Kirilenko refuerza al CSKA

Andrei Kirilenko regresa al baloncesto europeo para jugar en el CSKA, conjunto en el que ya militó en la temporada 2011-12 durante el lockout de la NBA. El conjunto ruso oficializó a través de su página web el fichaje, que refuerza su sólida candidatura a la conquista de la Euroliga.

Kirilenko, que acumula 12 temporadas en la NBA en su currículo (10 de ellas en los Utah Jazz), fue cortado por los Philadelphia 76ers el pasado 22 de febrero tras disputar sólo siete partidos con los Nets antes de ser traspasado. La franquicia de Pensilvania le puso en el mercado y, en las 48 horas que marca el protocolo del mercado estadounidense, no recibió ninguna oferta. El CSKA aprovechó entonces la ocasión para repescar a su hijo pródigo, que lleva sin jugar desde el pasado 13 de noviembre. “Después de mi traspaso a los Sixers, no supe nada de ellos durante dos semanas. Entendí que no iba a jugar allí y que me iban a liberar. No me pidieron hacer ningún examen médico y, por supuesto, que no se me pagó porque no quería coger un dinero que no me había ganado. Nunca he tenido una disputa con el equipo, pero mi presencia allí era una mera formalidad”, explicó el alero, de 34 años, que firma con el conjunto ruso hasta final de temporada. Su reto será conquistar la Euroliga que perdió en 2012 a manos del Olympiacos de Spanoulis en la final con el desenlace más inverosímil de la historia de la competición.

En aquella ocasión, el CSKA paladeaba su título de campeón poco antes del final del tercer cuarto con 19 puntos de ventaja (53-34) y sus jugadores, entre la suficiencia y la prepotencia, se dedicaban sobre la pista los gestos cómplices de quien se sabe ganador. Pero una canasta de Printezis a siete décimas para la conclusión cambió el final del cuento (61-62). La iluminación de Papanikolau en el tramo final (18 puntos, con 2 de 2 en tiros de dos, 3 de 3 en triples y 5 de 6 en libres) y el trabajo abnegado de Printezis obraron la gesta. Un parcial de 14-0 puso el marcador en 53-48 y devolvió la esperanza a la fervorosa hinchada griega. Teodisic perdió el oremus y Siskauskas y Kirilenko la mística. Printezis, que no había anotado hasta el último cuarto, de pronto mutó en un genio infalible. Siskauskas falló los dos tiros libres de los que dispuso con 61-60 y 9 segundos aun por jugarse y Olympiacos se encontró con el balón que valía para ganar el partido. Spanoulis buscó la penetración, atrajo a toda la defensa y asistió a Printezis desde la línea de fondo. Con un lanzamiento a una mano, el ala-pívot llevó al Olympiacos a la gloria más inesperada. Este año, el conjunto entrenado por el griego Dimitris Itoudis, marcha como líder sólido del grupo F del top 16 con un balance general de 16 victorias y una sola derrota en la competición.