Cómo resolver el problema de los cabezas de serie
El polémico sorteo de la fase de grupos de 2014 ha obligado a la UEFA a anunciar un nuevo sistema que entrará en vigor la temporada que viene
Ahora que la Liga de Campeones se reanuda esta semana con los primeros partidos de octavos de final, muchos aficionados se preguntan qué aspecto tendrá este campeonato en su próxima edición. El polémico sorteo de la fase de grupos de 2014 ha obligado a la UEFA a anunciar un nuevo sistema para escoger a los equipos cabezas de serie que entrará en vigor la temporada que viene.
El método actual se basa en los resultados obtenidos por los equipos en competiciones europeas a lo largo de los últimos cinco años, pero no tiene en cuenta en que posición acabaron en sus respectivos campeonatos domésticos. Por el contrario, el nuevo sistema que la UEFA ha anunciado en parte, pero no adoptado aún oficialmente, otorgaría demasiada importancia a esto último beneficiando, por ejemplo, mas al campeón del torneo ruso que a los segundos clasificados de los campeonatos más potentes del continente (España, Inglaterra y Alemania).
Existe una manera sencilla de tener en cuenta tanto la calidad relativa de cada campeonato como el rango que ocupa cada equipo en su liga
Pero existe una manera sencilla de tener en cuenta tanto la calidad relativa de cada campeonato como el rango que ocupa cada equipo en su liga nacional.
La Liga de Campeones es el campeonato de clubs de fútbol más importante y prestigioso del mundo y reúne a las mejores escuadras europeas. Cada año 32 equipos se clasifican, a veces después de una o varias rondas preliminares, teniendo en cuanta la posición en la que terminaron en su torneo doméstico en la temporada anterior, siendo las ligas más importantes las que aportan un mayor número de participantes. Este año, por ejemplo, están representados 18 países: España (4 equipos), Inglaterra (4), Alemania (4), Portugal (3), Italia (2), Francia (2), Rusia (2), Ucrania (1), Holanda (1), Turquía (1), Bélgica (1), Grecia (1), Suiza (1), Chipre (1), Bielorrusia (1), Suecia (1), Bulgaria (1) y Eslovenia (1). Tanto el vigente campeón como el campeón de la Liga Europa (a partir del año que viene) se aseguran una plaza directamente.
Durante la primera fase del campeonato, los 32 equipos se distribuyen en ocho grupos de cuatro, y para esto la UEFA utiliza un sistema que consiste en cuatro bombos con ocho equipos cada uno, de manera que cada grupo tenga un equipo escogido aleatoriamente de cada bombo. Hasta este año los bombos se componían en función del índice UEFA de cada equipo: El bombo 1 incluye al vigente campeón y a los siete equipos con mejor índice, el bombo 2 a los ocho siguientes, etc. El índice UEFA mide los resultados obtenidos por un equipo en la Copa de Europa durante los últimos cinco años y en ningún momento tiene en cuenta la clasificación obtenida en su liga nacional en la pasada campaña.
En consecuencia el Arsenal, por ejemplo, que terminó tan sólo cuarto en la Premier League pero que también obtuvo buenos resultados en Europa durante el último lustro, estuvo incluido en ese bombo 1, mientras que el campeón de Inglaterra, el Manchester City, figuraba en la última posición del bombo 2. De esa forma, al City le toco un grupo muy complicado junto con los campeones de Alemania y de Rusia (Bayern Múnich y CSKA Moscú) y el segundo del campeonato italiano (AS Roma), mientras que el Arsenal se benefició de un sorteo claramente más fácil gracias a poder partir desde el bombo 1: Borussia Dortmund (segundo de Alemania), Galatasaray y Anderlecht.
Durante el sorteo pasado, algunos subrayaron que, por ejemplo, Manchester City debería haberse protegido más
En 2012, y a pesar de su título nacional, el Manchester City estaba incluso en el bombo 3, dos por debajo del Arsenal que termino el tercero en la Premier ese año, debido a su media de resultados en Europa. En aquel caso les toco jugar en el grupo más difícil junto con los campeones de España, Alemania y Holanda (Real Madrid, Borussia y Ajax). En otras palabras, a pesar de su nombre, la Liga de Campeones no recompensa necesariamente a los campeones de las ligas nacionales.
Durante el sorteo el verano pasado, algunos directivos, entrenadores y periodistas se quejaron del modo en que se componen los bombos, subrayando que por ejemplo el Manchester City debería haber estado más protegido que los equipos que le seguían en la Premier League. Esas quejas fueron recogidas por la UEFA y, siguiendo la sugerencia de Manuel Pellegrini, entrenador del City, el secretario general de la UEFA Gianni Infantino anunció el 9 de Octubre pasado que a partir del año que viene los campeones de los siete torneos más importantes del continente estarían en el bombo 1 junto con el Campeón de Europa vigente. «El fútbol es ante todo una historia de victoria, de competición, de mérito deportivo. Creo que es natural recompensar así a aquellos que han ganado un campeonato», explicó.
