El PSG, a ritmo de arrebato
El equipo parisino celebra el regreso de Ibrahimovic con un triunfo ante el atractivo Marsella de Bielsa (2-0), aún líder del campeonato francés pero desinflado
Altivo y jerárquico, el PSG parece no admitir discusión alguna en Francia este curso pese a que transite a rebufo del liderato. Se ha empeñado el Marsella en discutirle el trono, pero el equipo de Marcelo Bielsa se marchó de París después de recibir un zarandeo y la bravata del ricachón capitalino. Venció el conjunto de Blanc, ahora a un solo punto del OM, inflado tras una victoria plasmada con dos fogonazos y una buena dosis de oficio –con ocho tantos encajados, es el menos goleado del torneo–. Rehecho una vez que ha recuperado efectivos –su monarca Ibrahimovic ha sido el último–, tiró de galones y amenaza con dar el vuelco a un oponente al que le ha comido terreno en las últimas fechas.
PSG, 2 - MARSELLA, 0
PSG: Sirigu; Aurier, Thiago Silva, David Luiz, Maxwell; Verratti (m. 65, Cabaye), Matuidi; Lucas Moura, Pastore (m. 87, Marquinhos), Lavezzi (m. 65, Ibrahimovic); y Cavani. No utilizados: Douchez, Digne, Chantôme, Bahebeck.
O. Marsella: Mandanda; Djedje, Fanni, Nkoulou, Mendy; Lemina (m. 66, Barrada), Payet, Imbula; Alesandrini, Gignac y Thauvin (m. 66, Batshuayi). No utilizados: Samba, Aloé, Andonian, Bangoura, Jobello.
Goles: 1-0. M. 38: Lucas Moura remata una triangulación con Cavani y Lavezzi. 2-0. M. 85: Cavani cabecea un centro de Aurier.
Árbitro: Turpin Clément (FRA). Amonestó a Cabaye. Expuló a Imbula con roja directa por una entrada sobre Cabaye.
49.700 espectadores en el Parque de los Príncipes.
Cierto es que, más allá del casillero, Marsella vive esta temporada en una bacanal futbolística engendrada por un técnico que ha moldeado un grupo dinámico y estético, atractivo con la pelota en los pies y aguerrido cuando el rival se la arrebata. Salió en tromba el Olympique, entregado al libreto y la pauta de su entrenador, que entiende que es mejor golpear primero que cavilar en exceso ante el adversario y encajar el crochet inicial. Impusieron un ritmo frenético los de Marsella desde el principio. Con sus 10 futbolistas prácticamente en el terreno contrario, cercaron la portería de Sirigu y emprendieron el asedio sin pausa ni tregua: ¡Pim! ¡Pam! ¡Pum!
Primero fue Gignac, el gigantón remozado que a fuerza de dieta y entrenamientos destaca ahora como el delantero más prolífico de la Ligue 1 junto a Lacazette (Lyon), con 10 dianas. Estrelló un testarazo en el poste izquierdo, lo intentó después con un disparo curvado que se marchó fuera por poco y le cogió el testigo Alessandrini, que trató de emular la acción, pero esta vez desde el ángulo contrario. Su zurdazo, cargado de intención, fue interrumpido con un buen detalle técnico y los puños de Sirigu. No terminó ahí la cosa porque Payet e Imbula también portaban dinamita en la mochila, aunque sus intentonas se perdiesen con sendos balonazos a los soportes publicitarios situados tras la portería.
Pivotó Zlatan como un púgil fresco, se divirtió con una virguería tras otra y estuvo reluciente de nuevo
Frente a la propuesta coral de los marselleses, el PSG deambuló en el inicio como un equipo aturdido. Su abanico de recursos es extraordinario: un zaguero fabuloso (Thiago Silva), un medio inteligente (Verratti) y unos atacantes corrosivos (Lavezzi o Cavani); también un interior distinguido como Pastore, capaz de sacar petróleo de un agujero diminuto, una delicatessen por allí y otra por allá. Sin embargo, el equipo de Blanc da la sensación más que nada de actuar por instinto e impulsos, como lo hace en muchas ocasiones el anárquico David Luiz o su rey Ibrahimovic, anoche reaparecido después de siete semanas ausente debido a una lesión en el costillar.
