Estados Unidos se divierte con el hueso de Lituania
Los norteamericanos arrollan en la segunda parte y alcanzan la final con gran superioridad.
Falló España pero cumplió Estados Unidos, que jugará el domingo la final mundialista después de roer el hueso de Lituania durante la primera mitad y divertirse con él en el segundo tiempo. Es lo máximo que le duran los rivales a los campeones. Un par de asaltos como mucho. De regreso del intermedio ya se sabe el final de la película. Y que pase el siguiente, piden cita los defensores del trono olímpico y mundial. Lituania se tapó de los derechazos con el cuerpo a cuerpo de Valanciunas y Motiejunas, dos púgiles que combaten en la NBA, y con la inspiración de Kuzminskas en el segundo cuarto. A partir de ahí fue un quiero y no puedo ante la habitual melodía de Estados Unidos cuando el contrario afloja un segundo las piernas. Defensa, robo y contraataque. Una y otra vez. Y se acabó el suspense. No hay emoción que valga cuando la NBA aprieta el acelerador.
EEUU, 96 - LITUANIA, 68
Estados Unidos: Irving (18), Curry (13), Harden (16), Faried (9), Davis (8) -equipo inicial-; Thompson (16), Rose (4), Gay (3), Derozan, Plumlee (2), Cousins (7) y Drummond.
Lituania: Juskevicius (12), Maciulis (2), Seibutis (3), Motiejunas (2), Valanciunas (15) -equipo inicial-; Pocius (10), Kuzminskas (15), D.Lavrinovic (9), Jasaitis, K.Lavrinovic, Jankunas y Vasiliauskas.
Árbitros: Reyes (Mex), Radovic (Cro) y Boltauzer (Esl). Eliminaron a Cousins y Davis en Estados Unidos.
Palau Sant Jordi de Barcelona. Unos 15.070 espectadores.
El día del nacionalismo catalán dio paso a la noche del patriotismo estadounidense. La Diada mudó en el recuerdo de los atentados del 11-S cuando sonaba el himno y los norteamericanos arrancaron con hambre de balón. El subidón emocional se encontró pronto con otro escenario. Lituania no es una cualquiera, sino la actual bronce mundial y plata europea, un conjunto con cuajo por fuera y sobre todo por dentro. Faried y Davis se toparon con una señora pareja de pívots cara a cara. Valanciunas (Toronto Raptors) y Motiejunas (Houston) no son unas hermanas de la caridad ni las presas fáciles de otras noches, como en cuartos ante Eslovenia. Las torres estadounidenses tenían otro partido que jugar. Mucho más físico, más bailar pegados y menos danza. Lituania entraba al choque y de las sacudidas salió tocado EEUU, que empezó a coleccionar faltas. Curry, Harden y Faried cargaron con dos cada uno en cuatro minutos.
La maquinaria de las rotaciones permite a los campeones mantener las revoluciones siempre altas
Coach K operó de inmediato. Cambió de actores y de lenguaje. Rose se juntó a Irving como pareja de bases en la dirección y Klay Thompson sacó la tarjeta de presentación desde los triples. Es un asesino silencioso el escolta. Aparece cuando nadie le espera, sin hacer mucho ruido, y asesta el hachazo a distancia, sin mancharse las manos. Dos bingos suyos y otro de Irving descolocaron a Lituania mientras el fortachón Cousins tomaba el relevo bajo el aro (21-16). La técnica que se ganó por revolverse ante Valanciunas dejó claro que de ese duelo saltaban chispas.
Estados Unidos había puesto en funcionamiento ya la maquinaria de las rotaciones. Coach K ha conseguido hilvanar casi dos quintetos paralelos que le permiten mantener las revoluciones siempre altas, los músculos y la mente frescos, y los celos de sus estrellas bajo control. Una fórmula que no supo conjugar España.
Lituania envidó con los gemelos Lavrinovic en busca también de un cambio de rumbo. La inspiración la encontró sin embargo en Kuzminskas, que en el segundo cuarto se forró con 12 puntos él solito. Fue su acierto el que alargó unos minutos más el forcejeo. Para entonces Lituania daba ya síntomas de ahogo para equiparar la intensidad de Estados Unidos. Los resoplidos se traducen en pérdidas, carreras viendo el número en la espalda de los rivales y pocas opciones claras de tiro (32-22, 43-35 en el descanso).
El diálogo se convirtió en monólogo en dos minutos. Los titulares volvieron con el orgullo herido y dejaron claro quién manda. Harden enchufó cinco puntos de un plumazo, y Curry y Davis bordaron un 10-0 (53-35) que acabó con la resistencia de los herederos de Sabonis, cobijados en unos triples que no entraron (2 de 18), fuera de pista Motiejunas por las faltas.
El parte médico en el rival es siempre el mismo: muchas pérdidas y malos porcentajes en los tiros de campo
La música machacona de cada encuentro se volvió a repetir. Los robos ponen a volar a los velocistas y el contrario acaba por ser un equipo con la lengua fuera. El alley oop de Irving a Davis para el 61-37 fue la acción de la noche y el sello de otra exhibición de la NBA. Si acaso les motivaba llegar a la centena de puntos para conservar el promedio del Mundial, pero se quedaron al borde.
Lituania acabó con el mismo parte médico que otros derrotados. La defensa estadounidense provoca en el enfermo un bajo porcentaje de acierto en tiros de campo (un 30% en esta ocasión), un puñado de pérdidas (21) y un descenso en el número de rebotes (12 menos). Nadie ha encontrado el antídoto hasta que en juego está el oro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.