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Tratado de paz en Turín

Atlético y Juventus empatan un encuentro sin ocasiones que clasifica a los italianos Los rojiblancos terminan primeros de grupo y suman cinco partidos sin encajar un gol

GORKA PÉREZ
Simeone bromea con Bonucci
Simeone bromea con Bonuccialessandro garofalo (sport soccer)

Cuando a uno le parece bien, y al otro no del todo mal, ocurre que es sencillo encontrar la manera de contentar ambas posturas. Juventus y Atlético firmaron unas provechosas tablas en Turín que sitúan a los dos equipos en octavos de final. Los italianos establecieron un espacio de tiempo para lograr la victoria, pero transcurrido ese lapso el empate pasó a ser la opción más sensata. No le importó al conjunto de Allegri que el público pitase en algún momento esa aparente pero efectiva apatía. El Atlético también quedó satisfecho con el resultado pues le entrega la primera plaza del grupo y reafirma su tendencia ascendente en Europa, donde acumula cinco partidos sin encajar un gol.

El argumento del partido, por imaginable que resultase, fue variando en función del momento. Inicialmente se decantó del lado de una Juve que saltó animosa y confiada en que a partir del dominio del balón tendría la oportunidad de arañar a una de las defensas más rocosas con las que se ha enfrentado.

El Atlético contempló con buenos ojos que su rival interpretase que la altura de Llorente iba a resultarle de mayor utilidad que la movilidad de Tévez. Los italianos enviaron continuamente el balón al corazón del área por la ruta más sencilla, sin reparar en que ese camino estaba plagado de peajes. Pocos equipos en Europa han demostrado una fortaleza mayor que el Atlético a la hora de defenderse por alto. De ahí que la mayor posesión del balón de los italianos resultase una mera anécdota.

JUVENTUS, 0 - ATLÉTICO, 0

Juventus: Buffon; Lichtsteiner, Bonucci, Chiellini, Evra; Pirlo, Pereira, Vidal; Pogba, Llorente, Tévez. No utilizados: Storari, Ogbonna, Mattiello, Pepe, Padoin, Giovinco, Morata.

Atlético: Moyá; Juanfran, Godín, Giménez, Siqueira; Gabi, Mario, Koke: Arda, Mandzukic, Raúl García. No utilizados: Oblak, Gámez, Tiago, Saúl Ñíguez, Cebolla Rodríguez, Cerci, Griezmann.

Árbitro: William Collum. Amonestó a Vidal, Mario, Siqueira.

Juventus Stadium. Unos 44.000 espectadores.

Pudieron adelantarse los rojiblancos en su primer acercamiento al área, pero el remate de Koke con la izquierda lo despejó con tino Buffon a ras de suelo. Replicó la Juve la afrenta por medio de un centro de Pogba que terminó entre las piernas de Moyá.

Además de Pirlo, sólo Vidal pareció dispuesto a trasladar la batalla al césped. Pero se topó con la habitual red de seguridad de los rojiblancos, compuesta ayer por Gabi, Koke y Mario, a la que se unieron por momentos Raúl García y Mandzukic. La solidaridad no se negocia en el Atlético, o se acepta o se observa desde el banquillo. A partir de ahí el equipo posee un abanico de alternativas en ataque, pero todas se sitúan un escalón por debajo de la función defensiva.

Consciente del enroque de la Juve, el Atlético se valió de la capacidad de Arda Turan para proteger el balón como elemento principal para organizarse en ataque. El turco sirve habitualmente como intermediario en la transición entre el centro del campo y el ataque por su capacidad para recortar el espacio entre su cuerpo y la hierba.

Cuando a uno le parece bien, y al otro no del todo mal, es fácil acercar posturas

La imagen de la incapacidad creativa de la Juventus la ofreció Pirlo. Retrasado hasta su propia área, el medio italiano no encontró un socio con el que intercambiarse la tarea. Decidió que la única manera de generar espacios le exigía ofrecerse en la retaguardia para estirar al Atlético a la espera de encontrar algún espacio en su espalda. Ni siquiera Pogba se valió de su fortaleza física para incomodar a los rojiblancos. Escorado en la banda izquierda, el francés perdió poder de sorpresa. Sólo en un disparo desde la frontal del área que no acertó a retener Moyá demostró el francés su pegada ofensiva.

Trató de subir el ritmo del partido la Juve confiada en que su insistencia le abriría alguna puerta. Se defendió el Atlético retrasando la línea central para crear una barrera de dos niveles por la que le resultase más cómodo tropezarse con el balón. Sin rastro de Llorente, Tévez adquirió cierta notoriedad revoloteando alrededor del área. Sin embargo, la manera más efectiva siguió siendo el remate desde media distancia. Vidal puso a prueba de nuevo a Moyá pero esta vez el portero mallorquín agarró la pelota con firmeza.

No le importó al conjunto de Allegri que el público pitase esa aparente apatía

Bien replegado, el Atlético decidió dosificar sus apariciones en el área italiana, una tarea para la que dejó aislado a Mandzukic puesto que Raúl García se escoró a la banda derecha para tratar de frenar las llegadas de Evra. Pareció por momentos un partido de esos en los que el gol huye por falta de simpatía.

El gran abanico de posibilidades de las que disponía el Atlético para acceder como primero de grupo a los octavos de final eliminó el factor inconcreto de la ecuación que terminó por ofrecer un empate amistoso.

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Sobre la firma

GORKA PÉREZ
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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