sigue juntándose con los amigos de siempre con los que juega a las cartas comiendo pan con chorizo. Tiene dos hijos a los que, dice siempre, quiere educar como sus padres le educaron a él. “Mi padre era pintor, se construyó la casa donde vive con sus manos, solito, después del trabajo. Cuando les quise regalar una a él y a mi madre me dijo que no, que él su casa ya la tenía”, ha declarado en una entrevista en la Gazzetta. También recordaba como tenía que compartir cazadora con su hermano porque no había dinero suficiente en casa para comprar dos. Hoy lo único que tiene que comparte es la alegría de marcar.
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