Laia Sanz se gana una Honda
En el Dakar 2015 la catalana será la primera mujer en un equipo oficial, el HRC
Ahí estaban todos ellos mirándose las caras: cinco pilotazos de los pies a la cabeza, los coordinadores del equipo, y los responsables de la logística de una presentación que querían que saliera perfecta. ¿Y ahora como metemos la moto ahí dentro?, se preguntaban. Vamos a necesitar una rampa para empujarla; en el Dakar hubiera sido todo más fácil, pensaban. Pero estaban en medio del paddock del circuito de Alcañiz, inaugurando el fin de semana del Gran Premio de Aragón. Y la moto tenía que acabar dentro del hospitality de Honda Racing Corporation (HRC). Mientras se miraban las caras, alguien tomó la iniciativa: era Laia Sanz, 16 títulos mundiales a sus espaldas, campeona de trial y enduro, la mejor mujer de las últimas cuatro ediciones del Dakar, eso es todas en las que ha participado. Se montó en la moto, la encendió y sorteó los obstáculos como si se tratara de una prueba del Mundial de trial, esa disciplina de la que fue la reina y a la que ha renunciado para ir un poquito más rápido. Para ganar también en Enduro, para tener algo más de tiempo para preparar el rally raid más duro.
Y en eso está. Ahora más contenta que nunca, pues sabe que (por fin) tendrá una moto oficial y todo el apoyo de una fábrica tan poderosa como lo es HRC. Así lo ha anunciado este jueves en Alcañiz la casa japonesa. Sanz será la primera mujer en un equipo oficial del Dakar. Se lo ha ganado a pulso. O a golpe de muñeca. Es la cara nueva de un equipo que ya apostó al todo o nada el año pasado, cuando intentó ganar el Dakar con Joan Barreda. Esta vez volverán a probar, también con el piloto de Castellón, y con los portugueses Helder Rodrigues y Paulo Gonçalves, todo un campeón del mundo de rallies que estará acompañando a Barreda camino del triunfo. A ellos tres, en la estructura oficial, se sumarán Sanz y el chileno Jeremías Israel, que correrán con la estructura de Honda Argentina (como ya hizo la piloto de Corbera en la pasada edición) aunque con todo el apoyo de la fábrica.
No tiene claro Laia Sanz si le pesará más la responsabilidad de disputar el Dakar por primera vez en condiciones, con una de las mejores motos y en uno de los mejores equipos, o si hacerlo después de haber terminado la 16ª de la general (con alguna etapa entre los diez primeros) en la edición de 2014. “Estar en un equipo así te añade un poco más de presión; pero después del resultado del año pasado todo el mundo se fijará un poco más en mí y creerán que lo voy a hacer perfecto. Yo sé que será difícil repetir un resultado como ese”, dice ella, cauta.
La nueva moto es más potente, más ágil y más segura”
Joan Barreda, piloto de Honda
Aunque hubo quien descubrió sus verdaderas intenciones: “Me decías que tu ilusión era acabar entre los diez primeros, con esta moto creo que podrás”, dijo, micro en mano, Josep Lloreda, presidente de KH-7, una de las marcas que la patrocina y a la que ha arrastrado hasta HRC. “El año pasado la moto ya era muy buena, este es mejor, pero yo tengo que hacer una carrera parecida a aquella”, explica. Una carrera sin caídas y sin grandes equivocaciones. Así va el Dakar. Y ni aún así se aseguraría nada: “Es una carrera muy traidora”, apunta. Al menos, esta vez, todo será menos improvisado que las anteriores. El año pasado saltó de la moto de enduro a la del Dakar. Y la probó en el mismo podio de salida. “Me costaba cuatro días adaptarme a la moto”, recuerda. No le ocurrirá este año. Se marcha ya mismo a Marruecos con su equipo para competir en una de las pruebas del campeonato del mundo y estrenarse con su nueva máquina.
Una Honda nueva por completo, firmada por HRC hasta la médula. “Más potente, más ágil y más segura. Los japoneses se ha vuelto a reinventar”, dice Joan Barreda, ese que se atreve con un “hay que ganar como sea” porque por muy conservador que sea el discurso de algunos en una carrera de fondo como esta entiende que “hay que hacer el menor número de errores, pero sin olvidarse de correr”. Y él corre como pocos. En 2015 lo hará con una máquina menos delicada, “una moto que si se rompe un cable se pueda arrancar a empujones, una moto que también funciona sin batería, que ya no tiene problemas de consumo a pesar de tener un depósito más reducido”. Y añade: “No sólo han hecho todo lo que les pedí en febrero, sino mucho más”. Así es Honda. Que se lo pregunten a Márquez. O a sus rivales en MotoGP.
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