Kroos acaricia el doblete
El mediocentro del Madrid se dispone a celebrar su segundo Mundial de Clubes consecutivo
El San Lorenzo juega esta noche (20.30, Telecinco) contra el Real Madrid la final del Mundial de Clubes de la FIFA y a la vuelta de cada esquina aparece alguien anunciando lo que ya se sabe de sobra. Que el Papa Francisco es de San Lorenzo. Que cuidado. Que ojo con lo sobrenatural. Que alerta con los poderes. Que Dios mío… Se lo recordaron ayer a Sergio Ramos y el central del Madrid, repeinado y serio, replicó encomendándose a las mismas fuerzas cósmicas que amparan al adversario: “Yo soy cristiano”.
Ramos es creyente. Pero por si acaso la influencia de lo intangible se equilibra, cuenta con Toni Kroos. “Lo admiro desde hace mucho tiempo”, dice, “por su personalidad dentro del campo, su calidad, su toque de balón, su capacidad para mantener la posesión y su aporte al juego. Aunque destaque menos que otros jugadores, tanto en el Madrid como en el Bayern, lo que hace es muy importante para el equipo”.
Aunque destaque menos que otros, lo que hace es importante", dice Sergio Ramos
La ascensión de Kroos como mediocentro único en el Madrid tiene mucho de casual. Ni la directiva ni el entrenador, Carlo Ancelotti, tenían previsto que los acontecimientos se precipitarían como lo hicieron a partir de la final de la Supercopa de Europa, en Cardiff. Aquel fue el primer partido de Kroos con el Madrid y lo jugó solo en el mediocentro de forma circunstancial, porque Alonso estaba sancionado. Lo hizo perfectamente bien. Tan bien que, según fuentes del Madrid, desde la Federación Alemana trasladaron su sorpresa por un cambio de posición que tampoco habían contemplado. Kroos había jugado de mediapunta y de interior, cerca de ambas bandas, pero nunca protegiendo a los defensas. Resultó admirable que ocupara ese puesto sustituyendo a Alonso con tanta solvencia.
Ancelotti no fue el único experto en el club que puso en duda la capacidad mental y física del jugador de 24 años para adaptarse rápidamente a un esquema y una posición que le demandarían la máxima atención y resistencia en materia defensiva. Pero, contra el pronóstico inicial, el alemán se ha constituido rápidamente en un pilar de la contención. Si el año pasado en la Bundesliga recuperó una media de 2,5 balones por partido, ahora recupera un promedio de 6,6.
En la Bundesliga recuperó una media de 2,5 balones por partido, ahora 6,6
Ramos le ayuda a integrarse y a practicar una función de mediocentro único que entraña obligaciones defensivas que nunca había cumplido. “Él no habla español pero yo con Toni chapurreo el inglés”, explica Ramos. “En el terreno de juego estamos conectados permanentemente. Tenemos un código de comunicación a base de inglés y gestos que entre los futbolistas son universales. Nos vale así”. El vacío dejado por Alonso, que no paraba de hablarle a todos, especialmente a los volantes y a los centrales, ha sido reemplazado por Kroos con el respaldo del segundo capitán. Ancelotti dijo tras derrotar (5-1) al Rayo hace un mes: “Kroos me ha sorprendido”.
Kroos ha regresado a Marraquech por segundo año consecutivo a disputar la final del Mundial de Clubes de la FIFA. En 2013 levantó la Copa tras vencer al Raja de Casablanca. Entonces jugaba en el Bayern a las órdenes de Guardiola, que lo alineó como volante de ataque junto a Thiago. Por delante de Lahm, que ejerció de mediocentro. El entrenador catalán prefería ocupar el eje central con un experto de la lectura del juego como Lahm.
Esta noche Kroos saltará al campo del Grand Stade con unos cuantos galones más que la última vez. Con otra Bundesliga y con un Mundial. Con un récord histórico de 21 victorias consecutivas con el Madrid. Líder de la Liga con seis puntos de ventaja y seguro de su capacidad. Irá a por su doblete de Mundiales de Clubes sea cuales sean las fuerzas que gobiernan el universo.
Una vez le preguntaron a Di Stéfano que por qué no rezaba antes del partido y el astro del Madrid señaló al vestuario del rival: “¡Porque Dios es de los dos!”.
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