Paso adelante de Carla

Carla Suárez derrotó por 6-2 y 6-2 a la checa Pliskova y se clasificó para la final del torneo de Amberes, con lo que por primera vez en su carrera luchará por un título de la categoría Premier. La canaria, de 26 años, se enfrentará este domingo por el trofeo con la ganadora del Petkovic-Strykova. Una victoria reforzaría sus opciones de convertirse en la primera tenista española en el top-10 desde los tiempos de Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez, ya que le colocaría con el mejor ránking de su vida (número 12). Significaría, también, la primera Copa para una jugadora de La Armada en una cita de gran prestigio desde 2010 (Maria José Martínez, Roma). Y subrayaría, finalmente, las tensiones generalizadas que hay en el circuito a la hora de decidir entre los compromisos individuales y los colectivos. El fin de semana pasado, la número 17 mundial renunció a competir con España en la Copa Federación, aduciendo dolores en el codo derecho y la necesidad de gestionar un calendario cargado. La selección perdió con Rumania. Seis días después, la pupila de Xavi Budò busca el segundo título de su vida.

Me siento fantástico en esta pista. Me encanta Carla Suárez, tras alcanzar su primera final bajo techo y sobre cemento

“Sabía que tenía que estar muy centrada en mi juego todo el tiempo”, dijo sobre la pista la canaria, que es la competidora de mejor ránking con revés a una mano, precisamente el tiro con el que selló impresionantemente su pase. “Me siento fantástico en esta pista. Me encanta”, añadió la aspirante, una especialista en arcilla que está disfrutando sobre cemento y bajo techo, donde nunca había llegado tan lejos.

Para llegar a luchar por la Copa, sin embargo, la española tuvo que ir de remontada en remontada en las rondas previas. Como en el circuito femenino los entrenadores pueden aconsejar a sus jugadoras durante los partidos, usó con frecuencia esa carta. Esas conversaciones, llenas de pausa, sin estridencias, dirigidas a convencer y no a imponer, revelaron muchas de las razones que explican la evolución de la cuatro veces cuartofinalista en torneos del Grand Slam. “Esto es ir para atrás, no para adelante”, le decía Budó en cuartos y ante Schiavone, cuando Suárez intentaba ganar el duelo colocando la pelota en sitios incómodos, buscando el fallo de la rival en lugar de desbordarla con tiros agresivos. “Estás trabajada de sobra para aguantar tres horas”, argumentaba el entrenador, por si la menuda jugadora (1,62m y 62 kilos) tenía dudas de que le sobraban piernas para ir a un encuentro de largo aliento. “Con eso y con tu talento…”, le animaba.

A Suárez, una de las tenistas que mejor lee el juego del circuito, siempre le ha sobrado clase. Que con 26 años solo haya ganado un título demuestra que con eso no alcanza para cumplir con sus ambiciosos objetivos: ser top-10, ganar más trofeos, pasar de los cuartos en los Grand Slams. Por eso, la canaria lleva años mejorando detalles. Primero el saque. Luego, la posición en pista, que corrigió colocando una cita tras la línea de fondo que le marcó visualmente que debe ir hacia adelante (atacar y dominar) en lugar de hacia atrás (a defenderse y correr). Finalmente, la raqueta, de mayor tamaño en 2015, para ganar potencia y servicio a cambio de perder control. Poco extravertida en competición, Suárez es una tenista ambiciosa en sus propósitos de mejora. La describen como una trabajadora decidida. El domingo mide el fruto de sus esfuerzos: está a la caza de su primer título Premier.