El Madrid se recrea en Europa
Los de Laso firman ante el Dinamo Sassari su segunda paliza consecutiva en la Euroliga en un entretenido desmadre ofensivo
Por segunda semana consecutiva el Madrid actualizó su récord anotador en la era Laso. Los 112 puntos que se llevaron los rusos del Nizhny hace cinco días se quedaron cortos ante el saco de 115 que recibió el Dinamo Sassari italiano. La máxima puntuación que se ha visto en los últimos siete años de la Euroliga desde los 123 que sumó el Panathinaikos en 2007 ante el Chorale Roanne; la mayor anotación local desde un 116-94 al Ovarense portugués en diciembre de 2000. Rivales de poco fuste que rebajan el nivel, pero fomentan el espectáculo. Lo aprovecharon los blancos para darse un homenaje en un partido en el que las defensas fueron una bicoca. Felipe Reyes anotó 17 puntos; Nocioni, Carroll y Llull, 15; Ayón 14. Un divertido desmadre ofensivo (30 triples entre ambos) dinamizado por las 33 asistencias (12 de Sergio Rodríguez) que se repartió un equipo cada vez más enfocado aunque el objetivo quede aún lejos. “Hay que saber medir esto, lo importante llegará más adelante. De momento tenemos que defender mejor porque no podemos encajar tantos puntos (94)”, analizó el “rústico” Nocioni rebajando la euforia.
R. Madrid, 115-D. Sassari, 94
Real Madrid (27+30+27+31): Campazzo (8), Llull (15), Maciulis (6), Nocioni (15) y Ayón (14) -equipo inicial-, Carroll (15), Bourousis (2), Rivers (8), Slaughter (4), Reyes (17), Rodríguez (6) y Mejri (5).
Dinamo Sassari (17+25+22+30): Logan (14), Sanders (10), Lawal (12), Dyson (16) y Brooks (4) -equipo inicial-, Sosa (15), Chessa, Sacchetti (3), Vanuzzo y Todic (20).
Árbitros: Ilija Belosevic (SRB), Sinisa Herceg (CRO) y Joseph Bissang (FRA). Sanders (min. 35), eliminado por cinco faltas.
Palacio de Deportes: 7.154 espectadores.
Poco antes del partido se confirmó la baja de Rudy Fernández que ya anticipó Laso en la víspera. El alero será sometido este jueves a “una artrolisis de la articulación interfalángica proximal del cuarto dedo de su mano derecha”, según rezaba el parte médico del club, para solucionar un esguince crónico en el dedo anular que sufre el mallorquín desde que en abril recibiera un golpe ante Olympiacos en la batalla de los cuartos de final de la Euroliga. “Hemos decidido que era el mejor momento para pararle”, señaló el entrenador madridista que se aventuró a dar un periodo estimado de baja: “esperemos que no se vaya más allá de 10 o 15 días”, dijo.
Un problema menor en periodo de entreguerras y una oportunidad más para Laso de lucir repertorio y ampliar combinaciones. Saltó Campazzo en el quinteto, Llull se afincó en el puesto de dos, Nocioni ensayó en el de tres y Slaughter volvió a tener minutos para dar rienda suelta al espectáculo. El Madrid progresa adecuadamente en sus maniobras de rodaje. Ya son 11 victorias en 11 partidos, la última lograda con suficiencia ante un inconsistente Dinamo Sassari.
Al conjunto italiano le entraron sus dos primeros lanzamientos desde la línea del 6,75, uno de Dyson y otro de Logan, pero fue un espejismo. Donde creyeron haber encontrado un filón, los visitantes abrazaron la que fue su condena. Sólo les entró un lanzamiento más a los de Sacchetti en el primer cuarto (3 de 8; 14 de 38 al final) y, en cuanto Nocioni y Ayón se pusieron serios en la pintura, el Madrid tomó el mando (23-13, m. 7). Los blancos no tenían rival bajo los aros y su dominio en el rebote (12-4 en los primeros 10 minutos; 23-12 al descanso) les permitió despegar. En territorio Euroliga, volvió a emerger la grácil figura de Carroll. Dos triples del estadounidense y uno más de Sergio Rodríguez lanzaron al Madrid hacia otro paseo militar.
Líder en la LEGA italiana pero incapaz de vencer en Europa, el Sassari es un equipo de meritoria vocación ofensiva pero de calamitosa estructura anárquica. Sin rigor defensivo, los de Sacchetti propusieron un intercambio de golpes del que salieron muy malparados. Felipe se sumó a la causa de Nocioni y el Chacho comenzó a hacer bailar al subcampeón. Su prolífica conexión con los pívots y los primeros puntos de Rivers sellaron el estirón madridista justo antes del descanso (57-42, m. 20). Una exhibición en ataque que sólo quedó parcialmente mitigada por las pérdidas de balón (8). El martillo pilón del Madrid proyectaba un nuevo récord anotador como el que firmaron la semana pasada ante el Nizhny ruso (112-83): 27 puntos en el primer cuarto, 30 en el segundo, 27 más en el tercero y 31 en el cuarto. Un reloj. Un arsenal incontenible para los de Sacchetti, donde apenas Dyson, Lawal y Todic (máximo anotador con 20 puntos) resistieron el correcalles.
Retroalimentados en su convicción y acierto, Llull y Campazzo se sumaron a la fiesta anotadora. Tres triples consecutivos del menorquín y dos más del argentino zarandearon al Sassari (78-55, m. 25), que para entonces ya era un sálvese quien pueda de arrebatos individuales. Enfrente un equipo inconstante en defensa pero dinámico y solidario en ataque. Un equipo que en Europa ha encontrado su recreo.
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