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Silva asume galones

El canario da un paso al frente y ocupa el vacío dejado por las retiradas de los pesos pesados

David Silva celebra su gol.
David Silva celebra su gol. dennis doyle (getty)

A la espalda de Alcácer, que consumió 16 minutos para marcar su primer gol con España —convirtiéndose en el tercer futbolista que menos tiempo ha necesitado para festejar un gol con La Roja en un encuentro oficial, por detrás de Fernando Morientes y de Julio Salinas, y por delante de Busquets, que después de 70 partidos celebró su primer gol en la selección—, voló Silva, y con su aleteo hizo jugar a España. El canario volvía a casa, a fin de cuentas se crió en Valencia, consciente de que se le esperaba porque a lo tonto a lo tonto, van 85 internacionalidades, ocho años acudiendo regularmente a las citas del seleccionador, antes con Luis Aragonés y siempre con Vicente Del Bosque, y le toca dar un paso adelante, asumir galones y dejar de prometer, para definitivamente ser determinante. Ayer dio señales de estar en ello.

El de Arguineguín es un jugador sutil que ya lleva 21 goles con el combinado español

Se metió en faena el volante del Manchester City, que arrastró a España camino de una victoria aseada y limpia, necesaria para un grupo poco acostumbrado a perder y que venía de un naufragio histórico en Brasil y de una amistosa derrota en París, contra Francia, en un partido en el que ni siquiera tiró a puerta. Ante un rival de poco empaque emergió Silva, que pidió el balón y lo jugó, a ratos haciendo de Iniesta y a ratos de Xavi, dos que no estaban en el campo y a cuya sombra ha vivido hasta ahora el mediapunta canario con cierta comodidad.

Silva, que para su desgracia será siempre recordado por la jugada contra Holanda que pudo cambiar la suerte española en el Mundial, cuando tuvo en sus pies el segundo gol de La Roja en un mano a mano ante Cillessen que malogró, fue protagonista anoche de principio a fin: participó en el primer gol al ser derribado dentro del área, penalti marcado por Sergio Ramos con arte, al estilo Panenka; también en el cuarto de la noche, que firmó él mismo tras un remate cruzado; y en el último, en el que asistió a Pedro.

Silva mezcló bien con Fàbregas y especialmente con Pedro, tremendamente activo ayer, en una noche que no pasará a la historia, pero que le sirvió para coger confianza.

Tras marcar a los 16 minutos, Alcácer es el tercero en marcar más rápido con La Roja

Encuentros como el de ayer tienen demasiada trampa, y Silva supo saltarlas casi todas, metido entre líneas, jugando por dentro para terminar activando mucho a los laterales, en especial a Jordi Alba. El de Arguineguín es jugador sutil, que flota más que pica, aunque ya lleva 21 goles con el combinado español y 21 asistencias.

El día que debutó Munir con España, lo que impide su selección con Marruecos; el día que Iker Casillas constató que la hinchada de la selección tiene memoria y le sobra cariño para darle —el del capitán fue de largo el nombre más coreado en el Ciutat de València—, Silva pidió el balón y ejerció de veterano porque, llegados a este punto, es hora de que pegue un salto en la jerarquía de La Roja, donde a menudo le han valorado mas los compañeros y el cuerpo técnico que la crítica o los aficionados.

Ayer lo hizo, cogió el balón y flotó, llevando en su vuelo a toda la selección con él.

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