“Con esta ambición, el oro está cerca”

Hasta el 14 de diciembre de 2008, la historia del balonmano femenino español era una colección de participaciones anónimas y resultados discretos, con el quinto puesto en el Mundial de 2003 como registro más lustroso. Seis años después, con cuatro medallas en los últimos ocho campeonatos, Las Guerreras se han convertido en imagen de marca de la pujante aventura de la mujer por conquistar un espacio relevante en el deporte a fuerza de éxitos, con un carácter ganador forjado a contracorriente. Un viaje trepidante, de la plata en el Europeo de Macedonia de 2008 a la plata en el Europeo de Croacia y Hungría de este 2014. El mismo metal ante el mismo rival, Noruega, pero cada vez una mayor repercusión: 1.319.000 espectadores siguieron la final del Europeo por TVE-1 y un centenar de aficionados acudieron a Barajas a recibir a las subcampeonas.

“Luchando y luchando hemos conseguido dar un golpe en la mesa. No queremos quitarle nada a los hombres, pero también estamos aquí. Las mujeres también conseguimos éxitos... en waterpolo, en baloncesto, en natación, en balonmano. Nos merecemos un hueco en el mundo deportivo y en los medios. Antes venía un cámara y el aeropuerto estaba vacío y esta vez el recibimiento ha sido impresionante. Hay que aprovechar el boom ahora que todos nos dan coba”, explica Marta Mangué, la capitana del grupo, máxima goleadora de la selección (945) y segunda en el ranking de internacionalidades (262). “Tenemos un equipo con mucho recorrido. A mí no me quedará mucho más, pero las jóvenes han asumido nuestro espíritu y nuestro reto de estar entre las cinco mejores en todos los campeonatos”, analiza a los 31 años. “Hay guerreras para rato. Llevamos años trabajando bien desde la base y eso ha creado una generación muy buena. Además, al estar todas desperdigadas por Europa nos juntamos con más ganas. Somos una familia. Jugar fuera nos da experiencia y la gente joven tiene oportunidad aquí”, cuenta Eli Pinedo. “En los últimos torneos hemos crecido mucho mentalmente y veo una madurez muy grande a la hora de afrontar momentos difíciles que igual años anteriores no éramos capaces de superar. Si mantenemos esta ambición el oro está cerca”, añade Macarena Aguilar.

“La Federación ha apostado por el balonmano femenino y quiero reivindicar que aún hay margen de mejora, con apoyo se consiguen triunfos y la mujer tiene posibilidades de conseguir más éxitos para España”, señala el seleccionador, Jorge Dueñas, que también apunta las dificultades. “Tienen unas ganas de triunfar que las permite superar todas las trabas. Las jugadoras de la Liga no tienen el nivel de entrenamiento ni la exigencia competitiva que hay en otras ligas y eso a medio y largo plazo tiene sus problemas. Las Federación se está volcando en las jóvenes con más proyección para suplir esas carencias”. Mangué refrenda esas dificultades de futuro para mantener el nivel de excelencia presente. “La Liga se debilitó hace años. Es triste que el 80% de la selección haya tenido que emigrar. Yo llevo 10 años fuera y me encantaría haber jugado en España. Ahora el nivel está muy bajo”, dice sobre un torneo que apenas cuenta con tres equipos estrictamente profesionales. El balonmano es el séptimo deporte en licencias femeninas en España (28.491) a gran distancia del baloncesto (144.748), pero desde 2008 ha perdido 2.400 carnets, desaprovechando el impulso de las medallas.

“Ojalá estos éxitos nos permitan remontar esa situación. Desde hace un año hemos creado un programa específico de fomento de nuestro deporte y de la Liga”, señala el presidente de la Federación, Francisco Blázquez, que se enorgullece de haber patentado la marca de guerreras y asegura que la selección femenina compite en igualdad de condiciones con la masculina, con 2 millones de inversión para cada categoría. “Su personalidad nos ha hecho cambiar el enfoque sobre el deporte femenino. Transmiten infinidad de valores y su impulso es imparable como se vio en los últimos Juegos”. En Londres el 65% de las medallas españolas las lograron las mujeres. En aquella cita de 2012, el balonmano femenino logró un bronce que consolidó una trayectoria que tiene en el Mundial de 2015 el próximo reto. España se jugará su clasificación en una eliminatoria con Eslovaquia. La plaza para los Juegos pasa por el preolímpico, salvo que Noruega sea campeona continental y deje libre el billete directo.