Ajedrez, surf, amor y un salto

12/02 Jueves

Resuenan ya los tambores desde Nueva York anunciando el Gasol Weekend. Pero estamos a jueves todavía, por lo que decido desconectar un poco del tema pues desde que fueron elegidos, se le han dado mil y una vueltas al asunto, y me preocupa que me ocurra como con la Navidad, que de tanto anunciarla, cuando llega me pilla agotado. Mientras Uma Thurman nos descubre que somos muy fáciles de engañar, se estrena La pasión del ajedrez, un espacio en esta web coordinado por el gran Leontxo García, todo un divulgador de esta disciplina. El ajedrez es un juego, pero va mucho más allá. Los beneficios de su práctica y estudio son un hecho incuestionable y abarcan infinidad de habilidades. Estrategia, memoria, toma de decisiones o capacidad de concentración son sólo algunas de ellas. Por ello hay que aplaudir que según nos cuentan, estamos cerca de que el ajedrez se convierta en una asignatura en los colegios. Ahora que estamos tan preocupados con la gimnasia en el gimnasio, potenciar desde edad temprana el saludable ejercicio mental que nos ofrece el tablero de 64 cuadrículas blancas y negras tiene todo el sentido del mundo.

No tanto sentido parece tener que Josu Urrutia, presidente del Athletic, haga de repente un Susana Díaz dimitiendo y convocando elecciones para el 27 de Marzo. No se vislumbran motivos de peso para tanta urgencia y la fecha, en plena temporada, tampoco parece la adecuada. Salvo que quieras aprovecharte de la potestad como presidente para hacer estas cosas y quieras coger a la oposición fuera de juego al no darles tiempo a armar una candidatura sólida. A pesar que casi el 70% de los socios cree que al final de temporada sería más conveniente, Urrutia insiste en que hace las cosas por el interés del club y sus socios. Igualito que Susana Díaz, a la que sólo mueve lo que sea mejor para su Andalucía querida.

13/02 Viernes

En días de la Edad Media, en algunos territorios europeos, cuando se hallaba un cadáver pero no al asesino, los parientes directos o los vecinos del pueblo debían hacerse cargo del muerto, pagando una multa conjunta. Esta situación provocó, en más de una ocasión, que al encontrar un difunto antes de que lo hicieran las autoridades, los lugareños cargaran el cuerpo inerte y lo arrojaran a las aguas de algún río o laguna o bien en tierras ajenas al pueblo, para evitar las consecuencias legales y, en especial, económicas del suceso.

Este es el origen de la expresión “cargar con el muerto” que me ha venido a la cabeza con la declaración del presidente del Barcelona Josep María Bartomeu en la Audiencia Nacional a cuenta del culebrón Neymar. El contrato del brasileño es un muerto de primera categoría y desde que la cosa se lió ya ha pasado por unas cuantas manos. Pero nadie quiere cargarlo y mucho menos quedárselo. Bartomeu ha dicho en Madrid que fue Rosell el que negoció este contrato. Lo que se conoce como quitarse el muerto de encima.

Como la posición de Bartomeu dista de ser estable y se le mueve le suelo cada poco tiempo, yo le recomiendo que vaya a entrenar unos días con Aritz Aranburu, considerado como nuestro mejor surfista de todos los tiempos. Un tipo que según él mismo cuenta, igual está traquilamente tomándose un zurito en Zarautz y si ve por internet que se acerca una borrasca a Tahití, pues coge la tabla, se mete un atracón de avión y se va hasta allí para pillar ola. Cuando la marejada se marcha hacia el Golfo de Méjico, pues otro avión y a por ella. Viendo los sellos de su pasaporte en el último año, Australia, Fiyi, Brasil, Tahití, Namibia, Hawái o Sudáfrica, uno no puede otra cosa que tenerle envidia. Luego no todo es tan bonito ni simple como darte un chapuzón en playas paradisíacas, y viene lo de siempre: mucho curro, esfuerzo, perseverancia y dedicación. Tanta como para poder competir con los mejores del mundo.

14/02 Sábado

Día de los enamorados. Nadie sabe muy bien de qué hablamos cuando damos vuelta a este concepto universal, a sus idas y vueltas, acciones y reacciones. Pero ante su incuestionable importancia, seguimos debatiendo, investigando y teorizando. No creo que llegaremos a alcanzar una ecuación matemática que lo explique todo (ni falta que hace), ni descubriremos por qué surge entre dos personas. En lo que sí que parece que se avanza en explicar los efectos que provoca una vez producido el hechizo. A todos estos expertos en el amor les hubiese llevado hoy al Bernabéu a ver que nos descubren de la relación actual del madridismo con su equipo, que parece estar de bajón después de la apasionada luna de miel de finales de 2014. Ya que están allí, tampoco estaría de más que resolviesen si lo que le ocurre a Ronaldo es un mal de amores y de paso si el (en otros tiempos) amor incondicional hacia Casillas podrá volver algún día o cada error será tomado como una infidelidad merecedora de castigo en la plaza del pueblo.

