El largo adiós de Di María
El mejor asistente de gol del Madrid en los últimos años se va al United por 70 millones
El más perjudicado por la marcha de Ángel Di María (Rosario, Argentina, 26 años) al Manchester United, el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, fue ayer el encargado de anunciarlo. "Di María ha venido a despedirse", declaró. "El club ha hecho todo lo posible, pero él ha decidido otra cosa. Le deseamos suerte". El Madrid debuta este lunes en la Liga ante el Córdoba en el Bernabéu (20.00, Canal + Liga/ Gol TV) y Ancelotti sabe lo que se pierde: El Fideo fue el futbolista con el que encontró el equilibrio táctico y el mejor asistente de gol en todas las competiciones del pasado ejercicio, 22, por delante de Bale, 16, y del rojiblanco Koke, 15.
Y si se repasa su trayectoria en el Madrid, desde verano de 2010, en esta especialidad —la de dar el último regalo antes del gol—, es el único que le aguanta la comparación a Messi. En estos cuatro años, el mejor pasador ha sido el azulgrana (57), seguido de Di María (49) y de Özil (47). Una autoridad como el exseleccionador argentino César Luis Menotti prefirió Di María a Messi en el Olimpo de la pasada campaña, poco después de que el Bernabéu ovacionara al Fideo en su entrada en el último tramo de la ida de la Supercopa en el Bernabéu. Sus últimos instantes de blanco. Atrás quedaron infinitas carreras, zigzagueos, rabonas, 36 goles y 72 asistencias en 190 partidos.
Gracias por todo, Fideo. Nunca olvidaremos el zigzag de la prórroga en Lisboa"
Xabi Alonso
Esa facilidad para dar el último pase es una consecuencia de su capacidad para profundizar en el área contraria. Aunque lo que le hizo imprescindible para Ancelotti fuera la implicación en las obligaciones defensivas. Un centrocampista box to box, según lo definen los ingleses, de ahí el entusiasmo de Gary Neville, un histórico del Manchester United, para saludar su aterrizaje en Old Trafford: "Él puede correr por todo el campo y ser rápido en el último cuarto. Vale lo que va a pagar por él el United [unos 70 millones de euros, la cifra más elevada del fútbol británico tras el traspaso de Fernando Torres del Liverpool al Chelsea en 2011 por 58 millones]".
El largo desencuentro de Di María con Florentino Pérez se produjo en un punto indeterminado. Se sintió infravalorado en la escala salarial —fue el peor pagado del mediocampo hacia adelante— y el conflicto estalló cuando el jugador se acomodó los genitales mirando al palco al ser sustituido ante el Celta el pasado 7 de enero. Ancelotti supo entonces reconducir ese enfado y El Fideo se convirtió en la piedra angular de un equipo tan difícil de sostener en la medular por las desatenciones defensivas de Cristiano, Benzema y Bale. Sus condiciones de maratoniano le permitieron cubrir 50 metros de campo, facilitar las transiciones defensa-ataque, y ser elegido el mejor de la pasada Champions, en la victoria madridista ante el Atlético el pasado 24 de mayo en Lisboa.
Lo que le hizo imprescindible para Ancelotti fuera la implicación en las obligaciones defensivas
Resultó omnipresente en las citas y escenarios más rutilantes: el centro al cabezazo de Ronaldo en la final de la Copa del Rey del Madrid de Mourinho conquistada en Mestalla ante el Barça en 2011 (1-0); el gol del propio Di María en la pasada final del mismo trofeo y en el mismo feudo valencianista, en otro título blanco ante los azulgrana (2-1). Y el citado protagonismo en el triunfo de Lisboa (4-1).
Y eso que su fichaje por el Madrid en 2010 (25 millones más 11 por variables) no despertó grandes expectativas. Lo reclamó Mourinho, que lo conocía de la Liga portuguesa, donde había destacado dos temporadas en el Benfica. Procedía del Rosario Central, escuela a la que llegó a los siete años. Se crió en el barrio de La Cerámica y, durante unos años, ayudó a su padre, futbolista frustrado, en una carbonería.
El excedente de estrellas en Chamartín propicia fenómenos como este: dos de los finalistas del pasado Mundial, Khedira por la campeona Alemania, y Di María por parte de la perdedora Argentina, le han dado la espalda al club diez veces campeón de Europa. Ancelotti y sus compañeros ya han empezado a echarlo de menos. "Gracias por todo, Fideo (...). Nunca olvidaremos el zigzag de la prórroga en Lisboa", le dedicó ayer Xabi Alonso.
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