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Ni Málaga ni Athletic quisieron

Espeso e igualado partido en La Rosaleda con dos equipos que apenas tiraron a puerta y se jugarán el pase a las semifinales en la vuelta en San Mamés

Rafael Pineda
Williams y Weligton pelean por un balón.
Williams y Weligton pelean por un balón. Jorge Zapata (EFE)

No hubo fútbol en La Rosaleda. Más que nada, respeto, orden y concentración. Dos equipos que se midieron bastante, pero que apenas se golpearon. El Málaga no se desempeñó con la pasión habitual, quizás porque le pesa mucho la acumulación de partidos en este mes de enero. El Athletic, mientras, está bastante tocado. Se defendió bien y tocó el balón con cierta clase, pero apenas creó peligro. Cómodo en defensa y en el repliegue, le costó un mundo hincarle el diente al Málaga. Arriba jugó Williams, muy solo. El muchacho acabó reventado por las muchas carreras que se dio y muy bien sujetado por Weligton, que regresaba al once titular, y Angeleri, más acertado que en el derbi regional ante el Sevilla.

El cero a cero es un buen resultado para ambos equipos. En especial para el Málaga, al que le sirve cualquier empate a goles en San Mamés. El Athletic deberá exponer mucho más si quiere las semifinales, aunque se supone que con el apoyo de su gente aumentará sus prestaciones. No está para muchos trotes, lleno de jóvenes jugadores que apenas inquietan, con una preocupante falta de gol. Un tiro a puerta en todo el encuentro fue su bagaje.

MÁLAGA, 0-ATHLETIC, 0

Málaga: Ochoa; Rosales, Angeleri, Weligton, Boka; Samuel (Luis Alberto, m. 82), Recio, Juanpi (Tissone, m. 64), Horta (Samu Castillejo, m. 72); Juanmi y Amrabat. No utilizados: Kameni; Miguel Torres, Duda y Darder.

Athletic: Herrerín; De Marcos, Gurpegi, Laporte, Balenziaga; Iturraspe, Mikel Rico; Ibai (Susaeta, m. 58), Unai López (Aketexe, m. 84), Muniain; y Williams (Aduriz, m. 79). No utilizados: Iraizoz; Iraola, San José y Etxeita.

Árbitro: Prieto Iglesias. Amonestó a Laporte, Recio, Weligton

Estadio de La Rosaleda. Unos 15.000 espectadores asistieron al encuentro de ida de los cuartos de Copa.

Tampoco el Málaga le fue a la zaga. No tuvo el desborde ni la chispa de otros encuentros. Todo fue muy previsible, con pases al pie, sin desmarques ni posibilidad de sorprender al contrario. A un ritmo de tortuga. Dio la impresión de que a ambos les gustaba el cero a cero. El próximo jueves habrá solución para una eliminatoria entre dos rivales que no se encuentran en buen momento. Así lo demuestran los resultados, pues ambos acumulan cuatro partidos sin conocer el triunfo. Cuando hay unas semifinales en juego y falta calidad, la tensión acaba poniendo plomo en las piernas de los jugadores. En los del Málaga y los del Athletic.

 Un impresionante disparo de Ibai a los 14 minutos de juego, respondido por un paradón de Ochoa, fue todo el bagaje en ataque de un encuentro donde las defensas se impusieron con descarada comodidad a las delanteras. Amrabat fue una sombra, bien sujetado por Laporte, mientras que tanto Horta como Samuel apenas entraron en contacto con el balón. El mensaje, por si no había quedado claro, lo dio el técnico local, Javi Gracia, quien sustituyó a Juanpi por Tissone en la segunda mitad para amarrar el cero a cero. Cuando no se puede marcar, hay que amarrar el empate, y más si no se recibe gol en casa. Gracia sabe que cualquier gol a su favor en San Mamés vale un auténtico potosí.

El Athletic está sufriendo mucho. Sus jóvenes futbolistas están muy verdes. Se desempeñó bien en defensa y el Málaga no le llegó jamás, pero se lleva un resultado bastante engañoso. En su campo tendrá que abrirse en busca del gol y esa liberación de espacios le puede venir de perlas al Málaga. El domingo ensayarán en la Liga. No obstante, el partido más importante es en la Copa, con unas semifinales a la vuelta de la esquina.

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