Márquez junior aprovecha cada rendija
El líder de Moto3 vence en Motegi con una frenada temible ante el error de Miller y ya tiene 25 puntos de ventaja
Un poquito de suerte, otro tanto de pericia, y el valor para trincar los frenos bien fuerte en una de las curvas más difíciles de Motegi. Es la 11ª y a ella se llega tras la bajada con la que termina la contrarecta del circuito japonés. Una vez cubierta, uno entra en el túnel y a la salida de este ya se sabe ganador o perdedor de la carrera. Pues la última chicane no es más que el certificado de lo que se hizo bien y lo que se hizo mal. Este domingo frío en tierras japonesas encumbró al pequeño de los Márquez, Àlex, que resistió ante los embistes de sus rivales, que se repuso a cada movimiento errático (en las curvas tres y siete, un dolor para él), que sacó todo su coraje en las frenadas, y que aprovechó la mejor oportunidad que podía brindarle la carrera: un fallo de cálculo de su principal contrincante a cuatro curvas del final de la prueba. Con una frenada temible se encumbró en Motegi. Es listo el de Cervera y no dejó pasar el tren que le lleva de camino hacia su primer título mundial. De Japón saldrá con 25 puntos de ventaja sobre Miller.
Además de Márquez, por victorioso, fue Kent uno de los chicos del día en Moto3,
Además de Márquez, por victorioso, fue Kent uno de los chicos del día en Moto3, por cómo influyó en el resultado final de una carrera de esas que marcan los campeonatos. El británico, hijo pródigo de la categoría, que se había llevado la pole el día anterior, empezó guiando a Miller. Llevan distinta moto (Husqvarna el primero, KTM el segundo), pero responden frente al mismo director deportivo, Aki Ajo. Y aunque seguramente el plan inicial implicaba no estorbarse demasiado, ni mucho menos que Kent le complicara la vida a su colega australiano, por mucho que aquel hubiera repasado la teoría (después de haber estado a punto hace dos años de fastidiarle el Mundial a otro compañero, Cortese, por pura ambición), la práctica terminó siendo otra cosa.
Ocurre a veces, que los planes no salen como uno quiere. Tampoco Márquez querría llegar a la última vuelta con un tercero en discordia que le incordiara en su duelo personal con Miller, pero así fue. Kent le adelantó a falta de una vuelta para colocarse segundo, pegado al colín del australiano. Y Márquez se dejó el alma en no despegarse de su sombra ni un momento. Tenía claro que si era segundo o tercero podía intentarlo en aquella 11ª curva, al final de la bajada. Y en cuanto llegó, supo qué tenía que hacer. Pendientes Kent de Miller y Miller de Kent, se olvidaron de la auténtica amenaza. Y Márquez junior, que les vio abrirse demasiado para tomar el viraje, que les vio alejarse en paralelo, apuró la frenada, se abrió primero para pasarles por el exterior y alcanzó el vértice de la curva después. Entró en el túnel sabiéndose campeón y un poco más líder. Misión cumplida. Quiere el título. Quiere emular las hazañas de su hermano mayor. Y subir a Moto2 con el título de Moto3 en el bolsillo. Le quedan tres carreras para ponerle el sello a la temporada. Y avisa, habrá espectáculo: “En el cole me enseñaron a no usar la calculadora. Así que vamos a ir a por todas”.
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