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Un Gamper de examen

El Barça disputa su trofeo ante el León mexicano y con un Camp Nou expectante por ver al nuevo técnico y a las incorporaciones de verano

Jordi Quixano
Luis Enrique, tras la conferencia de prensa de ayer.
Luis Enrique, tras la conferencia de prensa de ayer.QUIQUE GARCIA (AFP)

Hace un año y medio que el Barça no acaba de encontrarse en el césped, penalidad que hizo perder la paciencia de un Camp Nou entregado a la filosofía de fútbol que tantos elogios, aplausos y éxitos ha reportado en estas épocas. Así, en el último encuentro del curso anterior, con la Liga en juego ante el Atlético, el público se ensañó con Cesc y repartió pitas sobre el resto, incluso a un Messi que se lo tomó a la tremenda —“si no siento el cariño de la afición buscaré una solución porque siempre querré lo mejor para el club”, advirtió— y a un técnico (Tata Martino) que cogió las de Villadiego. Ahora se reclama un cambio y el área deportiva ha señalado a Luis Enrique como guía al tiempo que se ha gastado más que nunca en los fichajes, un total de 163 millones en seis refuerzos, maquillados por los 76,7 de las ventas. Y el Trofeo Joan Gamper ante el León mexicano (20.30 h. TV3 ) es el primer duelo en el Camp Nou, el primer examen. “Es un partido diferente y especial para los culés. A partir de aquí, empieza todo”, indicó ayer Luis Enrique.

Jubilado Puyol, marchado Valdés y vendidos Cesc y Alexis, el club se exigió una remodelación profunda, quizá también apremiado por el posible castigo de la FIFA a no fichar hasta el verano de 2015 [caso pendiente de resolución en el TAS]. Por lo que el área deportiva, criticada de inmovilismo en los últimos años —“poco hay que tocar cuando se gana”, reprochan—, ha contratado al nuevo entrenador, a dos porteros (Bravo y Ter Stegen), a dos centrales (Mathieu y Vermaelen), a un medio (Rakitic) y a un delantero (Suárez), además de recuperar a Rafinha, que se ganó su sitio con el Celta. De todos ellos, sin embargo, hay dos que hoy no se vestirán de corto, toda vez que Ter Stegen tiene la espalda petrificada y a Vermaelen le molestan los isquiotibiales. Caso aparte es el delantero uruguayo, que permanece con las cadenas para competir, por más que el TAS le autorizara a entrenarse y a jugar amistosos.

“Soy optimista de que lo que vamos a hacer le va a gustar al socio”, augura el técnico Luis Enrique

Pero los contratiempos poco le importan a Luis Enrique, que se fía de la cultura de trabajo de sus jugadores —“todos se han entrenado a un nivel superior de lo que esperaba”, convino— y que destila convicción a raudales: “No estamos al ciento por ciento, pero estamos en una disposición magnífica para encarar el campeonato. Por eso soy optimista de que lo que vamos a hacer le va a gustar al aficionado”. El Camp Nou, con la lupa puesta en el Gamper, aguarda.

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