Un Málaga sin falsas promesas

El Málaga recibe al Real Madrid en un momento dulce de su historia. Sexto en la clasificación, a solo cinco puntos del Atlético, vigente campeón, el conjunto de Javi Gracia sorprende cada jornada con el desparpajo de un inesperado. Pocos creían en la capacidad de resurrección de un equipo que rozó la gloria en la Liga de Campeones hace dos temporadas y que justo después veía confirmada la dura sanción de la UEFA, que le apartó de las competiciones europeas por impagos. El Málaga ha pasado de contratar a estrellas como Cazorla a buscar “estrellas escondidas” como Amrabat o los canteranos Juanmi y Samu Castillejo. “No queremos dar falsas promesas”, resume Vicente Casado, director general del Málaga.

De aquella temporada que alcanzó su cénit en el Signal Iduna Park, en la vuelta de los cuartos de final ante el Dortmund, donde se quedaron a un suspiro de las semifinales, solo ocho permanecen en el Málaga: Kameni, Weligton, Santa Cruz, Duda, Camacho, Antunes y Portillo. “La estrategia cambió en plena Champions. Entonces ya sabíamos que había que reconvertir el club en una entidad viable, sostenible y autosuficiente. Y se empezó a vender jugadores [como Isco, que vuelve como protagonista a La Rosaleda] y a tirar de la cantera y de veteranos como Weligton o Duda”, explica Casado.

Tras una irregular temporada con Schuster en el banquillo, que al final logró salvar el curso firmando una undécima posición en Liga, el futuro del Málaga volvió a oscurecerse cuando el presidente, el jeque catarí Abdullah Al Thani, cuya inversión ha sido de unos 150 millones de euros según el club, escribió en su cuenta de Twitter que abandonaba la entidad, un anuncio que no llegó a cumplir. “El presidente es alguien con ilusión, impulsivo, y lo que hizo fue expresar sus sentimientos porque no conseguíamos la ciudad deportiva. No se va a ir en absoluto”, asegura.

Tras casi cinco años en el Málaga, el club ha cambiado totalmente. “Incluso cuando acabemos de sanear el club, dentro de dos o tres años, el proyecto se va a basar en la incorporación de jugadores con muy poco coste o libres, alguna estrella, tipo Amrabat, y mucha gente de la cantera”, subraya el director general.

Según el directivo, la deuda del Málaga es “cuatro veces menor” y no pone en peligro al club, aunque la entidad prefiere no hacer pública la cifra. El pasivo concierne, según Casado, a bonus de jugadores, a agentes de la “época galáctica”, y también “algo” a proveedores. “Con Hacienda tenemos menos de 700.000 euros, que es una deuda que viene de la concursal y que está pactada”.

Como piedra angular del proyecto, Javi Gracia ha depositado su confianza en jugadores jóvenes y en varias joyas de la cantera malaguista. Cuatro de los 11 jugadores que más han contado para el técnico navarro tienen menos de 25 años. Camacho (24), que no estará ante el Madrid por sanción pero ya ha debutado con la selección, es el jugador de campo con más minutos en sus botas (1.035); Juanmi (21 años), lesionado, es el máximo goleador junto a Amrabat; Darder (20), se ha afianzado en el doble pivote con 797 minutos; y Samu Castillejo (19 años), una de las revelaciones de la temporada, acumula 591 minutos.

“El aficionado apoya más al equipo en estas circunstancias”, opina Antonio Tapia, el técnico que llevó al Málaga a la segunda mejor temporada de su historia —la 2008-2009, cuando acabó la Liga en octava posición— antes de la llegada de Al Thani. “A nivel presupuestario teníamos una situación precaria y había que tirar de jugadores de la casa o cedidos, como Lolo o Adrián”, recuerda. “Y creo que este equipo es muy parecido. Me identifico mucho con Javi. Los dos somos entrenadores que hemos pasado por las categorías inferiores”, añade. El nuevo Málaga se parece al viejo, pero en su mejor versión.

Un Málaga sin falsas promesas