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Las cloacas del balón

El ‘caso Osasuna que investiga un juzgado de Pamplona destapa el amaño de partidos y evidencia los métodos de corrupción en el fútbol español El juez desconoce el destino de 400.000 euros que no fueron destinados a los tongos e intuye que alguien se los apropió.

Ladislao J. Moñino
El expresidente del Osasuna Miguel Archanco sale de la carcel acompañado por sus junto a familiares tras depositar 500.000 euros de fianza.
El expresidente del Osasuna Miguel Archanco sale de la carcel acompañado por sus junto a familiares tras depositar 500.000 euros de fianza.Ivan Aguinaga (EFE)

Investigadores privados contratados por la Liga de Fútbol Profesional (LFP) ante las sospechas de un final de Liga, el de la temporada pasada, con olor a tongo en los puestos bajos de la tabla. Imágenes de reuniones entre directivos, jugadores y representantes en las que supuestamente se llegaba a los acuerdos para amañar partidos. Un ex gerente recién jubilado, Ángel Vizcay, de Osasuna, que sintiéndose acorralado por auditorías que detectan irregularidades en las cuentas y probablemente por otras pruebas, decide hacer una confesión grabada en la sede de la LFP en la que reconoce que de las arcas de la entidad navarra salió dinero para premiar a otros equipos por ganar, empatar o perder aposta.

 El caso Osasuna ha puesto al descubierto las vetas podridas en las que jugadores y dirigentes sin escrúpulos hacia la historia de los clubes que representan han querido, según constata el juez, extraer beneficios deportivos o económicos. Hay directivos que acusan a futbolistas de presionarles para la compra de partidos, jugadores imputados, (Sergio García, Jordi Figueras, Damiá, Jorge Molina, Patxi Puñal y Antonio Amaya), sociedades instrumentales radicadas en paraísos fiscales y facturas falsas que hablan de asesoramientos en futuras inversiones sobre el patrimonio en terrenos del club.

Se han relatado escenas de bolsas con dinero lanzadas de coche a coche

El fútbol, a veces como reflejo de la sociedad, tampoco ha sido ajeno en este caso a la mayor fuente de corrupción que ha asolado España en la última década: la burbuja inmobiliaria.

El proceso de instrucción del caso Osasuna ha dejado escenas relatadas ante el juez de thriller policíaco que hablan de lanzamientos de bolsas con dinero de coche a coche, en un polígono de Sevilla o en un aparcamiento de la misma ciudad, según diversas fuentes cercanas al caso. De fondo, emerge un juez navarro, Fermín Otamendi, con fama de duro y rígido, dispuesto a limpiar de corruptos el equipo de su tierra en perfecta colaboración y coordinación con la policía.

Las cloacas del fútbol español empiezan a estar judicializadas —los 42 implicados ante el Levante-Zaragoza de 2011 empezarán a declarar en Valencia el 25 de marzo— tras años de impunidad en los que al no estar tipificado como delito penal el fraude deportivo los tramposos campaban a sus anchas bajo el código de la omertá. Una frase común y exculpatoria era utilizada por jugadores y entrenadores cuando eran inquiridos por los amaños. “Siempre se habla de maletines, pero yo nunca he visto uno”.

El juez no se fía de nadie, ni del confesor Vizcay, al que ha pillado en varios renuncios

Que desde 2010 los amaños sean delito ha propiciado que Javier Tebas, presidente de la LFP, lidere la cruzada que prometió cuando llegó al cargo en 2013. Tebas creó para ese fin el departamento de integridad, que dirige Manuel Quintanar. La monitorización de los partidos que levantaban sospechas por la información obtenida de las casas de apuestas, delatores anónimos y sus contactos en todos los clubes han ayudado a Tebas a iniciar las investigaciones.

Durante esta semana de intensos interrogatorios en el Palacio de Justicia de Pamplona, el juez Otamendi, que decretó hace una semana prisión incondicional para el ex directivo rojillo Txuma Peralta, y bajo fianza de 500.000 euros para el expresidente Miguel Archanco, ha escuchado por boca de varios encausados que siempre ha existido el rumor de que el amaño de partidos era práctica habitual en el fútbol español, impulsada en ocasiones por los propios jugadores. Según fuentes del caso, algunos directivos imputados sospechan incluso que había cuatro futbolistas de Osasuna que durante un encuentro disputado ante el Celta les podría interesar la derrota y un posterior descenso para quedar libres.

A cambio de 30.000 euros dos agentes inmobiliarios emitieron una factura falsa

El magistrado tiene la creencia de que todos mienten o que no cuentan todo lo que saben, amparados en la lógica procesal que les da su derecho como imputados. Por no fiarse, el juez no se fía ni del confesor Vizcay, al que ha pillado en varios renuncios en su declaración, como cuando el exgerente dijo no haber ordenado al contable que anotara las facturas falsas de la sociedad Flefield, domiciliada en la zona franca de Madeira, y que en la auditoria reflejan servicios de scouting y consultoría por 1.440.000 euros, pese a estar rubricadas con su propia firma.

De otro de los documentos, uno en el que Cristina Valencia y Alberto Nolla, dos agentes inmobiliarios, reconocían haber recibido 900.000 euros justificados como asesoramiento sobre futuras inversiones en terrenos del club, Vizcay dijo no tener los originales, pero aparecieron en el registro de su domicilio. No solo no se entregaron esos 900.000 euros, sino que tanto Valencia como Nolla admitieron haber recibido 30.000 euros por simular mediante la factura falsa que habían cobrado dicha cantidad. De una salida de dinero por un supuesto préstamo de 600.000 euros que una persona habría hecho a Osasuna el exgerente no lo relató ni en su confesión en la Liga ni ante el juez Otamendi.

“Hubiéramos preferido descender a pasar por esta deshonra”, es

Todas estas cantidades forman parte de un proceso, que ya está bajo secreto de sumario, en el que el magistrado tiene muy claro que entre el 10 de mayo de 2013 y el 4 de julio de 2014 se hicieron disposiciones de las cuentas de Osasuna por 2.145.000 euros cuyo fin en su totalidad no es claro, pero de los que hay pruebas indiciarias de que una proporción alta de ese dinero fue utilizado para primar a futbolistas rivales de Osasuna por ganar, empatar o perder partidos. 400.000 euros fueron supuestamente destinados a jugadores del Betis por ganar al Valladolid (4-3) y por dejarse ganar ante Osasuna (2-1). Según la declaración de Vizcay ante la Liga, otros 250.000 euros habrían sido entregados al Espanyol por empatar (1-1).

El juez también sospecha que de esa cantidad extraída para los presuntos amaños, cerca de 400.000 euros se han quedado en el camino por habérselos apropiado individuos aún no identificados. Mientras, en Pamplona, la calle está indignada, ante el mancillamiento de un club que llegó a ser un modelo de gestión que le permitió no tener que convertirse en sociedad anónima y que tuvo que ser rescatado por el Gobierno foral a finales de 2014. En la ciudad, con nostalgia y orgullo de otros tiempos, se recitan los nombres de Martín, Sola, Iriguíbel, Echevarría o Lecumberri. El sentir, en las calles, en los bares o en los taxis es general. “Hubiéramos preferido descender a pasar por esta deshonra”.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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