Debut mediático en Segunda B
El noruego Martin Odegaard compite por primera vez con la camiseta del Madrid Jugó los últimos 20 minutos en el empate que el filial firmó con el Bilbao Athletic
El noruego Martin Odegaard ya sabe lo que es vestir el blanco de manera oficial tras disputar hoy los últimos veinte minutos en el encuentro de Segunda División B entre el Real Madrid Castilla y el Bilbao Athletic en el estadio Alfredo Di Stéfano de Madrid. El resultado final fue de empate a dos.
El centrocampista de 16 años, fichado en el mercado de invierno procedente del Stromsgodset de, era el jugador a seguir. Tanto que su posible debut, toda vez que se conoció que entraba en la convocatoria, había atraído a numerosos espectadores a las gradas. De hecho la asistencia fue de 2.790 espectadores, la segunda mayor del Castilla en Segunda B este curso. Solo con la visita de otro filial, en este caso el del Atlético de Madrid, se superó este registro.
La asistencia fue la segunda mayor del Castilla este curso. En la zona de periodistas se hablaba inglés
Había también interés en la zona de prensa, donde era necesario hablar inglés para entenderse con la gran cantidad de periodistas extranjeros (muchos, noruegos) que querían cubrir de primera mano el estreno del joven. Pese a que muchos pensaban que su entrenador, el francés Zinedine Zidane, podría darle la titularidad ante el conjunto vasco, el salto al césped se hizo esperar. El futbolista arrancó viendo el choque desde el banquillo, rodeado de cámaras.
Así estuvo hasta el minuto cincuenta, cuando abandonó su asiento para calentar. El público recibió la noticia con alegría y al debutante con aplausos en su primera carrera por la banda, gesto que este agradeció.
Finalmente llegó el esperado momento en el que pisó el verde, de nuevo entre una sonora ovación. Despojado de síntomas de presión, en su primer contacto con el balón buscó un pase en profundidad para Burgui por la banda izquierda.
Fue protagonista en el segundo gol de los visitantes al ir blando a por un balón rechazado, que a posteriori acabaría en el fondo de las mallas. Zidane, siempre intenso, mostró su enfado por la acción. Más allá de eso, Odegaard dejó algún detalle de clase e incluso llegó a ejecutar un saque de esquina con gran precisión que a punto estuvo de provocar el 3-2. No fue así y se marchó tras el pitido definitivo con sensaciones encontradas pero la certeza de que aún le quedan muchas tardes por delante para demostrar todo lo que promete.
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