Özil aparca hasta 2015

El Arsenal no termina de obtener rendimiento de la inversión realizada hace poco más de un año para incorporar a Mesut Özil tras acordar un pago de 45 millones de euros al Real Madrid, que podrían llegar a ser cinco más según objetivos y variables. A la irregularidad del futbolista alemán, a punto de cumplir 26 años, se agrega ahora una rotura parcial del ligamento externo de la rodilla izquierda que le tendrá de baja al menos hasta 2015, siempre que surta efecto el tratamiento conservador que recomiendan los médicos de la federación alemana para evitar su paso por el quirófano.

Özil disputó los 90 minutos el domingo contra el Chelsea y se incorporó el martes a la selección alemana para preparar los partidos de clasificación de la Eurocopa ante Polonia (el sábado en Varsovia) e Irlanda (el martes en Gelsenkirchen). Pero llegó dolorido a la concentración y las pruebas han revelado una lesión que frustra cualquier atisbo de progresión en un rendimiento que en los últimos meses, más allá del hito colectivo al que contribuyó ganando el pasado Mundial, no deja de ser decepcionante. Sobre todo para el club que le paga en torno a siete millones netos de salario cada curso.

Wenger también está en la diana por situarle por la izquierda en el Arsenal

En su día el traspaso de Özil desató severas críticas tanto por lo que suponía de pérdida de pausa y talento para el Madrid como por su excelente rendimiento de blanco. En el Arsenal no ha alcanzado ese nivel. Se ha mostrado a ratos errático y le han acusado de indolente o poco implicado. Incluso voces como la de Michael Ballack, al que sucedió como referencia en el centro del campo de la selección, se preguntan por el motivo de su cuesta abajo. "No sé muy bien qué le ha pasado en el tránsito entre el Madrid y Londres. Quizás debió intentar quedarse en España", reflexiona Ballack. "Si no puede emplear su técnica y su extraordinaria visión de juego se nota mucho que no está en el partido", recalca.

Las discusiones sobre su rendimiento exceden al futbolista y apuntan también a Arsène Wenger, empeñado en situarle cerca de la línea de cal en lugar de dejarle operar en posiciones más centradas. Al técnico galo le gusta alinear a cuatro volantes por delante de un mediocentro y tras el delantero. Y Özil ha ocupado en la mayoría de ocasiones el puesto más próximo al flanco izquierdo. Allí desenchufa con facilidad, tanta que en plena eclosión del debate llegó el pasado día 16 al debut de la Liga de Campeones en Dortmund y en la estadística final surgieron dos datos demoledores: Özil jugó 62 minutos y tocó la pelota en 33 ocasiones, la mitad que cualquier otro compañero. Y Szczesny, el portero, había conseguido completar casi una decena más de pases que él. El Arsenal perdió 2-0.

Wenger jamás ha dejado de defender a Özil. E ilustra su voluntad de escorarlo a la zurda con el ejemplo de Zidane, que en el Madrid partía desde esa zona para moverse con libertad: "En el medio estaban Raúl y Ronaldo y tuvo que jugar allí sin mayores debates". Olvida el técnico alsaciano que los hubo, pero pronto quedaron tamizados por un detalle que también él recoge para sus conclusiones: "Cuando se tiene la pelota, puedes jugar donde quieras e ir donde quieras". Özil desaparece y regresa para mostrar su talento de manera torrencial. Lo hizo pocos días después del desastre de Dortmund. En Villa Park le bastó minuto y medio para marcar su primer tanto fuera de casa en la Premier y darle otro a Wellbeck, su única producción en goles y asistencias en lo que va temporada, cuando en la pasada participó en 17 dianas de su equipo. Aquella tarde en Birmingham jugó más centrado que de costumbre.

Pese a todo, Wenger no tiene dudas: "Volvería a pagar lo mismo por él".