Lanzado por los rugidos de su hinchada, al ritmo del arrebato, en una de esas sacudidas el PSG encontró el premio. Thiago Silva desplazó en largo, Cavani filtró hacia Lavezzi y el argentino sirvió desde el costado izquierdo al punto franco. Y por ahí irrumpió como un rayo Lucas Moura, que puso el turbo hacia el corazón del área, atacó el espacio y le levantó la cartera a Mendy, adormecido en el marcaje. Injusto castigo para el OM, a tenor de lo visto hasta ese momento.
No reculó Bielsa, ni un paso atrás de los suyos. Insistió e insistió su equipo, incansable en la presión e irreverente en la propuesta, permanentemente enchufado aunque no encontrase el camino definitivo. Asfixiado ante ese despliegue, Blanc reactivó su pizarra y el aparato propagandístico con la salida de Verratti y Lavezzi por otras dos piezas de lujo: Cabaye e Ibrahimovic. Intimidatoria, la puesta en escena del sueco dio aplomo y un punto más de control a los parisinos. Pivotó Zlatan entre líneas como un púgil fresco sobre el cuadrilátero, se divirtió con una virguería tras otra y erosionó a los defensas, pendientes todo el rato del genio. Por si fuera poco, el árbitro intervino con desacierto. Mostró la roja a Djedje por una caricia sobre Cabaye que no mereció semejante castigo.
Con el triunfo, los parisinos (el equipo menos goleado del torneo) se sitúan a solo un punto de su rival
Ahora sí entregado por la inferioridad y el desgaste, el tramo final del duelo se tradujo en una pasarela para Ibra, reluciente en su regreso y como nuevo, generoso con sus compañeros, exquisito para acolchar el cuero y guarecerlo. En una de sus intervenciones, tras una sucesión de cabriolas, abrió al carril derecho. Aurier agradeció el presente y puso un centro con fuerza, enroscado, perfecto para que Cavani exhibiese sus mejores dotes de cabeza y sentenciase el duelo. Un pulso eléctrico.
Ayoze, aire fresco en Newcastle
Pulido en la escuela canaria, un semillero perfecto para delanteros estéticos y de buen gusto, Ayoze Pérez (Santa Cruz de Tenerife, 21 años) ha irrumpido en el Newcastle como un soplo de aire fresco. Formado en el Tenerife, con el que debutó como profesional y en el que firmó 16 dianas en 34 encuentros el pasado curso, en Segunda, el artillero ha dado vuelo a las urracas, que tras un inicio muy dubitativo han enlazado cinco triunfos consecutivos. En el último, frente al West Bromwich, el español ofreció un exquisito recurso técnico. Un remate de tacón tan sutil como certero.
No fue el único tanto con la impronta de la Liga. En el atracón del Juventus frente al Parma (7-0), que mantiene a los bianconeri como líderes sólidos de la Serie A, Fernando Llorente y Morata también pusieron su sello con sendos dobletes. El excañonero del Athletic abrió la cuenta y el ariete pulido en la cantera del Madrid, citado por Del Bosque en la última convocatoria, cerró el marcador pese a haber disfrutado de tan solo 20 minutos.
Fue un buen día igualmente para Bojan. Encasquillado en el tramo inicial de la temporada con el Stoke, parece que va haciéndose hueco. Especialista en encontrar el marco contrario —es el máximo goleador de las categorías inferiores del Barcelona—, rubricó su primer tanto en Inglaterra en el triunfo de su equipo frente al Tottenham (1-2). En horas bajas también, el Arsenal cayó ante el Swansea (2-1) y sigue cediendo terreno, por más que Alexis no faltara a su cita con el gol.
La imagen más insólita de la jornada del fútbol internacional la deparó el duelo entre el Dortmund y el Gladbach. El Borussia encontró una bocanada de oxígeno al vencer por la mínima (1-0) gracias a un gol en propia meta de Kramer. Pero no fue un autogol más. El medio, campeón del mundo con Alemania, dibujó una parábola perfecta sobre su portero tras la cesión de un compañero.
Con la victoria, los de Jürgen Klopp cortaron una nefasta racha de cinco derrotas consecutivas; no se daban una alegría desde el pasado 13 de septiembre. Gracias a estos tres puntos abandonan los puestos de descenso. El Gladbach, mientras, cae al tercer puesto de la Bundesliga.
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