El preboste de Filipinas y la irrupción de Senegal
Sevilla se rinde a la afición asiática y asiste a la demostración de Dieng, espléndido en el triunfo africano frente a Croacia.
Los aficionados filipinos arrasaron el fin de semana en Sevilla. Tomaron el centro de la ciudad, de donde, curiosamente, partió la expedición en 1519 que descubriría las propias Islas Filipinas. La reconquista de los asiáticos de la capital de Andalucía se dejó sentir en sus calles y en sus bares, en dura competencia con la hinchada argentina. Filipinos y argentinos están dando un colorido especial a la sede de Sevilla, algo que se pudo comprobar en la manera en que vibró el remozado Palacio de los Deportes en el segundo duelo de la jornada. Cerca de 2.000 hinchas albicelestes se enfrentaron a 1.800 aficionados filipinos, ruidosos y constantes, especialmente emocionados cuando sonó su himno nacional. De Filipinas se cuentan historias en Sevilla del poder económico del presidente de su federación y de su interés en cerrar restaurantes para uso exclusivo de él y de sus acompañantes. Manuel Pangilinan sufraga un equipo que se lo puso complicado a Argentina para delicia de sus aficionados y también de sus periodistas, lanzados en las tribunas de prensa con las acciones de los jugadores asiáticos. Los organizadores de la sede de Sevilla le conocen como el Jesús Gil de las Filipinas. Por ejemplo, ha sufragado el viaje y la asistencia a Sevilla de muchos miembros de la comunidad filipina de Andalucía, muchos de ellos procedentes de la Costa del Sol. La FIBA no le ha dejado sentarse en el banquillo, como era su intención y como suele hacer en otros torneos. Un personaje que controla a su antojo el baloncesto filipino, deporte nacional en el archipiélago. Clasificar a Filipinas para el Mundial ha sido uno de sus éxitos.
La pelea en las gradas sevillanas amenizó de manera óptima una jornada marcada por el gran triunfo de Senegal ante Croacia en el partido matinal. El grupo B es una locura tras el triunfo africano, sustentado en el gran encuentro de Dieng. Los croatas, puro talento como demostraron frente a Argentina, se confiaron en exceso ante una selección muy física, comandada por el compañero del español Rubio en Minnesota. Dieng anotó 27 puntos y recogió ocho rebotes para un equipo, Senegal, que comandó siempre el marcador. El pívot se está convirtiendo en una de las sensaciones del grupo.
Croacia, capaz de lo mejor y de lo peor, se dejó ir y cuando fue a por el partido apenas encontró soluciones a pesar de dejar el marcador en un apretado 75-77. La victoria de los africanos deja en una posición muy complicada a Puerto Rico, equipo obligado a reaccionar para no quedar fuera de la competición. Senegal tiene cerca el pase a los octavos de final sin contar, eso sí, con apenas apoyo de sus aficionados. La fiesta en Sevilla la ponen argentinos y filipinos. Sus cánticos y gritos se fundieron de forma estruendosa.
Sufre Argentina
Animosa y sin complejos, Filipinas estuvo muy cerca de completar la primera gran sorpresa del Mundial. A un punto de Argentina cuando faltaba tan solo un minuto para el final (82-81), Filipinas desperdició un triple para ponerse por delante y otra jugada más para empatar el partido cuando quedaban apenas 30 segundos. Willian cometió dobles y Argentina respiró. Tirando de oficio y, sobre todo, de Mata, el conjunto dirigido por Julio Lamas esculpió un sufrido triunfo por 85 a 81. Argentina solo se encontró bien en el segundo cuarto, cuando Nicola marcó diferencias y Filipinas se desinfló. Su irregularidad fue desesperante, sin noticias de sus jugadores importantes, pero tuvo la virtud de resistir y ganar. Filipinas aportó una nota de aire fresco inesperada en el torneo, con un juego rápido y Alapag muy bien desde la línea de tres. Su animosidad quebró en muchos momentos a una Argentina que se salvó de milagro para sumar el segundo triunfo del torneo después de haber caído en la jornada del domingo ante Croacia.
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