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“El ascenso no es el primer objetivo”

El presidente del CB Valladolid, Juan Vela, coloca la resolución de los problemas económicos del club, descendido a la Adecco Oro, por delante su regreso a la máxima categoría

Aficionados del Bilbao Basket en una manifestación en protesta por la decisión de la ACB de no inscribirles.
Aficionados del Bilbao Basket en una manifestación en protesta por la decisión de la ACB de no inscribirles. Miguel Toña (EFE)

El Mundial de Baloncesto que se celebrará este verano en España del 30 de agosto al 14 de septiembre aguarda a la vuelta de la esquina y los clubes españoles siguen sin encontrar una solución a los problemas económico-deportivos que les persiguen durante los últimos años. El pasado jueves, la Asamblea de la Liga ACB decidió no inscribir al Bilbao Basket en la máxima categoría del baloncesto español por no poder hacer frente a sus obligaciones económicas. La noticia sacudió a una plantilla y una ciudad entregadas que clamaban ante la más que posible desaparición de su club 14 años después de su refundación.

Paradójicamente, clubes como el CB Valladolid, que perdió su plaza en la máxima categoría junto al Manresa, no parecen penar por ello. “No es una obligación estar en la ACB. Se puede estar uno o dos años en Adecco Oro, no pasa nada. El presupuesto es similar, no es un drama”, afirma el presidente del club vallisoletano Juan Vela. La salida del Bilbao Basket no ha sido remendada con la incorporación de uno de los equipos descendidos, circunstancia que hubiera podido beneficiar al CB Valladolid. Sin embargo, la ACB decidió no hacerlo y la temporada que viene serán 17 los equipos que compitan en la Liga Endesa y no 18, como hasta ahora. "Se trata de una postura prudente, lógica y defendible”, argumenta Vela. “No estamos ni enfadados ni sorprendidos con esta decisión”, añade.

En las últimas tres temporadas solo han conseguido subir dos equipos a la Liga Endesa

La amarga experiencia de la temporada pasada, que culminó con un balance de 3 victorias y 31 derrotas, lleva al CB Valladolid a valorar con otros ojos su presencia en la Liga Adecco Oro el próximo curso. La precaria situación económica que aprieta al conjunto vallisoletano no convierte el regreso a la máxima categoría en un objetivo prioritario. “Lo primero es que la gente vuelva a disfrutar del baloncesto”, sostiene el mandatario.

Sin embargo, la incógnita rodea el futuro cercano del equipo vallisoletano. Nombrado Porfirio Fisac como entrenador, sólo dos jugadores completan por el momento el grueso de la plantilla: Iván Martínez y Drenovac. Un inconveniente al que se une a la ausencia de un patrocinador que avale la supervivencia del club en el futuro. “Está resultando de lo más difícil. Hasta ahora no lo hemos conseguido", lamenta Vela.

Echando la vista atrás se advierten gran parte de los motivos que justifican la delicada situación actual del CB Valladolid. En agosto de 2013, el entonces presidente Mike Hansen presentó su dimisión. Golpeado por la crisis, el equipo pasó a manos de la Fundación Baloncesto Valladolid, en la que Juan Vela, Luis Antonio Gómez e Ignacio Zarandona se situaron al frente de la misma. La plantilla fue configurada en 15 días a coste cero, de ahí que el resultado deportivo refleje unos números tan abultados.

Problemas con los ascensos

En las últimas tres temporadas solo han conseguido subir de categoría dos equipos: el MoraBanc Andorra, que ha acabado este curso en primer lugar en la Liga Adecco Oro, y el Iberostar Tenerife, que compró su plaza al Lucentum Alicante en 2012.

Para militar en la máxima categoría del baloncesto español es necesario hacer frente al pago de los 5,3 millones de euros del canon para pertenecer a la ACB. Además de hacer frente al desembolso de 1,8 millones de euros que corresponden al fondo regulador de ascensos y descensos. El tercer requisito tiene que ver con el pabellón de juego, que ha de tener una capacidad mínima para 5.000 espectadores.

En la temporada 2011-2012 Estudiantes y CB Valladolid descendieron de categoría. Sin embargo, ninguno de los dos llegó a hacerlo. El Menorca Basquet, que había logrado en la cancha el ascenso, no sólo no pudo consumarlo sino que desapareció al no poder cumplir con las condiciones económicas que establece la ACB.

Otro caso rocambolesco fue el del Lucentum Alicante, que terminó octavo en la Liga Endesa la temporada 2011-2012, pero tuvo que renunciar a su plaza debido a la imposibilidad de hacer frente al pago del fondo de ascensos y descensos. Ante esta situación, se llegó a un acuerdo entre la Liga ACB, el Lucentum y el Iberostar Canarias, por el que finalmente ascendió el club tinerfeño.

La temporada siguiente la historia se repitió. Guizcoa Basket y Manresa se salvaron del descenso ya que ni Burgos ni Lucentum pudieron cumplir los requisitos para ascender.

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