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Un día de perros para Williams

A la escudería, que corre en casa, se la acumulan los problemas de Massa, Bottas y la 'hospitality' Wolf, la primera mujer que iba a tomar parte en una sesión oficial por primera vez en 22 años

Oriol Puigdemont
Susie Wolff, tras el incidente con su Williams.
Susie Wolff, tras el incidente con su Williams.Drew Gibson (GETTY)

En un radio de poco más de 100 kilómetro alrededor del circuito de Silverstone se articula la red de cuarteles generales de las escuderías británicas que se miden en el Mundial de Fórmula 1. La sede más alejada es la de McLaren, emplazada en Woking, al sur de Londres y a unos 130 kilómetros del trazado en el que este domingo se disputará la novena prueba del calendario. A menos de una hora en coche encontramos en Grove la base de Williams, que como Force India, Red Bull, Lotus, Marussia y Caterham, también corre como local. Williams viaja en una vagoneta de una montaña rusa disparatada que hace solo dos semanas, en Austria, llevó a esta estructura a pelear por la victoria y a conseguir el primer podio en dos años (Bottas terminó el tercero). Sin embargo, parece mentira cómo las cosas pueden dar un vuelco tremendo en solo unos días hasta el extremo de convertir una jornada que teóricamente debía ser histórica en un día de perros, una pesadilla.

El equipo estrena hospitality; una mujer, en este caso Susie Wolf, iba a tomar parte en una sesión oficial por primera vez en 22 años –la última fue sido la italiana Giovana Amatti–; y Bottas y Felipe Massa estaban decididos a confirmar el paso adelante que su monoplaza dio en el Red Bull Ring. Toda esa energía positiva se fue por el retrete en menos de 15 minutos. Ese fue el tiempo que tardó el FW36 de la escocesa en dejarla tirada en una de las escapatorias por un problema en la presión del aceite, y Massa en estrellar el suyo contra el muro en la entrada del carril de los talleres. Las calamidades para Williams no terminaron en la primera sesión, puesto que Bottas vio cómo el capó del motor del prototipo de Bottas reventaba repentinamente.

“Susie ha trabajado muchísimo y ha puesto sangre, sudor y lágrimas en prepararse para la sesión que debía afrontar hoy. Lo que ha pasado es una prueba de lo cruel que en ocasiones puede ser la vida y la F-1”, remachó Claire Williams, la responsable de la escudería. “Lo más importante es que no hizo nada mal. En cualquier caso, volverá subirse al coche en Alemania [el fin de semana del 20 de julio]”, zanjó la hija de Frank Williams.

Al margen de la retahíla de desgracias que se concentraron en el garaje de los bólidos blancos, Mercedes volvió a dominar la tabla de tiempos, con Lewis Hamilton como el piloto más rápido (antes de sufrir una avería que le impidió terminar el entrenamiento), seguido por su compañero, Nico Rosberg, y con Fernando Alonso en la tercera posición, a siete décimas del chico de Tewin.

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