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“A veces me da pereza entrenar”

Tras proclamarse campeón de Moto3 en la última carrera, Àlex Márquez repasa su temporada y su infancia

Nadia Tronchoni
Àlex Márquez, campeón del mundo de Moto3, prueba la Honda de su hermano Marc en Valencia como premio un día después de lograr el título.
Àlex Márquez, campeón del mundo de Moto3, prueba la Honda de su hermano Marc en Valencia como premio un día después de lograr el título.Kai Försterling (EFE)

Aunque la voz le delata, confiesa que la resaca es suave. “Me comporté”, dice, a la mañana siguiente de una fiesta de las que dejan secuelas. Pero Àlex Márquez (Cervera, Lleida; 18 años), que se proclamó campeón de Moto3 el mismo domingo, fue un niño bueno. Estaba pensando en sus primeras pruebas con la Moto2 –pues hará el salto de categoría la próxima temporada– a partir de este miércoles en Jerez, y en el regalo que le había preparado Honda para este lunes: unas vueltas con la moto de su hermano Marc.

Pregunta. ¿Cómo se siente la MotoGP?

Respuesta. Ha sido una experiencia única. Se me acumulaba el trabajo por todas partes, no llevaba la trazada buena, pero me lo he pasado muy bien. El gran cambio que he notado es la potencia. Y la velocidad es tal que cuando empiezas a frenar la cabeza se te va para atrás. Cuando nos han indicado que volviéramos al box (después de 8 vueltas) tenía ya el brazo totalmente dormido. Estaba a punto de pedirle a Marc que paráramos.

P. ¿Confiaba en que Nakamoto, vicepresidente de Honda, cumpliera su promesa?

R. Me prometió a principio de año, en invierno, que si ganaba el título probaría la MotoGP en Valencia. Y yo me lo creí. Pero luego con el tiempo pensé que se le olvidaría o que se haría el loco. Cuando llegamos a Japón me lo volvió a decir, así que pensé: vale, me lo voy a tomar en serio.

P. ¿Cómo se vive cuando los sueños se hacen realidad?

R. El domingo no era para nada consciente de lo que había conseguido. Pero ya por la mañana, al levantarme, me he dado cuenta. Supongo que lo iré asumiendo a medida que pasen los días y al llegar a la fiesta en Cervera, el sábado, cuando vea a toda la gente celebrándolo. Para asimilar estas cosas se necesita tiempo.

Probar la MotoGP ha sido una experiencia única, se me acumulaba faena por todas partes”

P. ¿Por qué, cómo y cuándo cree que ha ganado este Mundial?

R. La carrera clave fue Montmeló. Veníamos de Mugello, una carrera en la que me tiraron en la última vuelta, y estaba muy lejos del líder, a 44 puntos. Además, me hice daño en el test del martes siguiente y tuve que pasar una noche en el hospital. Me dije que si quería ganar el título, Montmeló era el lugar y el momento para demostrar que también podía luchar por el Mundial. Salió la carrera perfecta. Y también en Assen. Crecieron la moral y la confianza.

P. Miller cree que perdió el título en Aragón, donde se cayó tras un choque con usted en una curva.

R. Creo que fue un error totalmente suyo. Era la tercera vuelta, no corríamos en una pista en buenas condiciones porque había llovido y él quiso aguantar por fuera en aquella curva en la que sólo había una trazada seca, que era muy pequeña. Dijo que había cometido muchos pequeños errores durante la temporada. Yo creo que aquel fue uno más. Y, por cierto, en Mugello fue él quien me tiró a mí y yo cerré la boca. No dije nada más y pasé página.

P. ¿Cómo de nervioso le ha puesto Marc en las últimas semanas, siempre tan pendiente de usted?

R. Algunas de las últimas noches le tenía que cortar para que nos pudiéramos ir a dormir. Después de Malasia, como él tenía muchos eventos, no pasó demasiado por casa. Pero me dijo que entrenara, que me concentrara al 100%. Y creo que me vino bien salir en bici solo: eran casi dos horas en las que me daba tiempo a pensar muchas cosas; luego por la tarde iba al gimnasio con Genís, nuestro preparador físico. Aquel trabajo me supuso una motivación más para poder estar al máximo aquí en Valencia.

