Inglaterra va donde la lleve Rooney

Wayne Rooney, aquel voluminoso jovencito salvaje que irrumpió con estrépito en la Eurocopa de Portugal, en 2004, se ha convertido en el principal recurso anímico y futbolístico de la selección de Inglaterra. Un gol suyo de falta sirvió para lograr una ajustada victoria contra Estonia, ayer en Tallin. El equipo inglés no mejoró su juego ante un adversario que compitió con 10 desde el minuto 18 del segundo tiempo. Pero cosechó su tercera victoria y lidera invicto el Grupo E de clasificación de la Eurocopa de 2016.

Inglaterra es una selección a la deriva pero el debate futbolístico en torno a la FA es de carácter marginal. Casi nadie cuestiona al seleccionador Roy Hodgson, protagonista de un Mundial revelador por la deficiente explotación del abundante talento de que dispone. El equipo avanza a base de sacar adelante partidos como el de Tallin, pero no se vislumbra un estilo, ni un carácter. La retirada de Gerrard ha dado paso a la capitanía de Rooney, de 28 años. El goleador del United hace su trabajo. Contra Estonia metió su gol 43 como internacional. Está a solo seis tantos de Bobby Charlton.

Casi nadie cuestiona al seleccionador Roy Hodgson, protagonista de un Mundial revelador por la deficiente explotación del abundante talento de que dispone

La tónica general de este periodo posmundialista es el sufrimiento de las grandes selecciones. O de las más grandes respecto a las más pequeñas. Como Rusia con relación a la minúscula Moldavia, antigua República soviética. Los moldavos visitaron el flamante estadio Otkrytie de Moscú, una de las sedes del Mundial de 2018. Y se llevaron un empate. Marcaron los rusos en el minuto 73, de penalti (Dzyuba) y al minuto siguiente replicó Epureanu con el gol definitivo (1-1). Ahora Rusia es segunda del Grupo G por detrás de Austria. Y Suecia podría superarla si gana a Liechtenstein.