El Valencia gana por los interiores

Aprovechando los huecos abiertos por la corpulencia y la sabiduría de Negredo, los interiores se forraron este sábado en Mestalla. Primero fue Feghouli, por dos veces, y más tarde Piatti, los dos pisando los pasillos habilitados por el gigante valencianista ante sus paisanos vallecanos. El Valencia volvió a vencer después de cuatro jornadas frente a un Rayo blando en las áreas, incluso cuando jugó con uno más los últimos 20 minutos por la expulsión de André Gomes.

Discutido Feghouli en las últimas fechas por una evidente falta de finura, el interior franco-argelino agradeció la confianza de Nuno con un gol lleno de belleza. Peinó liftado al primer palo un centro que ya venía enroscado por el tacto del pie derecho de Barragán. Fueron meritorios el desmarque (al límite del fuera de juego), el envío y el remate. Feghouli se reconcilió con la grada, con el equipo y consigo mismo, redondeando la tarde con otro tanto mucho más tosco: remachó desde cerca un pésimo rechazo de Tito tras un despeje de Cristian al cabezazo picado de Negredo. El Valencia había resuelto el partido en media hora ante una defensa muy frágil desde el primer instante. Entre un gol y el otro, el Rayo desperdició su munición. La de los regates de Kakuta, muy habilidoso en el uno contra uno (le tiró a Javi Fuego un caño de tacón y le salió); y la propiciada por la pifia de Diego Alves, patoso tratando de hacerle un caño a Baptistao, que desechó el regalo al resbalarse cuando intentaba rematar de tacón. La goleada de la primera parte la cerró Piatti tras una pared con Negredo. El pequeño interior argentino atacó en carrera el corazón de la zaga rayista. Ni siquiera el empujón de Tito pudo pararlo. Después de algunas jornadas a la sombra de banquillo, quería marcar como fuera. Cruzó la pelota y lo celebró con rabia.

Ausente Parejo por sanción, Nuno probó con Rodrigo De Paul como mediocentro de ataque. Y bien, no es un mediocampista para llevar el hilo del encuentro, pero sí para deshilacharlo por su regate eléctrico o algún pase de peso. Desde ese punto de vista, puede darse por satisfecho.

Con todo perdido, Jémez sacó a Manucho, retrasó a Bueno a la medular y sacrificó a Amaya. Se quedó con tres defensas. Y le dio alas la expulsión posterior de André Gomes tras un manotazo a Jozabed cuando había arrancado en una contra. El público montó en cólera, pero sin insultos: “Fuera, fuera, fuera”, fue lo máximo a lo que se atrevió, lección aprendida tras las amenazas de la Liga de que va a castigar la violencia verbal.

Aun con 10, el Valencia fue muy superior. Gracias entre otros a Negredo, autor de los mejores pases de la noche, el último uno raso en profundidad al recién incorporado Rodrigo, que disparó al cuerpo de Cristian. Aunque solo haya marcado un tanto desde su llegada a Valencia, Mestalla disfruta de la visión de Negredo y de cómo les facilita la vida a sus compañeros. Lo ideal sería que Nuno lo hiciera compatible con Alcácer, este sábado en el palco por sanción.