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Un equipo de laboratorio

Piqué abre el partido con un gol a balón parado, tarea que exprime el técnico Unzue

Jordi Quixano
Piqué festeja su tanto ante el Elche.
Piqué festeja su tanto ante el Elche. Manuel Queimadelos Alonso (Getty Images)

Cuando el balón se detiene para ser el inicio de una jugada de estrategia, Luis Enrique se sienta en el banquillo y le da de inmediato el relevo su ayudante Juan Carlos Unzue —el reglamento impide que dos personas den instrucciones de pie en el área técnica a la vez—, que ordena todo. Si es a favor, marca la falta o el córner a lanzar y recoloca a las piezas del tablero, incluso a sus defensas. En contra, exige tensión y también grita pequeñas correcciones. “Hemos estado trabajando las jugadas a balón parado y ya se empiezan a ver los resultados”, explicó el técnico azulgrana la semana anterior; “pero claro que hay que mejorarlo, como muchas otras cosas”. Y ante el Elche, cuando el duelo todavía era destemplado y rácano de fútbol, donde el irregular césped (que no se regó antes del inicio del encuentro) no ayudó a la confección del juego, fue la mejor rampa al gol. Xavi y Messi remolonearon alrededor del esférico sin pedir pasos. Circunstancia de la que se percató Piqué, que se desmarcó en el segundo palo, amortiguó el esférico con el pecho y definió a gol.

Festejó con rabia el gol el central, afinado como está de nuevo de cara a la portería rival. Resulta que suma cuatro dianas en esta temporada —ya es el quinto goleador del equipo junto a Rakitic y sólo por detrás de los delanteros Messi, Neymar, Pedro y Luis Suárez—, todos a la salida de una jugada de estrategia.Nada nuevo, en cualquier caso, para el futbolista, que en dos temporadas se convirtió en el defensa con más goles en la Champions y que, como anécdota, guarda con cariño y enmarcada una foto con el Manchester United en la que, de cabeza, batió al Roma en su primera participación europea.

El central catalán suma cuatro dianas en esta temporada, todos a la salida de una jugada de estrategia

Excelente momento el que vive el central azulgrana, que a principio del curso se exigió públicamente volver a ser uno de los mejores centrales del mundo. “Tengo que sacar lo mejor de todos”, señaló esta semana Luis Enrique esquivando el tema. Pero el 3 ha recuperado su silla en el eje de la zaga y todo le sale redondo dentro y fuera de los terrenos de juego; será padre de nuevo en un par de semanas y su videojuego (Golden Manager) se convirtió el viernes en el número uno en la lista de la App Store de España cuando apenas se cumplieron 24 horas de su lanzamiento.

El gol de ayer, sin embargo, no es el único del Barça a balón parado, por más que en toda la Liga sólo haya marcado dos de forma directa a la salida de un córner (ante el Espanyol de Piqué; y frente al Valencia de Busquets), y otros dos tras tocarla en corto bien resueltas por Messi. El propio Leo también materializó un tanto de falta directa ante el Sevilla y, ya como prolongación de una falta, Piqué por dos veces y Neymar en otra ocasión se llevaron el gato al agua.

Equipo que desde hace años no utilizaba la pizarra, ni con Rijkaard, apenas con Guardiola, y casi nada con Vilanova y Martino, el Barça ha recobrado la estrategia y le va de maravilla. Como ante el Elche, con el tanto inicial de Piqué bien secundado por uno de Pedro y otros dos de Messi (uno de penalti) y Neymar.

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