El Madrid vapulea al Barça
Liderados por Rudy y Sergio Rodríguez, los de Laso zarandean a un pálido conjunto azulgrana
Hay noches que te cambian la vida. Partidos que te marcan, te empujan a la catarsis, te enderezan el rumbo y te corrigen la perspectiva. Hace poco más de un mes, el día de los Santos Inocentes, el Madrid salió escaldado del Palau y selló un final de año que le abocaba a la insustancialidad. Tras aquella afrenta el conjunto de Laso aunó voluntades, recuperó el compromiso y la idea y desde entonces es otro. Su desquite ante el Barça acabó en un zarandeo que deja tocado al conjunto azulgrana en la carrera europea y saca lustre a la candidatura de los blancos rumbo a la Final Four que se vivirá en cuatro meses en el Palacio. Rudy Fernández (22 puntos, nueve rebotes y cinco asistencias) y Sergio Rodríguez (23 puntos y seis asistencias) arrollaron al conjunto de Pascual, que palideció como nunca lastrado por una rotación castigada.
Real Madrid, 97-Barcelona, 73
Real Madrid: Llull (11), Rudy Fernández (22), Carroll (2), Ayón (10) y Reyes (14) —cinco inicial—; Nocioni (7), Bourousis (-), Campazzo (-), Sergio Rodríguez (23), Maciulis (6), Rivers (-) y Slaughter (2).
Barcelona: Huertas (8), Jackson (8), Thomas (1), Doellman (11) y Tomic (12) —cinco inicial—; Abrines (-), Hakanson, Hezonja (22), Lampe (5), Nachbar (-) y Satoransky (6).
Árbitros: Christodoulou (GRE), Belosevic (SRB) y Sahin (ITA). Sin eliminados.
12.578 espectadores en el Palacio de los Deportes.
Los prolegómenos del partido estuvieron marcados por el sentido homenaje que el Madrid tributó a su capitán, Felipe Reyes, que la semana pasada en Tel-Aviv se convirtió en el máximo reboteador histórico de la Euroliga, pero el protagonismo tras el salto inicial lo asumió con determinación Rudy Fernández. Con el traje de jugador franquicia y ejerciendo de tres en la pizarra, el mallorquín gobernó la puesta en escena del tercer clásico del curso con 11 puntos (3 de 3 en triples), dos asistencias, un rebote, un tapón y dos faltas recibidas en apenas seis minutos. Rudy sacudió el parquet, acaudilló el firme propósito de los de Laso de marcar territorio desde el comienzo y destartaló con hiperactividad y acierto los planes de Pascual (19-10, m. 5). Su brío retrato los distintos niveles de voracidad de los contendientes. Frente al impulso del alero blanco, el Barça presentó como argumento para la batalla la muñeca de Doellman, la batuta de Marcelinho y los rebotes de Tomic, tan previsible que no le bastó para contener la embestida del subcampeón de Europa.
Tras la derrota en el Palau, los blancos firmaron un propósito de enmienda y han ganado 11 de 12 partidos en 2015
Sin conceder tregua, Sergio Rodríguez se encargó de gestionar el estirón de los blancos con piernas de galgo y manos de prestidigitador. Una asistencia museística del Chacho a Maciulis cerró el primer acto y disparó el optimismo en las gradas del Palacio mientras Pascual seguía pulsando interruptores sin dar con la luz. Ya no había vuelta atrás. Siempre con Tomic como eje, la rueda de cambios era una búsqueda incesante del libro de instrucciones del encuentro, pero no estaban Navarro ni Oleson en el catálogo y Abrines no encontraba rendijas para lucir. Tampoco Hezonja era infalible como el domingo pasado (aun así fue el mejor de los suyos con 22 puntos), ni Satoransky el del clásico de Liga en el Palau. Aquel día, hasta 46 de los 76 puntos del Barça llegaron bajo los aros, 39 de manos de sus pívots. En esta ocasión, Tomic y Doellman se apagaron a mitad de camino, y los blancos redoblaron su apuesta, afilaron el colmillo y apretaron las tuercas. Tras aquella derrota en el Palau, los jugadores del Madrid firmaron un propósito de enmienda que les ha llevado a vencer 10 de sus 11 partidos en lo que va de 2015. Rigor defensivo, solidaridad y compromiso a ambos lados de la pista. Defensa, rebote y contraataque como ideario. Tensión competitiva subrayada por la rivalidad y amparada por la grada (30-18, m. 13).
El Barça languidecía, pero no entiende de rendiciones prematuras y, desde la retaguardia, se intentó agarrar al partido antes del descanso. Primero redujo la producción ofensiva del Madrid de los 26 puntos del primer cuarto a los 16 del segundo y después diversificó su producción con los primeros bingos de Hezonja desde el perímetro. El segundo triple del croata en el partido acortó la renta de los de Laso, que desde el primer cuarto se había instalado en la frontera de los 10 puntos (58-51, m. 27). Pero, mientras el Barça estiraba con sofocos su acecho el Madrid marcaba los tiempos. Se jugaba a lo que proponían los blancos que, con la intensidad de Ayón, Slaughter y Felipe bajo los aros y la intrepidez de los Sergios en ataque, terminaron por descoser a su enemigo. Doellman y Tomic agotaron su depósito y Hezonja no encontró compinches en su aventura. Sin Pleiss en la rotación, con Nachbar en las profundidades del banquillo y Thomas y Lampe dimitidos, se decantó la batalla reboteadora a favor del Madrid (34-26) y se acabó el pulso (34-26). Volvió Rudy para redondear la faena, el Chacho puso en marcha el tocadiscos y con un parcial de 16-3 el Palacio inauguró el guateque (74-54, m. 33). Una zurra de proporciones considerables, de las que marcan los biorritmos de una temporada. La diferencia llegó a ser de 28 puntos (95-67, m.39). El mejor Madrid ante el peor Barça.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.