Entre las llegadas de Raúl Jiménez, Griezmann y Cerci, el empuje de Raúl García y la lesión que le dejó fuera desde mitad de la pretemporada, Arda Turan parecía haber quedado en un segundo plano. La amalgama de incidencias que le rodeaban había generado cierto runrún sobre la rebaja de su rol. Simeone lo zanjó ante el Madrid convirtiendo al mediapunta turco en su primer cambio. Quitó, en una maniobra no muy habitual, al capitán Gabi. "Fue una decisión desde el juego", explicó el técnico. Retrasó a Koke al centro junto a Tiago y situó a Arda en el carril del diez de toda la vida. Desde allí, Arda se hizo el dueño del juego. "Con la entrada de Arda nos acercamos a lo que buscábamos y habíamos fallado en el primer tiempo", explicó Simeone.
En las teorías sobre lo sucedido en la final de la Liga de Campeones una de ellas señala a Arda, a su juego libertario e imprevisible y a su capacidad para aguantar el balón. Su entrada al Bernabéu para darle aire y juego a un equipo que no terminaba de encontrarse cambió al Atlético y el partido. Todas esas dudas que podían haber rodeado la figura de Arda le obligaban a una entrada maradoniana. No solo hizo el gol, con un tiro cruzado y esquinado, sino que desde su imprevisibilidad desconcertó a los jugadores de Ancelotti. Lo mismo escondió la pelota que sacó ese regate en corto que tanto desorienta a los contrarios o empezó a conducir contras. Arda es uno de esos futbolistas que ocultan hasta el último momento su verdadera intención y eso le convierte en el futbolista más distinto con el que cuenta Simeone. "La entrada de Arda nos dio más tranquilidad con el balón y tuvimos más posesión. Es diferente, entró y nos hizo jugar diferente y su gol nos calmó". "Me dijo en turco que me abriera de piernas, le escuché el grito", bromeaba Raúl García, que dejó pasar el balón para que Arda ejecutara a Casillas.
Hasta la entrada de Arda, al Atlético le costaba estirarse. "Empezamos bien, pero luego el equipo no me gustó", puntualizó Simeone, que en su disección encontró en el pase una de las razones por las que su equipo perdió el control: "Tácticamente estuvimos muy bien, les cerramos los caminos más peligrosos. Aun así en esos 20 minutos del primer tiempo nos complicaron, pero no por el juego de ellos, sino por imprecisiones nuestras".
En la cabeza del técnico rojiblanco quedaron fijos dos pensamientos: "Lo que más me alegra es que los que entraron desde el banquillo lo resolvieron muy bien". La otra muesca en la memoria que le queda a Simeone es el golpe anímico en plena reconstrucción del conjunto: "Este equipo aún se está rearmando y es la primera vez en la historia que en la Liga el Atlético gana dos veces seguidas al Madrid en su casa".
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