Un coche de seguridad ‘fantasma’
Tras el accidente de Bianchi, una alerta avisará a los pilotos de los percances en carrera
Físicamente, Jules Bianchi sigue ingresado en el Hospital General de Mie, a poco más de 10 kilómetros del circuito de Suzuka (Japón), donde hace algo más de un mes sufrió el accidente con las consecuencias más terribles de la fórmula 1 en los últimos 20 años. Sin embargo, el francés está muy presente en la mente de todos aquellos que siguen la caravana del Mundial, que no se detiene por nada ni por nadie. Los más tocados son los pilotos. No hay día que uno u otro no cuelgue en las redes sociales un mensaje de apoyo al corredor del Marussia, animándole a seguir luchando por su vida. La etiqueta #ForzaJules se retroalimenta constantemente en Twitter. Acerca de la salud del chico no hay cambios: sigue en estado grave pero estable, y por el momento la familia descarta trasladarle a otra clínica.
La gravedad de lo ocurrido provocó un gran debate acerca de los protocolos de emergencia implantados por la Federación Internacional del Automóvil (FIA). Que Bianchi se estrellara contra una grúa que en aquellos momentos estaba retirando el monoplaza de Adrian Sutil, accidentado una vuelta antes, llevó a muchos a pensar, de forma automática, que la dirección de carrera debía haber dado la orden de sacar el coche de seguridad al instante, porque de ese modo todos los competidores habrían levantado el pie del acelerador inmediatamente. En su lugar, los operarios ondearon dobles banderas amarillas, que obligan a extremar la precaución únicamente en el sector en cuestión. En este punto conviene tener presente que en el informe realizado por la propia FIA en los días posteriores, y que se entregó a una nueva comisión de expertos creada a tal efecto, en ningún caso se concluye que el safety car debiera haber entrado en la pista justo después del choque de Sutil. Y es precisamente por eso que llama la atención la entrada en escena a partir de este fin de semana, en Brasil, del Coche de seguridad virtual (VSC), una nueva forma de controlar la velocidad.
La medida, que ya se puso a prueba en los últimos instantes de los entrenamientos libres de la última carrera, en Austin, ha sido bien recibida por los equipos, aunque la mayoría reconoce que todavía existen detalles que deben ajustarse. Desde el momento en que los pilotos reciban la alerta VSC tendrán 10 segundos para reducir un tercio la velocidad y pasar a rodar por debajo del denominado delta time, o tiempo de referencia, que en este caso será un tercio más lento que el de una vuelta al uso, con el asfalto seco. Una vez se haya resuelto la eventualidad, una nueva señal volverá a informar de que la carrera volverá a lanzarse cuando transcurran otros diez segundos. Con este nuevo procedimiento, que la FIA reserva para aquellas ocasiones que, según el criterio del director de carrera, no requieran la presencia en la pista del coche de seguridad tradicional, el estamento pretende aumentar su control en determinadas situaciones, y para que no sea el propio conductor quien decida cuánto frenar.
“Ya hablamos de ello en Rusia y creo que la idea es buena. Tenemos que afinar un poco más porque hay tonos en la radio que a veces funcionan y a veces, no”, explica Fernando Alonso. “Lo mejor de todo es que la respuesta de la mayoría de pilotos ha sido la misma”, añade Rob Smedley, ingeniero jefe de Williams. A la vez, también hay quien considera que sería más conveniente que fuera la propia FIA, mediante un control a distancia, quien pudiera reducir la velocidad de los coches, al estilo de lo que ocurre en los kartings.
Al margen de esta novedad, los responsables de Interlagos también han realizado algunas modificaciones de última hora para tratar de limitar al máximo las posibilidades de desastre. Para ello, se ha aumentado la zona de la escapatoria de la famosa S de Senna, con tal de evitar la presencia de una grúa tan cerca de la calzada.
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