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Teodosic conoce la ruta

Serbia derrota a Grecia con la magistral gestión de su base y saca el billete para cuartos

Faustino Sáez
Teodosic intenta lanzar ante Kaimakoglou.
Teodosic intenta lanzar ante Kaimakoglou.uly martín

Era un duelo de duros estilistas y finos fajadores. Era un choque de altas escuelas, de veteranos y noveles, en el que triunfó la constancia de Serbia sobre la irregularidad de Grecia. Tras un comienzo vibrante, el pulso se acabó en el tercer cuarto, cuando el conjunto de Katsikaris se quedó seco ante la responsabilidad y se apagó ante el aro. Los serbios, abrazados al plan del Teodosic más gobernante, sacaron su entrada a cuartos donde se enfrentarán a Brasil con la disposición de retomar el rumbo que extraviaron tras la plata europea en 2009.

Serbia, 90- Grecia, 72

Serbia: Teodosic (13). Markinov (3), Bircevic, Kalinic (12), Raduljika (16); Simonovic (5), Jovic (2), Bodganovic (21), Bjelica (6), Krstic (10), Katic, Stimac.

Grecia: Calathes (14), Vasileiadis (6), Papanikolau (1), Printezis (12), Bourousis (9); Mantzairs (5), Zisis (12), Glinyadakis, Sloukas, Kaimakoglu (6), Antekounmpo (7), Vougioukas.

Árbitros: Michael Aylen (Aus), Robert Lottermoser (Ale), Stephen Seibel (Can).

Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid, unos 12.000 espectadores.

Serbia llegaba a la cita con las victorias ante Irán y Egipto como modesto bagaje en la primera fase. Los griegos presumían de haber concluido invictos en su grupo, con triunfos solventes ante Argentina, Croacia, Puerto Rico, Filipinas y Senegal. Sin embargo, llegado el cara o cruz, los de Djordjevic demostraron tener el colmillo mucho más afilado. Liderados por el resabiado Teodosic en la dirección y por el pujante Bogdanovic en la anotación superaron a una Grecia efervescente que se cortocircuitó en el tercer cuarto. En el primer tiempo sumaron 42 puntos con unos notables porcentajes de tiro; en los 20 minutos restantes se ofuscaron, dejaron de diversificar su juego y se los llevó la ola serbia. Dos selecciones con el mismo espíritu de reconstrucción pero distintos estados de la mezcla. Mucho más fraguada la de Serbia. Su base conoce la ruta, se ha visto en esas no hace mucho tiempo, y quiere volver a encumbrar a los suyos.

Sin remilgos ni especulaciones, buscando quitarse el miedo a base de vértigo, ambos equipos se lanzaron en busca de los cuartos de final con un vibrante tiroteo. Un mate de concurso de Kalinic, un puñado de incursiones de Printezis en la zona, un baile de salón entre Radulija y Bourousis, y unas clases de manejo de Teodosic y Zisis fueron algunas de las escenas de un primer cuarto excelso (23-20) que fue la presentación de un combate intenso acabado en un paseo de los balcánicos.

Tras un comienzo vibrante, el pulso se acabó en el tercer cuarto, cuando Grecia se quedó seca ante la responsabilidad y se apagó ante el aro

Katsikaris proponía un juego dinámico sustentado en la versatilidad de Papanikolau y Printezis, que agitaban el dibujo griego en defensa y en ataque para escapar de las marcas serbias. Djordjevic buscaba aprovechar los rincones de la pista con el tiralíneas y el compás de Teodosic. Los dos conjuntos decidieron apostar por el juego de ataque y los viajes al aro se convirtieron en un frenesí, con Kalinic y Zisis como artilleros principales. Al descanso, la estadística y las sensaciones estaban tan equilibradas como el marcador (46-42, m. 20) porque las segundas unidades de ambos equipos se habían sumado a la fiesta con convicción.

Bogdanovic tomó el relevo de Kalinic en el perímetro serbio y Krstic aportó a buen ritmo en sus episódicas apariciones. En Grecia, la aparición de Antetokounmpo ofreció puntos bajo los aros y una amenaza interior que permitió liberar a los exteriores griegos. Sin embargo, donde creyó encontrar un filón, el conjunto de Katsikaris acabó encontrando su condena. Confiados en la puntería de Calathes, los griegos comenzaron a abusar de los tiros de tres, emborronaron sus porcentajes (2 de 7 en triples en el tercer cuarto) y se descolgaron de la pelea. La intensidad y la constancia de Serbia penalizó la torpeza de los azules ante el aro y, siempre con Teodosic al mando, permitió a los de Djordjevic gestionar el tramo final sin sobresaltos y sacando lustre a su talento.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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