Parece razonable que la clasificación previa de los 32 participantes –que sirve para componer los cuatro bombos y por tanto el equilibrio de los grupos– tenga en cuenta las diferentes clasificaciones nacionales, pero al mismo tiempo la nueva regla de la UEFA refleja mal las diferencias de calidad entre los distintos campeonatos europeos. De verdad hay que proteger al campeón del séptimo mejor campeonato (actualmente, el ruso) que a los segundos clasificados de las ligas española, inglesa y alemana? Que ocurrirá si en el futuro las diferencias entre los primeros tres o cuatro campeonatos y el séptimo se agrandan?
La UEFA todavía no ha explicado cómo se compondrán los bombos 2, 3 y 4. Habría que conservar la regla actual basada en el índice UEFA para construir esos bombos? Tener en cuenta la clasificación nacional en el primer bombo pero ignorarla por completo en los demás sería poco coherente y difícil de justificar, especialmente al campeón del octavo mejor campeonato (hoy, Ucrania).
O a la inversa, deberíamos seguir al pie de la letra el razonamiento del secretario general y favorecer siempre a cualquier campeón antes que a cualquier segundo? Este año por ejemplo, esto habría llevado a proteger al BATE Borisov (campeón de Bielorrusia) y al Ludogorets Razgrad (el campeón búlgaro) por encima del Barcelona o del Chelsea, lo cual no tendría ningún sentido además de producir un bombo 3 muy heterogéneo y, en consecuencia, unos grupos muy desequilibrados, que es precisamente lo que el sistema de bombos pretende evitar. El desafío es, por tanto, definir en qué momento un equipo que ha quedado segundo o tercero de su liga nacional debería estar más protegido que el campeón de otro país determinado.
Esta es mi propuesta (ver gráfico):
En primer lugar asignaríamos a cada uno de los 32 equipos un código compuesto el país al que pertenece y su clasificación dentro del mismo, como por ejemplo «España 1» para el campeón de La Liga y «España 2» para el segundo; «Alemania 1», «Alemania 2» y «Alemania 3» para los tres primeros clasificados de la Bundesliga ; etc. A continuación clasificaríamos cada uno de esos 32 códigos en función de la media de puntos conseguidos por los equipos del mismo código en la fase de grupos de la Liga de Campeones durante los últimos cinco años. Así, por ejemplo, se da que los equipos que han terminado segundos en la Premier durante los últimos cinco años han obtenido buenos resultados en la fase de grupos de la Champions al año siguiente: «Inglaterra 2», el mejor clasificado de los códigos ingleses, sería el cuarto entre el total de 32 y, sorprendentemente, «Inglaterra 1» sería el peor clasificado de los códigos ingleses, ocupando la novena posición. A la cabeza de todos estarían «España 2», «España1 » y «España 3» en los tres primeros puestos, lo que demuestra la dominación española en Liga de Campeones en el último lustro.
El desafío es definir en qué momento un equipo que ha quedado segundo o tercero debería estar más protegido que el campeón de otro país
Una vez hecho esto, eliminaríamos del código la clasificación nacional dejando sólo el nombre del país, y después reemplazaríamos esto último por el nombre del equipo siguiendo el orden de su clasificación nacional. Así, este año, el campeón inglés (Manchester City) sería el cuarto de 32, mientras que el último clasificado de la Premier (Arsenal) sería noveno y por tanto incluido en el bombo 2.
Finalmente, podríamos otorgar un trato especial al vigente campeón de la Champions, que iría directamente al bombo 1, y al campeón de la Liga Europa que iría directo al bombo 2 siempre y cuando no esté ya clasificado en el bombo 1.
Estas nuevas reglas combinan lo bueno del sistema actual y del nuevo recientemente anunciado : recompensan a los países que han obtenido mejores resultados en Champions y al mismo tiempo a los equipos que se han clasificado en mejor posición dentro de cada país.
Además, el sistema actual ha recibido también críticas por favorecer que se repitan los mismos cruces año tras año. Borussia y Arsenal por un lado, y Bayern y City por otro, se han visto las caras en el mismo grupo en los años 2011, 2013 y 2014. También al Chelsea y Schalke 04 por un lado, y al Barcelona y Ajax por otro les ocurrió lo mismo durante los dos últimos años. Lo que ocurre es que con el sistema actual los bombos son muy estables de un año a otro, y si la nueva regla anunciada por la UEFA es finalmente aprobada el bombo 1 sufriría muchos más cambios, siendo el sorteo más «fresco» en cada edición.
En cualquier caso, podemos resolver este problema de una manera mucho más simple y eficaz añadiendo una limitación adicional al sorteo. La UEFA ya impone normas relacionadas con la nacionalidad de los equipos (no puede haber dos equipos del mismo país en el mismo grupo) y con la cobertura televisiva de los partidos. Por tanto, sería sencillo añadir que dos equipos que cayeron en el mismo grupo el año anterior no puedan verse las caras durante la fase de grupos.
De esta forma, adoptando al mismo tiempo las normas para componer los bombos descritas en este artículo y esta nueva limitación, la UEFA resolvería varios problemas de golpe: Evitar sorteos que se repiten cada año, proteger mejor a los campeones nacionales y todo ello sin penalizar injustamente a los segundos y terceros de los mejores campeonatos.
Julien Guyon es un matemático francés y aficionado al fútbol. Es analista cuantitativo y profesor asociado en el departamento de matemáticas de la Universidad de Columbia, Nueva York. Traducción: Gonzalo Muñoz.
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