El Levante ha vuelto

El Levante de siempre ha vuelto. Se parece de nuevo al que ha sido en las últimas temporadas. Cambio de entrenador y vuelta a los orígenes. En tiempo récord, Lucas Alcaraz ha recuperado las señas de identidad del equipo de las últimas temporadas, desdeñadas por su predecesor, Mendilibar. Y con esa identidad reencontrada superó con intensidad y sin miedos a un Valencia que ha perdido tacto y finura en el ataque. En el Ciutat de València también dejó de ser fiable en defensa y su rival logró una victoria balsámica en un partido que pudo decantarse para cualquier bando.

El Levante apeló a la nostalgia con la presencia de Carlos Caszely, el delantero chileno que dejó huella durante sus dos temporadas en el club, durante los setenta. Hizo el saque de honor y encendió los ánimos. Al orgullo de pertenencia, al sentimiento granota, se agarra el Levante en los derbis.

El Valencia se atascó ante el Athletic en Mestalla y venció con más contundencia que gusto en El Madrigal, coincidiendo la ausencia de Parejo con la imagen más plana del conjunto de Nuno. El centrocampista de Coslada, recuperado de su lesión muscular, aguardó en el banquillo hasta que fue necesaria su presencia. Persistió Nuno en el 4-4-2 de las dos últimas jornadas. La baja de Paco Alcácer la suplió Negredo, que estrenaba titularidad en el Valencia. Y resultó un incordio permanente mientras le aguantaron las fuerzas. Solo le faltó el acierto.

El Levante, muy pronto, ejerció de víctima ante un Valencia que se vio obligado a llevar la iniciativa en el partido. Fue una falsa apariencia. Una pérdida del esférico de André Gomes, incómodo sin Parejo a su vera, y la contra posterior, mal finalizada por Víctor Casadesús al filo de la media hora, despertó al Levante, demasiado conservador hasta ese instante. Posteriormente Barral cabeceó desviado cuando estaba solo ante Alves. Contestó Negredo con otro testarazo poco después y a centro, como no, de Gayà. El juego, sin ser exquisito, cogió vida, ahora ya en las dos direcciones. Y en la última jugada del primer periodo llegó la polémica. Negredo ganó la espalda a Vyntra, pinchó el esférico con la izquierda a centro de Javi Fuego y sintió como el central griego le atropellaba en su intento por detenerle. El colegiado no señaló el penalti que hubiese conllevado la expulsión de Vyntra. Los visitantes se marcharon al descanso protestando la decisión del árbitro.

Inédito en el primer acto, emergió la figura de Alves en el inicio del segundo, con dos paradas de reflejos a sendos remates de Ivanschitz y Barral. Creció la emoción en ambas áreas y a la tercera que tuvo el Levante logró adelantarse en el marcador. Tras un córner botado por Ivanschitz, el esférico fue desviado de manera poco ortodoxa por Víctor Casadesús. Su tercer gol en las tres últimas jornadas.

Con la desventaja, Nuno incorporó a Parejo y Feghouli y pasó a jugar con una defensa de tres. Y acertó a medias el técnico. Parejo dio vida y el empate al Valencia tras una pared con Negredo, pero también atinó Lucas Alcaraz con la entrada de Morales. Un minuto después del gol visitante deshacía la igualada tras un gran disparo a la escuadra derecha de Alves. Un tanto que frena al Valencia y hace creer en sí mismo al Levante.