Óliver mete presión
El mediapunta español del Oporto lidera las transiciones en ataque de su equipo, que esta noche se mide al Basilea en la ida de los octavos de final de la Champions League
La maniobra suele acarrear la ruina de los rivales despistados. El equipo que la pone en práctica es el Oporto de Lopetegui. Dependiendo de la situación del partido, cuando los defensas y los mediocampistas contrarios intentan dar el primer pase para salir jugando en su terreno, el punta Jackson Martínez, el mediocentro Casemiro, y el mediapunta español Óliver Torres, saltan a presionar el balón para provocar el error en el pase. Y al error sucede el pánico, y al pánico el desorden y los espacios abiertos hacia la portería adversaria. Si esta noche en Saint Jakob Park el Basilea no se cuida, la banda del pequeño Óliver le pondrá en un grave aprieto a base de vertiginosas transiciones de defensa a ataque. Recursos de contragolpe que no se le presumen ni a estos futbolistas ni a este equipo en desarrollo.
“El carácter y la ambición son imprescindibles”, dice Julen Lopetegui. “Los jugadores deben ser autocríticos y receptivos. Luego necesitamos calidad técnica para tener la pelota. Y lo ideal es que tengan físico, pero el matiz técnico es importante. Muchas veces se etiqueta a los jugadores. Pero, ¿cuántos corren más que Xavi? Si analizas los kilómetros recorridos, el jugador que más corre en nuestro equipo es Óliver. La primera condición es querer. Los que dicen que Óliver es un artista es porque no le conocen. Él tiene alma. Quiere ser futbolista”.
La industria del fútbol suele desconfiar de los chicos como Óliver. Muchacho joven, sonriente, con un sentido lúdico del oficio que induce a pensar en la vanidad, sin un físico imponente, matriculado en la carrera de periodismo y alguna vez marginado por entrenadores exitosos, como Simeone. Hace un año nadie habría apostado que acabaría convirtiéndose en un elemento fundamental para un equipo que disputa los octavos de Champions después de exhibir siete meses de fútbol con mejores estadísticas de goles a favor y en contra que, por ejemplo, el Real Madrid.
"Si analizas los kilómetros recorridos, el jugador que más corre en nuestro equipo es Óliver", dice Lopetegui
A los 20 años Óliver está ajustando su mente y su cuerpo a la idea de la titularidad en el primer nivel. Un dato revela su adaptación. Ha recuperado 135 balones en la Liga de Portugal. Es el jugador de campo que más balones roba en su equipo. Una media de siete y medio por partido que se reduce a seis en Europa. Una de estas facetas cuantificables que tanto inducen a la confusión en los analistas. Como Isco, el endeble Óliver no invita a pensar en una máquina de barrer el campo. Pero no solo barre. Además reparte juego en un conjunto que madura a la par que él, lleno de jóvenes como Tello, Casemiro, o Rubén Neves, con 16 años, la perla de la cantera del Oporto.
“A Óliver le llevé dos años a la selección”, recuerda Lopetegui, de su etapa al frente de las categorías inferiores de España. “Cuando no le ponían en el Atlético. Fue campeón de Europa sub-19 contra la Francia de Pogba y Kondogbia. Él se destaca por su personalidad para querer la pelota y por su ambición e inteligencia. Tiene que seguir creciendo en todos los aspectos y quiere seguir aprendiendo. ¿Hasta dónde puede llegar? Él es el dueño de su evolución. Es un campo abierto. Depende de cómo lo abonen. Lo que pase no depende de lo que diga yo sino de lo que haga él”.
Lopetegui dirigió a Óliver y a Isco en las selecciones inferiores. Ambos son los jugadores que inspiran más fantasías en los medios, que los presentan como a los sucesores de Iniesta y Xavi. “Son efectos secundarios del circo que se forma en el fútbol”, opina el entrenador. “El fútbol es un circo de muchas pistas y algunas tienen efectos secundarios que hay que tratar de contrarrestar. Hacer comparaciones es producto de la ignorancia y además no son justas. No hay dos jugadores iguales. Óliver es un chico que está quemando etapas de manera correcta, está en un gran club con una exigencia muy grande, y tiene que focalizarse al cien por cien en seguir creciendo y seguir haciendo que su equipo siga creciendo”.
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