P. ¿Entonces es cierto que quien le arrastra a salir a entrenarse es Marc, que sin él no va a ninguna parte?

En Mugello fue Miller quien me tiró a mí y yo cerré la boca”

R. Sí..., cuando estoy solo en casa intento hacer algo, pero algunas veces me levanto tarde, otras me da pereza salir a entrenar... Pero aquella última semana y media última antes de que terminara el campeonato supe que tenía que apretar y no venirme abajo.

P. ¿Le intentó convencer su hermano de que usara en la pista las mismas armas que Miller?

R. No, y yo sabía que para ganarle no tenía ni que adelantarlo. Sabía que si pasaba delante de él, como se vio, iría a por mí y que me tocaría. Yo también podía jugar a ese juego, pero preferí estar centrado en lo mío para poder ganar con juego limpio, como dije al llegar al circuito.

P. ¿De dónde ha sacado esta tranquilidad?

R. No lo sé, porque cuando era pequeño era mucho más nervioso que mi hermano. Nunca estaba quieto. Cuando disputaba el campeonato de España (que ganó en 2012) era así, pero el año pasado me volví más tranquilo, sobre todo encima de la moto. La concentración, que era uno de mis puntos débiles hace cuatro o cinco años, la he mejorado mucho.

P. Dice que de pequeño era “muy patata”, ¿cómo se tomaba las carreras?

R. Para mí ir a las carreras era como un juego; iba a pasar el fin de semana, me lo tomaba todo a broma. Y sí, era patata, se tiene que decir. Con los años he ido mejorando poco a poco.

P. ¿Era el único niño que no se enfadaba cuando perdía?

R. En motocrós, disciplina en la que empecé, me daba un poco igual, porque de pequeño no se me daba muy bien. Cuando pasé a las motos de velocidad aquello se me dio mucho mejor y entonces sí cuando no era primero o segundo me enfadaba.

P. Como buenos hermanos, Marc y usted también discuten, ¿no?

R. Claro, claro. Como hermanos normales. Discutíamos de pequeños y ahora, a veces, también lo hacemos. De niños yo le pinchaba, pero él era el que me pegaba.

P. ¿Se quedaron alguna vez castigados sin carreras?

R. Alguna vez, pero pocas. A nuestros padres les preocupaba nuestra educación. Y si no había buenas notas en el colegio, tampoco había moto. Pero como ya sabíamos de qué iba, estudiábamos para no perdernos las carreras.

P. ¿Se ha sentido, como dijo él, más observado por ser el hermano de quien es?

R. Ya sabes que la gente, por ser el hermano de Marc, te mira más. Le pasa lo mismo al de Rossi. Si ves por la tele el campeonato de España buscas la clasificación para ver dónde está el hermano de Valentino. Creo lo mismo me ha pasado a mí. Pero siempre he intentado hacer mi trabajo y estar con mi equipo. Y creo que lo he llevado bastante bien.

P. Con sólo dos temporadas completas, ha llegado muy rápido al éxito en Moto3, ¿qué espera de su debut en Moto2?

R. Es una categoría muy difícil: puedes estar una carrera para ganar y a la siguiente terminar el 17. Se necesita mucho coco, mucha constancia. Es un año de aprendizaje en el que tengo que ir poco a poco y que me hace mucha ilusión.

P. ¿Le ha pedido ya consejo a Tito Rabat, su futuro compañero?

R. Cuando vayamos a Jerez le pediré algún consejo. Ya le he preguntado si me dará rueda. Pero creo que, al principio, ni aunque se ofrezca seré capaz de seguirle. Tendré que ir paso a paso, que cuando quieres subir escalones de dos en dos, bajas tres de golpe. Es hora de ir poco a poco.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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