Ya metidos en tema de amores, una pregunta vuelve a surgir después del partido de novatos del All Star. Nikola Mirotic ¿a quien quiere más? ¿A Montenegro o a España? Esta madrugada lució bandera montenegrina en su camiseta y declaró que estaba muy contento de haber podido representar a su país, a España y a su equipo. Creo y reivindico que se puede querer a dos países a la vez y no estar loco, y no me rasgo las vestiduras al observar que en estas historias se mezclan sentimientos e intereses. Pero en algún momento (quizás este próximo verano) Mirotic tendrá que elegir definitivamente bandera competitiva, dejar de navegar entre dos aguas y dar por cerrado el debate.

Por cierto, hablando de camisetas, la que llevaba el equipo del resto del mundo, inspirada en los rascacielos neoyorquinos ¿era realmente horrorosa o sólo me lo parecía a mí?

15/02 Domingo

Desayuno viendo los concursos del All Star. Inventos recientes aparte, que me parece que no van más allá de estirar la jornada televisiva y justificar los precios de las entradas, mi interés se centra en lo más clásico. Los triples principalmente y algo los mates, aunque estos están un poco de capa caída pues después de ver lo que ya hemos visto, cada año resulta más complicado sorprender al personal. Aparecen los cañoneros y yo no sé si será la mejor nómina de la historia, pero no debe andar muy lejos. Como poniéndote de parte de alguien es más emocionante y divertido, mis simpatías van hacia la pareja de los Warriors, el equipo sensación de la temporada y con cuyo juego me identifico plenamente. Curry y Thompson son dos tipos con cara de buenas personas pero que cuando se ponen, no conocen la palabra piedad. Ambos confirman que están de dulce en este curso y se clasifican junto a Irving para la final, donde el siempre sonriente Curry (¿por qué todos los jugones sonríen igual que diría Andrés Montes?) se da un atracón y consigue 27 puntos, una marca que resulta una pesada losa para Thompson, que tira después de su compañero sabiendo que no puede permitirse casi ningún fallo. Curry, el jugador que ha conseguido superar en votos al mismísimo Lebron James, se corona como lo que es, un metedor (que no es lo mismo que tirador) compulsivo.

Los mates, por su parte, lanzan a la palestra a Zach LaVine, compañero de Ricky en Minnesota. Sus dos primeros mates son estratosféricos, un prodigio de potencia, habilidad y estética. Tanto que hasta el mítico Doctor J, un habitual del jurado y siempre rácano con sus puntuaciones, se rinde ante él. Mientras repiten una y otra vez sus animaladas me preguntó por qué, y aunque sólo hubiese sido por un día, la naturaleza no me dotó de dos muelles en las piernas para poder sentir lo que supongo sienten estos voladores.

El fin de semana ha tenido baloncesto por los cuatro costados. All Star, Liga Endesa y también Copa del Rey femenina, que finalmente se la ha llevado el Perfumerías Avenida. Vive momentos complicados el baloncesto femenino. Por un lado somos campeones de Europa y subcampeones mundiales a partir de un grupo de jugadoras extraordinarias. Por el otro, el campeón de Liga del año pasado, el Rivas Ecópolis, ha tenido que renunciar a la Euroliga por cuestiones económicas y la fuga de jugadoras a otras ligas no para, sino más bien lo contrario. Panorama contradictorio de difícil solución y muy de estos tiempos. Rebosa el talento, escasean los recursos.

Aguanto con ayuda de los primeros capítulos de Better Call Saul hasta las dos y media de la mañana para ver el salto inicial del partido de las estrellas. Todo tiene una gran carga simbólica y resulta emocionante asistir a una de las grandes cumbres alcanzadas por nuestros deportistas. La foto del salto entre hermanos queda para la historia y en cuanto empiezan las correrías decido que disfrutaré más del partido después de unas cuantas horas de sueño que luchando para que no se me cierren los párpados.

En 1986, hace algo menos de veintinueve años, Fernando Martín aterrizó en un planeta lejano para jugar contra seres de otras galaxias. Ahora, los extraterrestres somos nosotros.