El Barça se cuelga de Satoransky

Al parecer iba a compartir protagonismo con Navarro, que volvía al equipo, a la Euroliga (se perdió los seis primeros partidos del Top 16 por lesión) y al quinteto inicial —y que se fue cojeando, por cierto. Pero su frescura, la de Satoransky, dio alegría al equipo. Primero lo hizo desde la línea exterior, con un triple (de los tantos que hubo anoche), inmediatamente después con un mate que dejó con la boca abierta al Palau Blaugrana, que en un visto y no visto gozaba de un equipo rápido y despierto, más anotador, y siempre en su sitio. El 17-11 inicial obligaba a Erceg a acercarse más a la canasta, allá donde se le acostumbra a ver menos. Todo lo que ganaron los de Pascual desde la línea de tres (50% de acierto en los triples, por 31% del rival) lo tuvieron que buscar los del Galatasaray algo más cerca de la red.

La primera ventaja del Galatasaray (22-23) llegó al inicio del segundo cuarto, pero duró lo que quisieron Tomic (12 puntos, 22 de valoración) y Nachbar (15 puntos). Nadie se movió como el primero en la zona interior, entre rebotes y asistencias el croata siempre encontraba solución a los problemas, bien desde la posición del cinco, bien bajo la red. Y ninguno tenía la mirilla tan bien puesta como el segundo, que anotó cuatro triples en cinco intentos. Si acaso el checo de 23 años, Satoranksy (17 puntos, 24 de valoración), una maravilla con la batuta y con un juego de muñeca que dio al Barcelona una victoria necesaria para defender la cuarta plaza del grupo E después de tres derrotas lejos del Palau.

En el tercer cuarto el Barça pasó de apabullar al rival en ataque a dormirse en los laureles. Y lo aprovechó Erceg

Pero si en la primera parte (52-39) todo parecía rodar con naturalidad —el Barça sólo contó una pérdida de balón en el primer tiempo— y hasta se animó Abrines con otro triple, la cosa cambió tras el descanso. Huertas dio relevo a Satoransky y los de Pascual cayeron en el letargo más absoluto. Ya nunca regresó Navarro, cuyos minutos valen su peso en oro, pues se marchó con problemas físicos —una dolencia sin determinar y no muy seria, a juzgar por las palabras del técnico— después de sumar 11 puntos entre el primer y el segundo cuarto. A Abrines le faltaba ritmo, además de confianza, y Pascual tuvo que levantar el ánimo de un desacertado Pleiss.

El Barcelona pasó de apabullar al rival en ataque a dormirse en los laureles. Y lo aprovechó Erceg (18 puntos, 18 de valoración), el mejor en ausencia de Arroyo —otro que volvió, después de una lesión, y que se tuvo que marchar antes de hora, como Navarro, también con dolores—, y se relamieron Young y Carter, sobre todo el primero (con 11 puntos y 23 de valoración), dueño del balón bajo la canasta, amo y señor de cada rebote.

Y así, sumando de dos en dos, se acercó el Galatasaray, a quien Carter impulsó, con un triple, al inicio del último cuarto (68-65), ese que comenzó con un 0-6 casi humillante y terminó con un parcial 14-5 más apropiado para la ocasión.

Hasta que regresó Satoransky para poner orden y marcar la pauta. Con otro triple. Y así, gracias al chico y al acierto desde los 6,75 metros, los de Pascual, que tienen que mejorar en defensa, se engancharon de nuevo al partido y a la Euroliga, esa competición que se les escapa fuera y que vuelven a amarrar cada noche que juegan en el Palau Blaugrana.