El paraíso de Diego Costa

A algunos ojeadores de la Premier League que seguían de cerca a Diego Costa les asaltaba una duda. No les convencía su definición, de golpeo poco ortodoxo. Esgrimían que quizá el nivel de eficacia que exhibió en su última temporada en el Atlético estaba por encima de su medida real como goleador. En ese análisis basado en su técnica, los cazatalentos no ponderaban lo que supone para un delantero de sus características el espacioso vergel que le ofrecía la Premier League con su juego de ida y vuelta y el bajo nivel de los centrales, pesados y lentos para frenar a un delantero que lo que menos hace en un partido es estarse quieto. La evolución del fútbol de la Premier tiene más que ver con los centrocampistas y un mejor trato del balón que con los defensas.

En cada uno de los siete goles que lleva, Costa ha dejado en evidencia a centrales y sistemas que no parecen estar preparados para detenerle. O se ha anticipado en los rechaces o les ha sacado de punto a la carrera. "No he cambiado nada de mi forma de jugar, ha sido muy fácil adaptarme al fútbol de la Premier", comentaba el hispanobrasileño durante la última concentración de la selección española. Cuatro jornadas después del inicio de la Premier, con siete goles ya en el zurrón, no hay futbolista que haya impactado más.

"Es muy bueno, se trata de saber encontrarlo, porque si lo encuentras te va a devolver mucho", dice Cesc Fábregas, que ya le ha dado tres asistencias. La sociedad que forman tiene pinta de reeditar la que tenía Costa con Koke en el Atlético. Hay momentos en los que si se quiere recordar el juego ofensivo que practicaba el campeón de Liga español el curso pasado lo mejor es mirar al Chelsea actual.

"Es muy bueno, si le encuentras te va a devolver mucho", asegura Cesc

Tampoco las predicciones de los ojeadores ponderaban la presencia en el banquillo blue de José Mourinho, experto en el fútbol vertical y en explotar al máximo a los delanteros de tranco largo que juegan al espacio. "Cuando estábamos construyendo el equipo", explicaba Mourinho al terminó del partido con el Swamsea (4-2), "estábamos esperando para un determinado tipo de delantero. Pienso que ahora todo el mundo ya sabe por qué esperamos a Diego y no fichamos a nadie durante el pasado mercado de invierno". Mourinho sabía desde el inicio del curso pasado que Costa llegaría este verano. Desde el entorno de su representante, Jorge Mendes, ya se dejaba caer que la renovación de Costa por el Atlético el pasado verano había sido una mera forma de prolongar su estancia un año más en Madrid.

"El Chelsea tiene ahora a un jugador que, aunque el equipo juegue mal, puede marcar goles", le elogia el legendario goleador Alan Shearer en sus comentarios a la BBC. "Hace poco me senté a ver un partido del Chelsea para ver cómo estaba Diego y enseguida me di cuenta de que seguía igual de intratable", dice Juanfran.

Los jugadores del Atlético siguen de cerca sus andanzas por la Premier. Antes del derbi del sábado con el Arsenal, la comidilla de varios de ellos fueron sus tres goles. Con algunos mantiene contacto diario y, por lo que cuentan, Costa también ha despejado otra duda, la de su adaptación a una nueva ciudad y a un vestuario nuevo. Ha escogido una vivienda cerca del centro de entrenamiento que el Chelsea tiene en Cobham, a las afueras de Londres, y ya se ha hecho con el vestuario con sus bromas permanentes y su manera de ser. Entre los brasileños (Óscar, William y Filipe Luis), los españoles (Cesc y Azpilicueta) y Thibaut Courtois, que le hace de intérprete ante la prensa, le han facilitado esa adaptación que al principio tanto le preocupaba.